El Deportivo superó su segundo amistoso de pretemporada con una victoria sin excesivo brillo frente al Ourense CF (0-2). En una tarde asfixiante y con más interrupciones que ritmo, el equipo de Antonio Hidalgo resolvió con un gol a balón parado de Eddahchouri, tras un córner magistralmente botado por Escudero, y un tanto final de Yeremay, que cerró el partido con una genialidad. Sin alardes, el Dépor firmó un nuevo test de rodaje en la recién iniciada era Antonio Hidalgo.

El amistoso arrancó con obvias rotaciones y novedades en el once de Hidalgo, que esta vez optó por una defensa de cuatro y varias ausencias obligadas. No entraron en la convocatoria los tocados Ximo, José Ángel y Luis Chacón, y tampoco estuvieron Mfulu, Davo ni Bouldini. Con ese panorama, el Dépor saltó a O Couto con Germán bajo palos; Noubi y Escudero en los laterales; Samu y Barcia en el eje de la zaga; Villares como ancla, Rubén López y Mario Soriano alternando alturas en el interior, y un tridente ofensivo formado por Cristian Herrera, Mella y Eddahchouri.

En fase defensiva, el Dépor repitió patrón respecto al primer amistoso: presión alta, bloque adelantado y disposición 1-4-4-2 sin balón, con Soriano y Mella en los costados y Zaka —esta vez acompañado por Herrera— encargándose de la primera línea de presión. El plan no cambió, pero el contexto sí. El Ourense CF, más rodado y con más intención que el Compostela, no se dejó intimidar por la altura del bloque blanquiazul y fue ganando confianza y metros a medida que pasaban los minutos.

El Dépor trató de encontrar espacios por fuera, dejando la amplitud ofensiva a sus laterales, pero el juego no fluyó. Faltó claridad en la salida, precisión en la circulación y el tempo adecuado para recuperar. El calor también condicionó y contribuyó a la falta de ritmo. El encuentro se espesó en la medular y el equipo coruñés, sin capacidad para imponerse ni con balón ni sin él, cayó en una dinámica de ataques planos e inconexos.

Ese escenario lo aprovechó el Ourense CF para equilibrar el duelo, y por momentos incluso lo inclinó a su favor. El balón parado y los centros laterales fueron sus mejores armas para inquietar el área deportivista. En el minuto 18, Omar cazó un rechace dentro del área tras una falta lateral, pero su zurdazo salió desviado. Poco después, en el 34, Fran Carmona cabeceó a las manos de Germán un córner botado por Marco Camus. Sin alardes, pero con orden, el cuadro local logró incomodar al Dépor, que no encontraba su sitio sobre el césped de O Couto.

En ataque, los de Hidalgo apenas inquietaron a Alberto Sánchez, exguardameta del Dépor y nuevo fichaje del Ourense CF este verano tras ocho años en el club blanquiazul. Un centro desviado de Mella y un cabezazo sin peligro de Zaka fueron las escasas aproximaciones en una primera media hora que transcurrió sin chispa ni continuidad. Las numerosas faltas cometidas por el Deportivo, más que reflejo de intensidad, parecían síntoma de frustración por no encontrar el control del juego.

En lo individual, pocos lograban sobresalir. Mario Soriano intentó agitar al equipo desde la conducción, aunque con más ímpetu que criterio. Rubén López ofreció su despliegue habitual y se dejó ver tanto en tareas de recuperación como en la distribución, pero sin llegar a marcar diferencias. Y en general, el equipo echó en falta una figura capaz de clarificar el juego y poner orden ante un rival que provocó que al Dépor se le saliera la cadena de la bici en varias ocasiones.

El guante de Escudero

Eso sí, cuando el descanso asomaba en el horizonte, emergió una vez más la zurda de Escudero. Ya la había exhibido en Santiago y volvió a sacarla a relucir en Ourense para desbloquear un partido atascado. El lateral botó un córner cerrado, fuerte, con tensión, directo al segundo palo. Allí apareció Eddahchouri para rematar de cabeza y abrir el marcador, firmando su tercer tanto en dos partidos de pretemporada.

El tanto, algo aislado dentro del contexto general del primer acto, permitió al Deportivo marcharse al descanso con ventaja y, además, gozar de un final del primer tiempo más desahogado.

A diferencia del partido en el Vero Boquete, donde Antonio Hidalgo revolucionó el once tras el descanso, en O Couto optó por una rotación más contenida. Solo introdujo dos cambios: Petxa sustituyó a Samu y se situó en el lateral derecho y Teddy Alloh ocupó el carril izquierdo en lugar de Escudero. Esos retoques trajeron también ajustes estructurales. La salida de balón, que en el primer acto había recaído sobre los centrales con el apoyo de Villares, pasó a construirse con Petxa, Noubi y Barcia, mientras Alloh quedaba liberado para proyectarse en campo rival.

En fase defensiva también hubo matices: el 1-4-4-2 se mantuvo como base, pero esta vez fue Soriano quien acompañó a Zaka en la primera línea de presión, mientras Herrera se replegó al costado izquierdo para cerrar por fuera.

El inicio del segundo acto fue algo más agitado que el tramo final del primero. El Ourense CF generó peligro por la izquierda con dos centros consecutivos y uno de ellos acabó con una volea alta de Fran Carmona. Sin embargo, pasado ese breve susto, el Deportivo bajó las pulsaciones del encuentro y durmió un partido que ya había nacido plomizo. Alloh dejó destellos de su velocidad y Noubi volvió a mostrar personalidad al corte, saliendo de zona con valentía cada vez que detectó opción de robo.

Carrusel de cambios

Cumplida la media hora, llegó el momento del carrusel de cambios. Arnau Comas debutó como blanquiazul en el eje de la defensa. Patiño, Genreau y Diego Gómez entraron para tomar el mando en el centro del campo, mientras Yeremay, Luismi Cruz y Martín Ochoa refrescaron el frente de ataque. Como ya sucedió en Santiago, Luismi se pegó a la cal derecha y Yeremay se movió con libertad por el flanco izquierdo cerca de Ochoa. Ambos ofrecieron soluciones inmediatas. El canario y el gaditano necesitaron poco para hacer avanzar al equipo unos metros.

Esas apariciones, sumadas al lógico bajón físico del Ourense CF, permitieron al Dépor dar un paso adelante en el tramo final. Se jugó más en campo rival, aunque sin una producción ofensiva desbordante. El cuadro local, pese a su esfuerzo, empezó a quedarse sin gasolina y se fue hundiendo poco a poco cerca de su área. Aun así, volvió a amenazar tímidamente a balón parado con un testarazo de Aranzabe que Germán atrapó sin dificultades.

Y aunque parecía que el 0-1 sería definitivo, todavía quedaba espacio para un último destello. En el minuto 89, Yeremay puso la firma al encuentro con una acción marca de la casa. Patiño encontró al canario con un pase largo preciso y el extremo bajó el balón con un control orientado magnífico que lo dejó de cara al gol. Sin ponerse nervioso, definió raso, con calma y clase, para batir a Álvaro Ratón y sellar el 0-2. Un broche brillante que, sin embargo, no cambió el tono general del partido. Sin dominar ni deslumbrar, el Dépor se impuso en O Couto.