La llegada de Luismi Cruz al Deportivo no es solo un refuerzo más para las bandas. Es, sobre todo, una advertencia directa para quienes ocupaban hasta ahora los costados del ataque sin apenas competencia real. David Mella, uno de los jugadores más importantes del equipo en las dos últimas temporadas, es quizá el más señalado por el nuevo contexto. El ex del Tenerife y el canterano comparten posición natural, la banda derecha, y aunque su perfil de juego difiere totalmente, su convivencia en el once inicial no parece sencilla. A eso se suma la amenaza del Mundial sub-20, que podría apartar a Mella del equipo en un tramo crítico del inicio de curso. Por primera vez desde su irrupción, el de Teo tendrá que remar para no perder el sitio.
El movimiento por Luismi Cruz supone una maniobra de calado para un club que en el verano anterior apostó por otros perfiles para reforzar sus extremos. En el verano de 2024, el Deportivo confió en Yeremay y Mella como titulares casi indiscutibles para el regreso a Segunda, acompañados por fichajes con poca experiencia o de características diferentes a las de un extremo clásico, como Juan Gauto, Chacón o Cristian Herrera. La fórmula se desmoronó por rendimientos bajos y por escasez de alternativas. En 2025, la apuesta es diferente: Luismi llega con recorrido en Segunda y con el aval de haber sido uno de los jugadores más destacados del Tenerife, incluso en una temporada que terminó en descenso. Además, se incorpora con toda la pretemporada por delante, lo que le da margen para integrarse y competir desde el primer día.
Luismi y Mella ocupan, a priori, el mismo espacio en el campo, la banda derecha. Sus estilos, sin embargo, son diferentes. El gaditano tiene tendencia al juego combinativo y al desequilibrio a partir del regate y la conducción. Suele moverse hacia dentro, generar ventajas en zonas de tres cuartos y conectar con los compañeros que juegan por dentro. Mella es un futbolista más directo, más vertical. Su potencia en conducción, su velocidad al espacio y su capacidad para agitar partidos desde lo físico lo han convertido en un valor seguro para el Dépor desde que debutó con el primer equipo.
La convivencia entre ambos no es imposible, pero sí difícil sin tocar el sistema debido a la importancia capital de otros jugadores como Yeremay y Mario Soriano. Antonio Hidalgo podría explorar alineaciones con Mella en izquierda y Luismi en derecha o incluso usar al canterano como lateral, carrilero o segundo punta, demarcaciones que ya ha probado de forma ocasional. Pero esas soluciones se antojan, al menos de partida, poco naturales. Por el momento, ya ha comenzado la competencia directa en este inicio de la pretemporada.
Mella, eso sí, no es un jugador encasillado. A pesar de su juventud, ya ha vivido un proceso de transformación importante en su juego. Se formó como extremo zurdo a pie natural, un jugador de desborde por fuera, centrado en la velocidad y en buscar línea de fondo para centrar o rematar con su pierna izquierda. Pero fue Imanol Idiakez quien, al comenzar la temporada 2023-24, lo desplazó a la derecha. La idea era encajar en el once a Yeremay y Mella, manteniendo al canario en su perfil habitual y adaptando al de Teo al costado opuesto. Al principio le costó. Se le notaba incómodo a la hora de encarar y en algunos gestos. Sin embargo, con el paso de las semanas, Mella creció hasta hacerse imprescindible en esa banda derecha, firmando una temporada espectacular en Primera Federación y consolidándose ya en Segunda División en el curso posterior.
Su progresión no se detuvo ahí. Ya en la temporada 2024-25 se le vio en registros distintos, no solo como extremo. Actuó en ocasiones como lateral izquierdo durante el inicio de la campaña a las órdenes de Idiakez. También ejerció funciones de segundo punta en algunos partidos, ya con Óscar Gilsanz en el banquillo, acompañando a Zakaria Eddahchouri, recibiendo entre líneas o rompiendo al espacio. No era una posición fija, pero sí adoptó movimientos que ampliaron su mapa de juego y su utilidad en diferentes contextos. Esa polivalencia será ahora una de sus principales bazas para seguir en el once inicial.
Además, Mella ha soportado una carga tremenda desde su irrupción. Desde su debut en mayo de 2023 ha disputado 81 partidos oficiales entre Dépor, selección sub-19 y Fabril. En su primera temporada en el fútbol profesional fue titular en 34 de las primeras 36 jornadas, jugando incluso con molestias físicas en varias fases del campeonato. Su desgaste fue tal que acabó cayendo lesionado en abril, con una rotura en el recto femoral que lo dejó fuera del tramo final de temporada.
Esa fatiga también se reflejó en sus números. Tras sumar cinco goles y cuatro asistencias en la primera vuelta, solo logró un tanto y un pase de gol en la segunda. Su fútbol perdió continuidad, sus transiciones fueron menos limpias y su capacidad de desborde decayó. Pese a ello, siguió siendo indiscutible por la falta de alternativas reales en su posición. Ahora que sí las hay, necesita recuperar frescura, tanto física como mental.
Y en medio de todo eso aparece una variable decisiva: el Mundial sub-20. El torneo se celebrará en Chile entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre. Si Mella, como es previsible, entra en la lista de España, su ausencia en el Dépor podría alargarse durante algo más de un mes. La fase de grupos arranca el viernes 27 de septiembre y se extenderá hasta el sábado 5 de octubre, por lo que el canterano se perdería seguro los partidos ante el Eibar (27-28 de septiembre, fuera) y el Almería (4-5 de octubre, en Riazor). Si España llegase a la final (19 de octubre), Mella también se perdería las visitas al Málaga (11-12 de octubre) y al Racing de Santander (18-19 de octubre).
A todo eso hay que añadir el periodo de concentración previo al campeonato. La selección española suele reunir a sus convocados entre 10 y 15 días antes del inicio oficial, por lo que su presencia en el encuentro ante el Huesca (20-21 de septiembre) quedaría directamente descartada y su participación frente al Mirandés (13-14 de septiembre) quedaría en el aire. En total, el Dépor podría perder a Mella durante seis jornadas de Liga —de la 5 a la 10— justo en un tramo en el que se consolidan las primeras jerarquías en los onces titulares.
El problema para él no es solo lo que se pierde. Es también lo que puede pasar mientras tanto. Si en su ausencia Luismi Cruz logra hacerse con el puesto, el regreso de Mella no será sencillo. Reintegrarse en dinámica de grupo, recuperar sensaciones tras un torneo largo y pelear por volver al once supondrán un nuevo desafío, especialmente si el equipo funciona sin él.
A sus 20 años, Mella ha asumido más responsabilidades de las habituales en un jugador de su edad. Ha jugado con presión, ha evolucionado con velocidad y ha sido decisivo en momentos clave. Ahora tendrá que gestionar algo nuevo: el riesgo de perder protagonismo. Si lo supera, será aún más completo. Si no, deberá esperar su momento. En cualquier caso, el reto ya está sobre la mesa. Y su nombre es Luismi Cruz.