Ramón y Álex, los héroes inesperados del Teresa Herrera de las ausencias
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Ramón y Álex, los héroes inesperados del Teresa Herrera de las ausencias

Sin porteros y con Mauro y Bebeto con Brasil, el Dépor evitó ser último en el Teresa Herrera de 1993 en los penaltis ante la Lazio
Ramón y Álex, los héroes inesperados del Teresa Herrera de las ausencias
Álex (i) y Ramón (d) son felicitados por Manjarín (tras el portero), Nando y Pedro Riesco (11) a la conclusión de la tanda de penaltis en la que el Deportivo se impuso a la Lazio | ARCHIVO EL IDEAL GALLEGO

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Dos jugadores de escaso recorrido como blanquiazules, ya que nunca disputaron un solo partido oficial con el Deportivo, se erigieron en héroes deportivistas durante unas horas de una calurosa tarde de agosto, en un Teresa Herrera de 1993 por el que el SuperDépor, bajo mínimos por las ausencias, pasó con más pena que gloria.

 

14 de agosto de 1993. Jornada final del XLVIII Trofeo Teresa Herrera. La habitual sesión doble del tercer y definitivo día la abre el partido por el tercer puesto, entre Deportivo y Lazio. Los coruñeses caen en la primera semifinal, ante el ‘Dream Team’ del Barça, merced a un solitario gol de Miguel Ángel Nadal. Los romanos ceden en una acalorada segunda semifinal —cuatro tarjetas rojas y nueve amarillas— frente a un São Paulo (3-1) que remonta el tempranero tanto de Beppe Signoricapocannoniere del último campeonato italiano con 26 goles— con dianas de Lula, Catê y Jamelli.

 

El Deportivo forma con Álex; López Rekarte, Paco, Djukic, Serna, Nando; Alfredo, Donato, Fran; Manjarín y Pedro Riesco. José Ramón entra por Paco a los 20 minutos de la segunda mitad. Ramón sustituye a Alfredo a un cuarto de hora del final y Mariano y Voro saltan al campo por Rekarte y Serna tres minutos después. La Lazio, quinta clasificada de la Serie A el curso previo, sale con Marchegiani; Di Mauro, Cravero, Bergodi, Corino; Bacci, Gascoigne, De Paola, Marcolin; Signori y Casiraghi. Sclosa entra por Gascoigne en el minuto 52, Winter suple a Corino en el 68, Di Vaio sale por Signori en el 68 y Di Matteo releva a Di Mauro en el 87. Su entrenador es Dino Zoff, el hombre que levantó la tercera Copa del Mundo de la Squadra Azzurra en el Bernabéu ante la célebre sonrisa del presidente italiano Sandro Pertini.

 

Plaga de lesiones

El canterano Álex es una de las perlas de la cantera coruñesa. Subcampeón del mundo con la selección española sub-17 dos años antes, juega 108 partidos con el Fabril entre 1990 y 1996. Álex ocupa la portería blanquiazul ya ante el Barça. El también fabrilista Óscar, que un año antes es fichado al Portazgo, espera en el banquillo. La razón, la plaga de lesiones que asola a los guardametas. Canales es operado de la rodilla derecha unas semanas antes, mientras Liaño sufre un problema en la misma articulación en el amistoso disputado el 9 de agosto contra el Milan. Elduayen, fichado debido a la baja de larga duración de Canales, se rompe el menisco de la misma rodilla en la sesión de entrenamiento de la víspera de la semifinal contra el Barcelona. Arsenio Iglesias tampoco puede contar con Bebeto y Mauro Silva, que al día siguiente juegan en el estadio Centenario de Montevideo un partido capital para Brasil en su camino hacia la Copa del Mundo de 1994. Aldana se encuentra convaleciente de una operación de —como no— rodilla después de lesionarse dos meses y medio antes en el partido en que el equipo certifica, ante el Zaragoza en Riazor, su primera clasificación para competición europea. Y Claudio tampoco está disponible por problemas de pubis.

 

Una lesión también marca el fugaz paso de Ramón por A Coruña. El delantero sevillano —padre de Javi Vázquez, que jugó el pasado curso en el Lugo– se compromete con el Deportivo antes de finalizar la temporada 1991-92. En el último partido del curso, ante el Valladolid en el Nuevo Zorrilla, una dura entrada de Vicente Engonga —curiosamente ya fichado por el Celta— acaba en una rotura de ligamento cruzado y ligamento lateral interno de la rodilla izquierda. Lendoiro respeta el contrato del internacional —juega 3 partidos con la selección absoluta en 1987 y 1988—, que no disputa un solo encuentro en toda la campaña 1992-93. Su regreso, en el verano de 1993, es celebrado por la afición coruñesa, que lo exterioriza con una gran ovación cuando salta al campo por Alfredo. También influye su precipitado regreso después de ser traspasado al Racing de Santander por 60 millones de pesetas. El cuerpo médico del club cántabro descarta el fichaje debido al estado de su rodilla.

 

Dos paradas y dos goles

Ramón iguala el tanto inicial de Casiraghi. Resuelve un barullo en el área tras un córner. El gol lleva el partido a la resolución desde el punto de penalti. Allí, en la portería de General, aparece Álex para detener los lanzamientos de Casiraghi y Bergodi, el tercero y cuarto del equipo lacial. Entre medias, Ramón anota el 4-2 definitivo. “Ha sido un sueño, he pensado muchas veces en este momento, marcar un gol con el Deportivo”, reconoce tras el partido.

 

Álex se sienta en el banquillo durante las nueve primeras jornadas y en las eliminatorias europeas ante el Aalborg y el Aston Villa, con Liaño bajo palos y Elduayen y Canales en la sala de recuperación. Nunca más vuelve a una convocatoria oficial. Todo lo que Ramón juega de blanquiazul es durante aquel mes de agosto. 73 minutos en A Lomba, el cuarto de hora final ante la Lazio, 19 minutos más —con otro gol— frente al Universidad Católica de Chile y la primera parte ante el Bergantiños en Carballo. Días después, el Deportivo llega a un acuerdo para cederlo al Albacete, donde a la conclusión de la campaña cuelga las botas. Ese fue el recorrido blanquiazul de los héroes inopinados del Teresa Herrera de las bajas.

Ramón y Álex, los héroes inesperados del Teresa Herrera de las ausencias

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