La Segunda División tiene algo de espejismo. De los 22 equipos que componen la categoría, aproximadamente la mitad arranca cada temporada con la ilusión, el discurso o la exigencia del ascenso. Algunos lo verbalizan sin miedos, otros lo sugieren entre líneas, varios lo esconden en discursos prudentes y no faltan los equipos que, por historia, plantilla o presupuesto, están obligados a pelear por objetivos ambiciosos aunque nadie lo diga en voz alta. Es una constante la categoría de plata: siempre empieza con media tabla mirando hacia arriba, hacia Primera, hacia un sueño que solo tres clubes pueden cumplir.
Con la pretemporada ya iniciada en los 22 clubes y la campaña 2025-26 oficialmente en marcha, esos mensajes comienzan a salir a la luz. Nuevos entrenadores, presentaciones de fichajes, declaraciones institucionales o simplemente la inercia de proyectos hechos para crecer. Cada año se repite el mismo fenómeno: más candidatos que plazas. Y Segunda no perdona. Es larga, traicionera, igualada y muchas veces cruel. Equipos que partían como favoritos acaban sufriendo. Proyectos diseñados para volver a Primera en un año descubren pronto que solo con el nombre no basta. Y cada temporada, sin excepción, hay sorpresas, tanto por arriba como por abajo.
En ese contexto, el Deportivo comienza la temporada 2025-26 con una ambición que empieza a quedar al descubierto. El club blanquiazul no ha marcado el ascenso como objetivo innegociable, pero los mensajes que han ido dejando sus dirigentes, cuerpo técnico y jugadores en las últimas semanas marcan ese listón como meta plausible. Y no está solo. Recién descendidos, históricos que llevan años intentándolo, proyectos ambiciosos o simplemente plantillas potentes han verbalizado o dejado entrever su intención de pelear por el ascenso o el playoff.
El club coruñés no habló de objetivos concretos durante el curso pasado, pero en las últimas semanas ha ido subiendo el tono de su discurso. Las palabras del presidente, Juan Carlos Escotet, en diferentes actos institucionales reflejan esa ambición: “No descansaremos hasta dejar al Deportivo en el lugar que se merece”, dijo el mandatario, que también aseguró que “volverán las noches de Champions”.
La presentación de Antonio Hidalgo como nuevo entrenador sirvió para certificar este ligero cambio de paso. Fernando Soriano, director deportivo, deslizó que el nuevo técnico firmó “por una temporada con opción a otra más por objetivos, por el ascenso”. No obstante, Hidalgo optó por la cautela: “De mi boca no ha salido la palabra ascenso. Pero tenemos una gran ambición. Queremos estar lo más alto que podamos, vamos a luchar por eso. A mí me gusta prometer cosas reales”.
Por otro lado, Lucas Noubi, uno de los fichajes del verano, fue directo desde su llegada: “El objetivo tanto del club como el mío es el ascenso. Es un club ambicioso y yo también lo soy”. Y el consejero delegado, Massimo Benassi, en una entrevista para Marca puso de ejemplo a Yeremay tras su renovación: “Tiene que contagiar al resto. La ilusión con la que ha tomado esta decisión y decir que quiere estar aquí para ascender es increíble. Juntos se pueden conseguir todos los objetivos”.
El conjunto canario inicia su regreso a Segunda sin haber mencionado de forma clara la palabra ascenso. En su primera comparecencia, el nuevo técnico, Luis García, habló de “conseguir cosas bonitas”, y aseguró que “a ese objetivo optarán los 22 equipos de Segunda”, sin diferenciar a Las Palmas del resto.
Sin embargo, los movimientos del club invitan a pensar en cotas altas. La vuelta de Jonathan Viera, la recuperación de Kirian y el músculo económico de un recién descendido hacen pensar que la plantilla estará diseñada para competir en la parte alta. Aunque el discurso sea prudente, la presión será alta desde el inicio.
En Pucela no hay lugar para la ambigüedad. Guillermo Almada, presentado recientemente como nuevo entrenador, no escondió su objetivo: “Para mí es un orgullo poder estar en un club tan histórico de la liga española con un desafío tan importante: el ascenso”. El Valladolid quiere volver cuanto antes a Primera y ya lo deja claro desde su nuevo banquillo. El club blanquivioleta parte como uno de los candidatos naturales, tanto por su presupuesto como recién descendido como por experiencia.
Otro de los recién descendidos, el Leganés cuenta con el respaldo económico que ofrece aún el descenso desde Primera y que suele ir disminuyendo año a año. Esa urgencia por volver cuanto antes suele marcar la agenda. Con Paco López como nuevo técnico, el club madrileño no ha emitido un discurso abiertamente ambicioso, pero su contexto y su potencial invitan a pensar que el objetivo real es intentar volver a la élite lo antes posible.
El conjunto andaluz, aunque probablemente perderá piezas importantes como Luis Suárez o Marc Pubill, se mantiene como uno de los clubes con mayor capacidad de inversión de la categoría. Su mercado está siendo agresivo y mantiene un plantel con calidad suficiente para aspirar a todo. No ha habido declaraciones directas sobre el ascenso, pero por historia reciente, recursos y plantilla, estará entre los favoritos.
Pocas dudas en torno al mensaje que emite el Granada. Pacheta ya dejó claro al final del curso pasado que su trabajo no estaba completo. “He venido a ascender, no hemos podido. Me queda esa espinita”, dijo el técnico, que todavía había sido más claro en su presentación: “Llego con mucha fuerza y con el objetivo de ascender, ya sea este año o el que viene”. El club nazarí parte con una base de plantilla reconocible y un técnico experimentado.
En el Cádiz, las declaraciones del presidente y del entrenador también han apuntado hacia arriba. Manuel Vizcaíno, presidente de la entidad andaluza, reconoció que el primer objetivo es la permanencia, pero matizó enseguida que “la plantilla de este año tiene mucha hambre de éxito y, sin lugar a dudas, la meta es luchar por la promoción”.
En esa línea también se expresó Gaizka Garitano. “Tenemos que exigirnos estar arriba el año que viene, aunque no es fácil. De esos 22 equipos, entre 16 o 17, todo lo que no sea ascender será un fracaso. Algunos de esos estarán abajo en la clasificación”, comentó el ex del Deportivo.
El equipo cántabro lleva dos temporadas quedándose cerca. En la 2023-24 no entró en el playoff por el golaveraje. En la 2024-25 cayó eliminado en la primera eliminatoria contra el Mirandés. Ahora, en la 2025-26, el objetivo es dar un paso más. El club mantiene su apuesta con José Alberto como entrenador, llegado ya en la 2022-23, y confía en conservar a piezas clave como Iñigo Vicente, Andrés Martín o Jokin Ezkieta.
Según reflejó la prensa local en el arranque de la pretemporada, el objetivo es claro: “mejorar la pasada y con ello luchar por el ascenso directo a Primera División”. Sin fichajes aún, pero con estabilidad, el Racing aspira a consolidarse como uno de los firmes candidatos.
En Gijón, la ambición también es palpable a pesar de la pobre pasada campaña. Eric Curbelo, uno de los fichajes del Sporting, fue claro: “Este año el objetivo es meternos arriba y estar con opciones de luchar por cosas bonitas”. Y este discurso lo reforzó el exfabrilista Álex Corredera, que quiere “devolver a este club a donde tiene que estar”. El Sporting, tras un año de altibajos, buscará desde el inicio la regularidad necesarias para engancharse a los puestos altos.
La realidad zaragocista vive entre dos discursos. Por un lado, el presidente Jorge Mas ha insistido en que el objetivo es “llegar al playoff y subir a Primera”. Por otro, tanto el entrenador Gabi Fernández como el director deportivo Txema Indias han pedido paciencia: “El objetivo es no sufrir”, dijo el técnico. “Hablar del ascenso sería una barbaridad”, añadió Indias.
El club intenta rearmarse tras años de frustraciones. Pero la ciudad, la afición y parte del entorno no entienden otra cosa que no sea luchar por el regreso a Primera.
El Eibar se quedó fuera del playoff el pasado curso tras tres promociones consecutivas sin premio. La buena dinámica final con Beñat San José ha despertado ilusión, pero no hay declaraciones que marquen el ascenso como meta.
El Huesca, que rozó el playoff el curso pasado con Antonio Hidalgo, ha apostado por Sergio Guilló. El técnico no renuncia a nada, pero ha pedido “pies de plomo”: “Marcarse el playoff como objetivo y renunciar puede estar igual de equivocado. No renunciamos a nada, pero sabemos que tenemos que hacer primero”.
El Mirandés, que rozó el ascenso el curso pasado, arranca prácticamente de cero, ya que toda la plantilla salvo un jugador finalizó contrato. Su rendimiento es una incógnita.
En el Albacete, Antonio Puertas, reciente fichaje, ha llamado a no ponerse límites y a soñar con “cosas bonitas”, pero no hay discurso institucional que apunte más alto.
El Córdoba prefiere no fijar metas. Carracedo, uno de los jugadores más destacados de la pasada campaña, aseguró que “el objetivo lo marcará la competición poco a poco”.
Por último, mientras que en el Burgos y en el Castellón nadie ha hablado aún de objetivos, en el Málaga el entorno pide más. La Opinión de Málaga escribía el 24 de junio: “Esto no quiere decir que el objetivo principal del equipo tenga que ser ascender, o clasificarse obligatoriamente para el playoff, pero sí que tiene que ser exigible estar en una posición mucho más desahogada que en el último tramo del curso 2024-25”.