Más allá de disquisiciones tácticas o rendimientos, hay que ser cautos con todo ello después de un único partido de pretemporada, lo que sí parece quedar claro después del estreno del Deportivo ante la SD Compostela es que Antonio Hidalgo es un entrenador que va de frente. Gustará más o menos, sobre todo menos en el caso del grupo de protagonistas que a continuación se enumeran, pero desde luego nadie podrá decirle al nuevo técnico catalán que ha iniciado su periplo en el club coruñés jugando con una doble baraja.
Si no estaban informados de la situación, varios jugadores del Dépor recibieron el miércoles un mensaje claro y conciso: no hay espacio para ti. Porque ante el Compos participaron un total de 22 futbolistas por parte deportivista, pero una buena parte de la atención estuvo dividida con los que no llegaron a salir al césped… o ni siquiera se dejaron ver en el Vero Boquete de San Lázaro. Se contaba con que no participaran José Ángel y Arnau Comas, ambos recuperándose de sus respectivas operaciones, ni tampoco Ximo Navarro, que el martes se ejercitó a menor ritmo por unos problemas físicos.
A partir de ahí, cada ausencia disparó sospechas. Algunas provocadas por el propio oscurantismo del club, como la de Luis Chacón. El de Pontedeume no estaba dentro de la relación de jugadores que el Deportivo presentó para el choque e incluso fuentes del club tardaron en establecer comunicación fluida hasta que se informó de que sufría molestias en un tobillo. Fernando Soriano adelantó hace unos días en rueda de prensa que las probabilidades de que Chacón formase parte de la plantilla definitiva eran altas, pero después de lo que sucedió la temporada pasada, tanto el jugador como, especialmente una afición que tiene mucha fe en él, no se crea esas palabras hasta que lo vean el próximo 2 de septiembre.
Menos opciones, bastantes menos, tienen las otras ausencias. Empezando por Martín Ochoa, cuya actividad sobre el verde el pasado miércoles se redujo a la que tuvo en Abegondo en solitario. El canterano fue uno de los descartes a la espera de resolver su futuro, como también lo fue Davo. El asturiano estuvo en Santiago junto al resto del grupo, pero más en cuerpo que en alma. Antes del encuentro, mientras todos se retiraban ya a la caseta para cambiarse y disputar el encuentro, el atacante paseaba tranquilamente por el verde de San Lázaro, siempre con el teléfono pegado a su oreja. Tiene contrato hasta 2026 pero ahora mismo sería una de las sorpresas del verano que lo cumpliera como blanquiazul. Ni rastro hubo tampoco de Mfulu. No ha funcionado la incorporación del mediocentro, cuya primera temporada decepcionante ha servido para que ambas partes decidan pasar página. Como Davo, su vinculación en Riazor también se va a 12 meses vista y su estancia en A Coruña se prolongará tanto como se tarde en encontrar una solución.
La más llamativa, en todo caso, fue la desaparición de Diego Gómez. A diferencia de los anteriores, el ourensano sí que estuvo presente en la lista y se vistió para iniciar el encuentro en el banquillo. Pero ahí se quedó. No tuvo minutos en ninguno de los dos onces y ni siquiera entró en la segunda parte, como sí hizo el fabrilista Damián para darle relevo a otro canterano, Samu, que fue el que más minutos acumuló. Está por ver qué pasa con el futuro del zurdo de Amoeiro, pero sus opciones parecen haberse reducido de forma drástica toda vez que jugadores como Cristian Herrera, Kevin Sánchez e incluso Adrián Guerrero han arrancado la pretemporada con ventaja sobre él en la rotación.
Hace bien el Deportivo en querer seguir aligerando plantilla con una operación salida que después del desatasco de la semana pasada, deja el contador de nóminas en 27. Llegarán más bajas porque, además, hay varios refuerzos en los que la dirección deportiva sigue trabajando y que no son de los que se quedarían en cola.
Miguel Loureiro y Riki Rodrdíguez siguen siendo los principales e inmediatos objetivos del club coruñés. El acuerdo con los dos jugadores es total. También las ganas de ambos de recalar en el proyecto deportivista. La dificultad, como suele suceder en estos casos, está en el propietario del pase. En una situación similar a la que el propio Dépor vivió con el Sporting en el caso Pablo Vázquez, Huesca y Albacete también están decididos a defender su terreno. De hecho, el centrocampista asturiano fue titular y lució el brazalete de capitán del conjunto manchego el pasado miércoles, justo al mismo tiempo que el que espera sea su nuevo equipo saltaba al césped compostelano.
Más encarriladas están ahora mismo las conversaciones con el cuadro del Alcoraz. Todos los factores parecen llevar a un único desenlace con un Loureiro que quiere volver a casa, quiere volver a jugar para Antonio Hidalgo y al que, sobre todo, le queda únicamente un año de contrato en un contexto en el que el Huesca no puede permitirse dejar marchar gratis a activos como el cercedense. El Dépor quiere contar con nuevos refuerzos que ponerle sobre la mesa a Antonio Hidalgo antes de viajar a la concentración por Inglaterra… sino antes ya para la visita a O Couto de este sábado.