Cuando Carles Gil abandonó el Deportivo en el mercado invernal de la temporada 2018-19, pocos imaginaron que aquel paso discreto y sin demasiados titulares acabaría siendo el inicio de una de las aventuras más lucrativas para un futbolista español en el extranjero. El mediapunta valenciano dejó atrás una etapa irregular en A Coruña para convertirse en el jugador franquicia del New England Revolution, capitán, MVP de la MLS y, sobre todo, uno de los grandes beneficiados del sistema salarial de la liga estadounidense.
Desde su llegada a Boston en 2019, Carles Gil ha ingresado casi 24 millones de dólares en salarios. Su contrato como ‘Designated Player’ —una figura especial dentro del tope salarial de la MLS que permite a los clubes pagar cantidades superiores a ciertos jugadores— le ha permitido escalar año tras año en la lista de futbolistas mejor pagados del campeonato. Su fichaje, por entonces poco mediático, supuso una inversión de apenas dos millones de dólares (algo más de 1,7 millones de euros) para Revolution. A cambio, se llevaron a un mediapunta que ha explotado deportivamente y también en el plano económico.
El impacto de Carles Gil fue inmediato. En su primer año en la MLS ya se embolsó 2,3 millones de dólares (casi 2 millones de euros), una cifra muy superior a lo que percibía en el Dépor en su última temporada (2018-19), no más de 800.000 euros. Y sus ingresos en Estados Unidos no han dejado de crecer. En 2020, pese a una lesión que condicionó su temporada, su sueldo ascendió a 2,6 millones. La cifra subió de nuevo en 2021, con 2,7 millones, año en el que fue elegido MVP de la MLS tras firmar una temporada récord con 18 asistencias y liderar a los Revolution a ganar el Supporters’ Shield, trofeo al equipo con mejor registro en la liga regular.
A partir de entonces, su estatus se consolidó definitivamente. En 2022 y 2023 superó los 3,5 millones de dólares anuales y en 2024 dio otro salto hasta 4,45 millones, convirtiéndose en uno de los mejores pagados de la competición. Con el contrato renovado hasta 2026, y una opción de ampliación para 2027, en 2025 su salario asciende ya a 4,7 millones de dólares, con lo que su cifra acumulada en la MLS alcanza los 23,97 millones. Un patrimonio económico notable para un jugador que, con 32 años, sigue siendo la piedra angular del equipo.
Su marcha de A Coruña no estuvo exenta de sombras. Tras el descenso de Primera en 2018, Carles Gil afrontó el inicio de la siguiente campaña en Segunda con la esperanza de recuperar protagonismo, pero no encontró la continuidad deseada. “Por unas cosas o por otras, no encontraba la situación adecuada”, admitió en una entrevista a Radio Galega. Aunque participó en 18 de los 21 partidos ligueros antes de salir en el mercado de invierno de la 2018-19, su sensación era la de no tener ni regularidad ni confianza plena por parte del cuerpo técnico. En sus propias palabras, fue una etapa “marcada por la lesión de pubis y muchas circunstancias”, y, aunque dejó claro su cariño por el club, terminó reconociendo que no era feliz.
En cambio, en Nueva Inglaterra encontró el escenario ideal. Ha sido el alma del equipo desde su aterrizaje. Capitán desde 2020, líder en asistencias históricas del club y figura central en todos los proyectos deportivos, ha sobrevivido a distintos entrenadores y etapas convulsas. Pese a los altibajos del equipo, él ha sido el punto de equilibrio. Sus cifras ofensivas hablan por sí solas: 63 asistencias y 38 goles en todas las competiciones.
Más allá de lo cuantificable, su influencia es total. “Es el jugador que hace que todo funcione en ataque”, resumía este mismo año el técnico Caleb Porter. A su alrededor se han construido diferentes modelos de juego, siendo el enganche indiscutible en cualquier sistema. Incluso tras campañas decepcionantes del equipo, el ex del Dépor se ha mantenido como referencia.