La necesidad central del Deportivo
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La necesidad central del Deportivo

La necesidad central del Deportivo
Lucas Noubi | JAVIER ALBORÉS

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Primero salieron Pablo Martínez y Jaime Sánchez, una circunstancia que obligaba a recomponer, sí o sí, el eje de la defensa. Y aunque el Deportivo se movió rápido para cerrar libre, sin pagar traspaso, a Lucas Noubi e incorporar previa negociación con el Basilea a Arnau Comas, la marcha oficial de Pablo Vázquez y el proceso de recuperación en el que todavía está envuelto el catalán han devuelto al equipo a la casilla de salida.

 

Hidalgo está carente de centrales para comenzar a asentar las primeras piedras del Dépor 2025-26.
El Deportivo ha regresado a la casilla de salida. Sí, ya tiene a tres de los —al menos— cuatro centrales con los que afrontará la temporada. Pero en estas primeras semanas de pretemporada, Antonio Hidalgo dispone de tan solo dos efectivos con los que comenzar a trabajar conceptos: Lucas Noubi y Dani Barcia. Y ambos, además, llegan con la necesidad de ponerse más a punto después de jugar muy poco el pasado curso por circunstancias diversas.

 

Por un lado, el canterano de Cambre estuvo lastrado por las lesiones el año de su debut en el fútbol profesional. Barcia ha regresado al trabajo ya plenamente recuperado de la lesión en el recto femoral de su pierna derecha, con afectación del tendón central. Pero esa dolencia que apareció a principios de abril le hizo perderse los últimos nueve partidos del curso. 

 

Dicha dolencia apareció a principios de abril, tan solo unas semanas después de recuperarse de un problema similar que le impidió estar presente entre la jornada 16 —posterior al duelo en Almería donde agravó su problema— y la 24. Tras caer el equipo contra el Levante, Gilsanz le volvió a dar la alternativa en el partido disputado entre semana en Tenerife, aplazado en su momento. Pero Barcia solo ‘duró’ otros diez partidos. 

 

Finalmente, acabó su primera temporada en Segunda División con 16 participaciones y cerca de 1.500 minutos, una muestra escasa pero suficiente como para entender que puede estar preparado para asumir un mayor rango tras las marchas de futbolistas con mucha jerarquía en su puesto.

 

Por otro lado, Lucas Noubi llega al Deportivo con un volumen de juego muy similar al de Barcia, aunque en su caso por problemas extradeportivos. Sus diferencias a la hora de renovar con el Standard de Lieja cortaron su proyección en el club belga. Noubi jugó dos partidos con el primer equipo el pasado septiembre y, desde entonces, cayó en el ostracismo. Aunque acabó disputando 15 encuentros con el filial, en la tercera categoría del fútbol belga, su bagaje apenas superó los 1.500 minutos.

 

Comas, en proceso

Si Barcia y Noubi al menos están pudiendo ponerse a punto desde el minuto uno, no ocurre lo mismo con el tercer central: Arnau Comas. El defensor gironí sigue convalenciente de la operación de hombro derecho por la que pasó el 21 de mayo, después de lesionarse la articulación de manera definitiva en el duelo contra el Granada de la jornada 39. 

 

Esa dolencia, generada tras una caída, le obligó a someterse a una intervención de la que, después de casi dos meses, sigue recuperándose. Tras unos primeros días en los que realizó trabajo de gimnasio en Abegondo, el canterano del Barcelona saltó al césped a mediados de la semana pasada. Y aunque ha comenzado a tocar balón, sigue lejos de realizar las mismas tareas que sus compañeros, ya que debe evitar todo tipo de situaciones que pongan de nuevo en riesgo la estabilidad del complejo del hombro. 

 

Teniendo en cuenta que el fútbol es un deporte de contacto, su recuperación definitiva apunta a ser todavía próxima, por lo que Antonio Hidalgo deberá trabajar durante buena parte de la pretemporada sin el zaguero. Al menos, a pleno rendimiento.

 

El sustituto de Vázquez

Así, a la ausencia efectiva de Arnau se le suma la salida de Pablo Vázquez. El valenciano comenzó la pretemporada con el resto de sus ya excompañeros, a la espera de concretar el acuerdo a tres bandas para certificar su salida al Sporting.

 

Después de tres días de trabajo, el jueves ya no entrenó y se despidió de sus compañeros para incorporarse al Sporting de Gijón. El de Gandía dejó un hueco más en el ya mermado eje de la zaga. Pero, a la vez, su salida fue un alivio para él mismo y para el club. Después de que la entidad le comunicase que no le iba a renovar y que su rol iba a ser mucho más secundario de cara a esta temporada —a pesar de que en sus dos cursos fue el futbolista más utilizado por sus entrenadores—, que permaneciese más tiempo vinculado a la entidad deportivista eran días perdidos para el Dépor y para el propio jugador. De hecho, el futbolista reconoció que se le “hizo largo” el proceso de esperar para acabar incorporándose al club sportinguista.

 

Sin defensas fabrilistas en dinámica ante el alto número de jugadores (29) que están ya entrenando, ahora, la dirección de fútbol rastrea el mercado para terminar de atar a un tercer central. Busca un perfil diferente al de Lucas Noubi y Arnau Comas. El Deportivo ha pasado de un centro de la defensa con una media de edad de 29,5 años a otro que, a día de hoy, es de tan solo 22,33. 

 

Además, entre Barcia (16 partidos), Noubi (43) y Comas (25 en la Superliga suiza, catorce de Conference League y nueve de Segunda División) suman 107 encuentros  en categorías profesionales. 
Los datos demuestran el enorme potencial de crecimiento del que el Dépor dispone en el corazón de su defensa. Pero, a la vez, también ilustran la ausencia de experiencia en una posición en la que el liderazgo tiene una trascendencia vital. Por eso mismo, su última incorporación en este puesto apunta a ser la de un futbolista con tablas en la categoría. Es una necesidad central. 

La necesidad central del Deportivo

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