Óscar Gilsanz, el elefante en la habitación
lll
17º-23º

Óscar Gilsanz, el elefante en la habitación

La dirección deportiva tiene que tomar una decisión sobre la continuidad o no del técnico en el Deportivo
Óscar Gilsanz,  el elefante en la habitación
Óscar Gilsanz, en la banda durante el partido contra el Elche | quintana

Usuario

El elefante en la habitación se refiere a una situación que es ignorada o evitada por alguien.  Si lo aplicamos al Deportivo es la continuidad o no de Óscar Gilsanz en el banquillo blanquiazul, cuestión que tiene que abordar, ahora sí, la dirección deportiva, encabezada por Fernando Soriano.


Con el curso finiquitado y la permanencia en Segunda asegurada hace casi un mes está en el ‘debe’ del Dépor desvelar ya quién será el capitán de la nave en la campaña venidera. Aunque los acontecimientos apuntan a un cambio en el timón de mando. 


En un partido, el del Elche, en el que algunas despedidas fueron públicas y notorias, como las de Jaime, Pablo Martínez o el utillero Suso Méndez, subyacen otras posibles en el seno del Deportivo. 
Lo evidencian, por ejemplo, las palabras de Óscar Gilsanz en sala de prensa, donde una vez más y concluida ya la temporada no dejó claro su futuro. 

 

 

 

 


Una continuidad que parece complicada y a la que no ayudaron las cuatro derrotas seguidas en este tramo final del campeonato liguero. Tampoco el hecho de que Antonio Hidalgo ya se haya desvinculado del Huesca y suene como futurible en el banquillo de los blanquiazules.  Una banqueta jugosa, la deportivista, que en el pasado había sido una verdadera trituradora de entrenadores y en la que no siempre es sencillo conseguir estabilidad. Los últimos en aguantar una temporada entera fueron Borja Jiménez (2021-2022) e Imanol Idiakez (2023-2024), este último con ascenso incluido. Ambos fueron destituidos sin llegar a cumplir dos seguidas. 30 jornadas estuvo Gilsanz al mando del volante herculino, al que llegó en una situación complicada. Entonces los blanquiazules eran vigésimos y ocupaban puestos de descenso con 10 puntos, después de perder en casa contra el Racing de Santander (2-1). 


Los números de Gilsanz fueron 11 victorias, 10 empates y nueve derrotas. “Por supuesto que estamos contentísimos con Óscar, nadie duda, pero no es el momento”, respondía Soriano, el pasado mes de abril, cuando se le preguntaba por si el de Betanzos seguiría más allá del 30 de junio. Entonces apelaba a asegurar la permanencia.

 

 

 

 


Conseguida esta, tras la victoria contra el Albacete (5-1), el técnico betanceiro seguía sorteando la pregunta. Lo hacía en la previa del partido inmediatamente después del de los blanquinegros, ante el Sporting: Cuando haya algún cambio, se desvelará. De momento no lo hay. Sigo centrado en el día a día, en el Sporting”, apuntaba. Lo que sí dejaba claro era que no había ningún registro que supusiese la renovación automática de su contrato. “Contractual, no. Mi objetivo siempre es que si podemos ser decimosegundos, mejor que decimocuartos (...) No por el puesto en sí, sino, sobre todo, porque todo lo que se construya de equipo, siempre queda y mi objetivo es competir siempre para que el equipo sea cada vez mejor”, decía.


Sus deseos no se vieron cumplidos en esta recta final, en la que admitió que el Deportivo no dio la talla. “Hasta la jornada 38 competimos a un ritmo muy alto, pero luego en las cuatro últimas jornadas el equipo no estuvo a la altura. Hay que hacer una valoración global. Siempre estuve a disposición del club y veremos qué pasa”, decía en sala de prensa tras la derrota este domingo contra el Elche. Un hombre de club, que dio el salto del filial al primer equipo, logró mantenerlo en Segunda y cuyo futuro es incierto en el Deportivo. 

Óscar Gilsanz, el elefante en la habitación

Te puede interesar