Las cinco claves del 0-5 del Dépor ante el Compos
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Las cinco claves del 0-5 del Dépor ante el Compos

Las cinco claves del 0-5 del Dépor ante el Compos
Mario Soriano busca a Yeremay para darle un pase durante el partido amistoso entre Deportivo y Compostela en el estadio Verónica Boquete de San Lázaro | Foto: Fernando Fernández

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El Deportivo abrió su pretemporada 2025-26 de forma oficial con una victoria contundente por 0-5 ante el Compostela en el estadio Verónica Boquete. Aunque estos primeros partidos sirven más para coger sensaciones que para sacar conclusiones definitivas, sí se pudieron ver ciertas ideas, comportamientos y dinámicas que pueden tener recorrido a lo largo del verano e incluso del curso. El Deportivo fue netamente superior, sobre todo tras una primera media hora en la que el Compostela mantuvo cierta compostura, pero que terminó cediendo ante la diferencia de ritmo y calidad entre ambos conjuntos. Estas son las cinco claves del primer amistoso oficial.

 

1. Diferencias y matices en la estructura

Una de las claves más evidentes del encuentro fue la diferencia de estructura entre la primera y la segunda parte. En el primer tiempo, el Deportivo formó con defensa de cuatro: Petxarroman como lateral derecho, Dani Barcia y Samu Fernández como centrales y Teddy Alloh, jugador a prueba, en el lateral izquierdo. En la segunda mitad, Antonio Hidalgo pasó a una línea de tres centrales compuesta por Lucas Noubi, Samu y Sergio Escudero, flanqueados por los carrileros Adrián Guerrero (derecha) y David Mella (izquierda).


Aunque el sistema de salida de balón fue similar en ambos casos –como se explicará en la segunda clave–, en fase defensiva sí hubo cambios estructurales. En la primera parte, el Dépor defendió en un 1-4-4-2, con Yeremay y Zakaria Eddahchouri como referencias ofensivas. Por detrás de ellos, se situaron Mario Soriano y Luismi Cruz en las bandas, con Charlie Patiño y Denis Genreau en el doble pivote. La línea defensiva fue la mencionada de cuatro.


En la segunda parte, el comportamiento sin balón fue distinto. El posicionamiento pasó a ser algo más variable, con una línea de cinco si los carrileros se hundían, o de tres en defensa y cinco en el medio si Guerrero y Mella salían a apretar más arriba. Villares actuó como pivote, con Rubén López y Cristian Herrera como interiores a distintas alturas, dependiendo de las necesidades del equipo. En general, en ambas partes, el Deportivo optó por un bloque alto desde el inicio del partido, aunque esa presión fue perdiendo agresividad con el paso de los minutos, algo lógico en un primer amistoso de pretemporada.

 

 

 


Pese a estos contrastes defensivos, en fase ofensiva la organización fue mucho más estable entre ambas partes. El Deportivo, con balón, siempre formó con tres hombres en primera línea para iniciar la jugada, ya fuera con dos centrales y un lateral reconvertido, como generalmente en el primer tiempo, o con tres centrales, como en el segundo. Siempre había dos hombres bien abiertos a banda haciendo las funciones de carrileros. En la primera parte, Alloh contó con más recorrido por la izquierda, mientras que Luismi Cruz, extremo izquierdo a pierna cambiada, se pegó a la línea de cal derecha para recibir siempre al pie. No es un carrilero al uso, pero ocupó el rol de abrir el campo, encarar y asociarse en corto. En la segunda mitad, los carrileros fueron Guerrero y Mella.


Por dentro, en ambas mitades, el Dépor actuó con tres jugadores. En el primer tiempo, Patiño fue el pivote posicional, con Genreau como interior con libertad para caer a zonas distintas del centro del campo, aparecer en los carriles intermedios y tirar desmarques de ruptura. Mario Soriano se situó como interior izquierdo, en una zona intermedia entre su hábitat como mediapunta y la banda izquierda, pero también con mucha movilidad para intervenir tanto por dentro como por fuera. En la segunda parte, Villares repitió ese rol de pivote posicional, acompañado por Rubén López como interior con llegada y Cristian Herrera, delantero de formación, con una libertad total para moverse, ofrecerse y lanzar desmarques tanto en apoyo como en ruptura.

 

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Genreau mostró mucha movilidad en el centro del campo del Dépor | Foto: Fernando Fernández


En ataque, también se repitió un patrón con una aproximación a algo parecido a una dupla de delanteros. En el primer tiempo, Yeremay fue el más libre, con movimientos entre líneas, bajando a recibir y cayendo a la banda izquierda ocasionalmente para recibir de cara. Eddahchouri, mientras, se mantuvo como referencia, siempre buscando la espalda de los centrales y ofreciendo opciones de ruptura. En la segunda parte, el Dépor actuó con Moha Bouldini como referencia fija y Kevin Sánchez como delantero más móvil, capaz de aparecer por distintas zonas del frente de ataque.


La movilidad, los intercambios de posición y una estructura ofensiva fluida, pero reconocible, fueron constantes durante todo el partido.

 

2. La salida de balón, con tres pese a los cambios

Una constante en las dos mitades fue la salida de balón con tres hombres. Antonio Hidalgo ya mostró en etapas anteriores que es una fórmula que tiene bien trabajada y este partido volvió a confirmarlo. Independientemente del punto de partida (defensa de cuatro o de tres centrales), la intención fue siempre la misma: formar una línea de tres atrás para generar superioridad ante la presión rival, asegurar los primeros pases y poder activar desde ahí a los hombres libres.


En el primer tiempo, el Dépor formó esa línea de tres con Petxa, Samu y Barcia. El lateral derecho basculó su posición para actuar como central diestro, mientras que Alloh ganó altura por la izquierda y quedó liberado de tareas de salida. Además, Patiño, desde su rol de pivote, también se sumó en varias jugadas a esa primera línea, incrustándose entre los centrales o posicionándose a la izquierda de Barcia, lo que permitía liberar a Petxa para ganar altura por la derecha.

 

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Teddy Alloh, jugador a prueba, durante el partido ante el Compos  | Foto: Fernando Fernández


En la segunda parte, ya con tres centrales (Noubi, Samu y Escudero), esa salida se repitió, aunque con un matiz interesante: Escudero, lateral reconvertido a central zurdo, fue ganando metros durante la circulación y se ofreció en varias ocasiones en la zona de mediocentros para ayudar en la creación. Su zurda, precisa y con sensibilidad, fue además una buena vía para filtrar pases entre líneas o cambiar de orientación. De hecho, uno de sus pases acabó en asistencia para el gol de Bouldini tras un desmarque a la espalda de la defensa.


La intención de Hidalgo fue siempre clara: construir desde atrás con criterio, sin prisas, con apoyos bien posicionados y sin necesidad de saltarse líneas sin control.

 

3. Soriano-Yeremay, una sinergia conocida y potenciada

Una de las asociaciones más estables del Deportivo en la última temporada fue la que forman Mario Soriano y Yeremay. Ambos demostraron su entendimiento de forma continuada y en este primer amistoso quedó claro que Hidalgo quiere potenciar esa conexión. Los colocó en zonas cercanas y complementarias. Soriano como interior izquierdo, entre el carril central y la banda; Yeremay con libertad, algo más adelantado, moviéndose como segundo punta y flotando por todo el sector izquierdo, aunque sin llegar a anclarse a la banda.

 

 

 


Ambos jugadores se buscaron constantemente. Yeremay bajó varias veces a recibir al pie y encarar, o bien para asociarse en corto con Soriano. Tiraron paredes, combinaron en corto, buscaron desmarques entre ellos y ofrecieron soluciones al poseedor de balón. Una relación natural, potenciada por el dibujo y la intención del entrenador.


Aunque queda por ver si esa posición híbrida de Yeremay se mantendrá durante la temporada y si Soriano volverá a acercarse más a la mediapunta, este partido dejó claro que Hidalgo quiere que jueguen juntos, cerca, y que alimenten una de las relaciones más fructíferas del equipo.

 

4. El olfato de los delanteros, una buena señal

El Dépor encaró el amistoso contra el Compos con cuatro delanteros disponibles, tras las salidas de Barbero y Alcaina. De esos cuatro, dos son canteranos (Martín Ochoa y Kevin) que podrían no tener sitio en el primer equipo. De hecho, Ochoa no fue citado. En ese contexto, ver goles de los atacantes es una buena noticia.


Eddahchouri fue el más destacado. Jugó la primera parte como delantero de referencia, muy móvil, ofreciéndose constantemente y lanzando desmarques. Marcó dos goles. El primero empujando un buen pase de Luismi Cruz tras un ataque vertical y el segundo tras una acción de presión en la que no se rindió, robó dentro del área rival y definió con un tiro cruzado.


Bouldini también vio puerta. Entró en la segunda parte y apenas tardó en marcar. Tiró un desmarque de ruptura, Escudero lo vio desde atrás y le puso un pase medido que el delantero marroquí transformó con un disparo potente. Su temporada pasada estuvo muy por debajo de las expectativas y tanto el club como el propio jugador saben que necesita reivindicarse. Aunque el gol es una buena señal, aún se le vio poco fino en algunas decisiones, controles y remates, especialmente a balón parado.

 

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Cabezazo de Bouldini a la salida de un córner  | Foto: Fernando Fernández


Cristian Herrera, que no jugó como delantero puro, sino como interior con mucha libertad, también marcó en los minutos finales con una buena volea. Ver puerta siempre es una señal positiva para los atacantes, incluso cuando no ocupan posiciones de referencia.

 

5. Equipo por encima de individualidades

La victoria del Dépor fue clara, pero no se basó en actuaciones individuales brillantes. El equipo funcionó como bloque y casi todos los jugadores estuvieron en la media, sin exhibiciones. Entre las caras nuevas, algunas dejaron detalles interesantes.


Teddy Alloh, lateral izquierdo a prueba (probablemente con destino final en el Penafiel), mostró velocidad y facilidad para incorporarse al ataque. Se anticipó bien en un par de acciones y ofreció presencia física, aunque no estuvo especialmente preciso con balón ni en los centros, que no encontraron rematador pese a sus llegadas a línea de fondo.


Luismi Cruz, fichaje estrella hasta la fecha, mostró su tendencia a jugar abierto en derecha para tener el campo de visión de juego hacia dentro. Se le vio cómodo en asociaciones y gestos técnicos en espacios reducidos y dio la asistencia del 0-1, aunque más allá de eso, su participación fue discreta.

 

Lucas Noubi, central derecho en la segunda mitad, fue atrevido en la presión e intentó anticiparse en un par de acciones. Mostró solvencia en salida de balón, aunque en un par de jugadas se complicó innecesariamente.

 

 

 


Entre los que ya estaban en el club, Patiño destacó como pivote, actuando como metrónomo en un contexto de ritmo bajo, lo que le favorece. Filtró buenos pases y tomó decisiones acertadas. Denis Genreau también dejó buenas sensaciones como interior con llegada, participando en varias zonas del centro del campo y aportando desmarques.


Samu, el futbolista que más minutos jugó, volvió a ser el central sobrio que siempre fue en categorías inferiores: correcto en salida, sólido al cruce y fiable en los duelos. Escudero, por su parte, aportó desde la izquierda su buen pie, visión y capacidad para generar desde zonas interiores. Su asistencia a Bouldini y sus lanzamientos a balón parado (muy superiores a los de la primera parte) confirmaron que, salvo que Luismi lo contradiga, hoy por hoy es el mejor ejecutor del Dépor en ese tipo de acciones.

Las cinco claves del 0-5 del Dépor ante el Compos

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