“Ahora mismo lo normal sería quedarme en el Dépor, pero lo que puede pasar no lo sé. No lo sabe nadie. La gente puede pensar, imaginar, pero la realidad es que tengo contrato hasta 2030, que no es poco y estoy tranquilo. No pienso en lo que puede pasar, pienso en el momento y en el ahora”. Destilan rotundidad las palabras de Yeremay de este jueves al hablar sobre su continuidad en el equipo blanquiazul más allá del próximo 30 de junio.
Una convicción que contrasta con como se había expresado el pasado mes de enero, en pleno mercado de invierno, cuando media Europa preguntaba por él.
“Al final ahora mismo estoy aquí muy contento en el Dépor pero hay cosas que no dependen de mí. No voy a dejar el Dépor por cualquier cosa sino para dar un paso importante en mi carrera”, comentaba tras el empate cosechado ante el Málaga en La Rosaleda (1-1).
El extremo quiso transmitir ahora tranquilidad a la hinchada, que pedía al unísono que se quedase cuando fue sustituido este domingo contra el Albacete en Riazor. “Soy jugador del Dépor, ‘acuérdate de que tienes contrato hasta 2030’ me decía Rafa (Carpacho, el jefe de prensa del club). En enero volví a renovar y ahora mismo estoy enfocado en el Dépor, porque es mi equipo. Tengo uno de los contratos más largos de la plantilla”, comentó ayer en sala de prensa, tras recoger el premio Estrella Galicia del pasado mes de abril.
Admitió en su comparecencia que en enero había charlado con Juan Carlos Escotet y que su relación con el presidente del Deportivo era muy fluida: “Hablé con Escotet (en enero). Me habla de vez en cuando, pero no solo por eso (el tema de la renovación). Se preocupa por mí, me pregunta cómo estoy y demás. Y obviamente hablé con él por la situación (en enero) y demás. Pero me habla muchas veces para saber cómo me encuentro”.
Yeremay se siente arropado no solo por el club sino también por la afición, a la que quiso agradecer esas muestras de cariño en Riazor. “Me sentí muy feliz de que la gente me quiera y me lo haga saber. Para un futbolista eso es la hostia, estoy muy contento por todo eso”, remarcó en la sala de prensa de Abegondo.
Tener el foco encima y que todo el mundo hable de él es algo a lo que se ha ido acostumbrando con el paso de los meses. En ese contexto, ha sido imprescindible la figura del psicólogo del Deportivo, Joaquín Sorribas.
“Al principio me costaba un poco (el habituarse a los halagos), ahora que ya pasó el tiempo lo llevo mejor. Prefiero que hablen bien de mí que mal. La figura de Joaquín dentro del vestuario es super importante. En un momento en el que metes tanto goles, en el que la gente habla tanto de ti, que tiene miedo de que te vayas... Cuando hablan muy bien de ti ahí está Joaquín para ayudar y estamos encantados con que lo haga”, indicó.
Yeremay es el actual pichichi blanquiazul, con 14 dianas, ha superado los 300 regates en este curso y marcó un gol antológico este fin de semana contra el Albacete, pero no se atreve a afirmar que se encuentre en el culmen de su carrera. “Estoy en un buen momento, no sé si el mejor. Durante la campaña he tenido momentos buenos y malos y en el último partido creo que no estuve mal, pero tampoco fue mi mejor partido”, relató.
Con una perspectiva más global de lo que ha sido el curso, identifica altos y bajos en la campaña. “Al principio de la temporada tenía unos objetivos y los fui consiguiendo. Llevo unos cuantos partidos jugando, es mi primera campaña (en Segunda), llevo dos años jugando a un nivel alto y estoy muy contento con la temporada que estoy haciendo. En algunas fases no he estado bien, pero mirando y pensando estoy haciendo una campaña muy buena y estoy muy contento”, afirmó el extremo canario.
Sobre Gilsanz: “Es difícil subir del filial y lo ha hecho muy bien” |
La relación de Yeremay Hernández con Óscar Gilsanz viene de años atrás. Este ha crecido ante el técnico betanceiro, que lo entrenó en su etapa de juvenil, el año en el que el combinado de División de Honor se alzó con la Copa de Campeones. “Estoy contento por Óscar, coincidí con él en la cantera y me conoce perfectamente. Creo que desde que subió al primer equipo no cambió nada. Es el mismo que cuando me entrenaba en juveniles y me dejaba en el banquillo (risas)”, dijo en sala de prensa.
Piropos del míster
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