La pretemporada del Deportivo continúa su curso y una de las particularidades de Abegondo este verano es el gran número de futbolistas que en nómina con los que cuenta el club blanquiazul. Antonio Hidalgo tiene la difícil tarea de gestionar el día a día con el foco en preparar de la mejor manera al equipo para el inicio de Liga, pero al mismo tiempo tener a la plantilla enchufada atendiendo a las diferentes sensibilidades de un grupo que ni mucho menos es homogéneo en lo que se refiere a las expectativas sobre su futuro a corto plazo. 

Se pueden diferenciar tres claros estratos ahora mismo en el equipo. Los que tienen su puesto asegurado para la próxima temporada, destinados a un rol más o menos importante, pero que saben que formarán parte de la plantilla, los que ya saben que no cuentan y que es cuestión de horas, semanas o días que tengan que abandonar A Coruña, de buenas formas o por decisión unilateral, y por último, el que tiene las fronteras más difusas, los que deben probar su valía. Esa especie de limbo por el que transitan diferentes futbolistas cuya misión durante el verano es someterse a una especie de oposición para sacar plaza en el Dépor 2025-26. 

Como en todo concurso, los exámenes son diferentes dependiendo del puesto a desempeñar. Y por ahí uno de esos futbolistas, Luis Chacón, ha visto cómo el test se le simplificaba en los últimos días. Más simple, que no más sencillo. Porque saber con exactitud cuáles van a ser las preguntas no significa necesariamente tener todas las respuestas. O por lo menos saber cómo responderlas. Pero la llegada de Luismi Cruz aclara el panorama en la línea de tres cuartos del equipo deportivista y le marca al de Pontedeume la hoja de ruta de lo que tiene y no tiene que ser en los planes de Hidalgo. Ahora está en sus manos conseguir la plaza.

Estaba claro que el club iba a incorporar un futbolista de ataque, uno a mayores del deseado delantero que todavía está por venir. Faltaba por concretar el nivel de ese refuerzo y, sobre todo, el perfil. El extremo gaditano responde de forma rotunda a ambas incógnitas. Es un jugador con la jerarquía suficiente como para pelear la titularidad en igualdad de condiciones en una de las líneas mejor cubiertas del equipo. Además, su posición en el campo está tan definida en la banda derecha que obliga a otros a levantar la mano para ofrecer soluciones a lo ancho de esa línea de tres cuartos.

Complemento

Siendo un futbolista polivalente y capaz de adaptarse al frente de ataque, donde menos impacto tiene Luis Chacón es precisamente en esa banda derecha. Acostumbrado a moverse con libertad, su zona de influencia suele estar por detrás del punta o partiendo desde la banda izquierda, donde a pesar de no destacar como regateador, su inteligencia le permite aportar desequilibrio a pierna cambiada desde el costado zurdo.
No es Chacón, por tanto, un sustituto que por perfil vaya a ofrecer una réplica de lo que dan ni Mario Soriano ni Yeremay. Por su puesto ya no en volumen de producción de dos de los jugadores más destacados de la categoría, sino también en su función dentro del equipo. Ambos tuvieron un papel importante en la finalización, sobre todo en el caso del canario, pero su rol más importante está en la creación. En generar desequilibrios que permitan al equipo llegar en ventaja a zonas de peligro, bien sea de forma individual o habilitando a sus compañeros.

En sus dos últimas temporadas en Primera RFEF con Arenteiro y Cultural Leonesa, lo que ha demostrado el eumés es ser un seguro a la hora de poner números encima de la mesa. No llega a ser un delantero, pero sí es un finalizador. 75 partidos ha disputado en O Carballiño y León, firmando 23 goles y 9 asistencias, incrementando sus registros en ambos apartados en la segunda campaña, en la que además terminó consiguiendo el ascenso a Segunda División con la Cultu.

Nuevo estatus

Es precisamente ese mérito el que hace que Luis Chacón parta este verano en una posición completamente distinta a la de la pasada pretemporada. El Deportivo incorporaba a un futbolista que había apuntado maneras en el Racing de Ferrol y sobresalido en el Arenteiro, pero que llegaba para competir en una plantilla que había conseguido el ascenso al fútbol profesional con una segunda vuelta brillante. El rendimiento de principales y secundarios, además de la fuerza del grupo liderado por Idiakez, complicaban la entrada para un jugador que terminó saliendo cedido después de ir de más a menos durante la preparación.

Su estatus es diferente ahora. Primero por lo que ha conseguido el propio Chacón como jugador, que ha demostrado de nuevo que la tercera categoría se le queda pequeña. Pero también por la competencia. En estos momentos hay muchas dudas en esa segunda línea del ataque y nadie tiene asegurada su presencia en el equipo más allá de los ya conocidos por todos: Yeremay, Mario Soriano, Mella y el recién llegado Luismi Cruz.

Davo y Cristian Herrera, que además terminan contrato en 2026, vienen de un año gris a nivel de rendimiento y están en la rampa de salida. Mientras que Diego Gómez, repescado en enero de su cesión al Arenteiro, ha bajado en su cotización, más allá de que se desenvuelve en una zona del campo en la que Luismi y Mella apuntan a repartirse la mayor parte del pastel de minutos. De esta forma, y a la espera de que el Deportivo encuentre en el mercado alguna opción más para esa zona, algo que ahora mismo no es prioridad teniendo en cuenta las diferentes necesidades en otras demarcaciones, Chacón parte como la primera opción después de esos cuatro jugadores designados para pelear la titularidad, por lo que tiene ante sí la gran oportunidad de hacerse un hueco en el Dépor y disfrutar de un papel importante en Segunda División. Una oportunidad para la que, por otra parte, lleva opositando con nota varios años.