Jacobo Copa: "Lloré toda la noche el día que me lesioné"

Jacobo Copa Chas (15 de febrero de 2006) no es un adolescente cualquiera. Es el próximo gran jugador coruñés de hockey sobre patines. A los 18 años recién cumplidos afronta una temporada muy exigente con el Dominicos, inmerso en la lucha por la permanencia en OK Liga Plata y en el Campeonato de España Júnior, y con la selección, en un año de Mundial Sub-19. Chupito, como le apodaron por el apellido de su padre, el entrenador liceísta Juan Copa, habla de todo con la misma soltura que maneja el stick y la bola.

Victoria importante contra el Ordes, rival directo por la permanencia, ¿un alivio?
Fue un punto de inflexión y de relax, sí. Nos quitamos todos los nervios acumulados en las últimas semanas. El partido del Ordes, como el de este finde en Vic, y el siguiente contra el Lubiáns, son súper importantes para la permanencia.

El 3-2 fue con 1:45 en el reloj, ¿se os complicó más de la cuenta?
Fue un partido muy difícil a nivel emocional porque nos jugábamos la permanencia y estaba la grada llena. No creo que se complicase más de la cuenta, yo estaba tranquilo y sabía que íbamos a ganar, pero ellos jugaron bien sus armas y estuvo muy igualado. Es cierto que nosotros llegamos mucho, pero no definimos bien en el área rival, nos anularon dos goles, fallamos dos bolas paradas... Y apareció Martín Payero para forzar y marcar un penalti a falta de dos minutos, pero nosotros conseguimos meter el 3-2.

Payero fue un maestro para ti los últimos años en Dominicos, ¿cómo fue el reencuentro?
Es uno de mis referentes desde pequeño. Recuerdo ir a verlo cuando estaba en el Cerceda y pedirle fotos. Poder compartir vestuario y ahora jugar contra él son palabras mayores. Al acabar el partido de la primera vuelta en Ordes [Jacobo no pudo jugar por lesión] le dije que si yo hubiera estado en la pista no habría marcado dos goles (ríe). El sábado, en el calentamiento, nos encaramos porque los dos somos de sangre caliente y siempre salimos a matar, pero en plan bien porque nos llevamos genial. Fue un momento muy bonito.

Las expectativas eran altas, pero con todo el equipo desde el principio estaríamos más arriba

El ambicioso objetivo del club era luchar por el ascenso y ahora sólo podéis pensar en la permanencia, ¿expectativas demasiado altas?
Está claro que las expectativas eran altas y creo que con todo el equipo desde el principio estaríamos más arriba, pero las lesiones nos machacaron. Nuestra realidad es ahora la lucha por la permanencia, no podemos pensar más allá si queremos mantener al equipo en OK Plata.

¿Hacéis cuentas?
En el vestuario vamos partido a partido y ahora sólo pensamos en ganar al Vic [el sábado a las 19.30 horas]. Yo ya he visto en vídeo su último partido en Tordera porque me gusta estudiar a los rivales, sobre todo al portero. Es cierto que también tenemos la mirada puesta en el Lubiáns [siguiente jornada, el 6 de abril], pero después del Vic habrá tres semanas de parón para pensar en eso. A ver si también puede llegar Adrián Candamio...

El pasado verano fue anunciado como el gran fichaje del Dominicos y ni siquiera ha debutado por culpa de una lesión.
En principio no contábamos con él porque se complicó más de la cuenta su lesión, pero nos ha dicho que esta semana volvía al médico e igual podía acabar la temporada, al menos para jugar algunos minutos. Hay que decir que nos está ayudando mucho, aunque sea desde fuera, viajando con nosotros y haciendo de delegado. Es un tío al que he seguido toda su carrera y es una pena no haber podido compartir pista con él.

Hablando de lesionados, ¿cómo gestionaste tu baja por la lesión de grado 2 en el hombro?
Tuve la suerte de que no me tuve que operar y la recuperación me pilló con el parón de las Navidades. Fueron dos meses y me perdí sólo cinco partidos, pero el día que me lesioné lloré toda la noche. Nunca había tenido una lesión de este nivel, de estar tanto tiempo parado y me asusté. Incluso vino a verme a casa Bruno [Saavedra, excompañero del Dominicos y ahora en el Liceo], para contarme qué tal llevaba lo suyo [sufrió una fractura de escafoides]. Ya con los resultados me puse en manos del fisio, que me ayudó mucho, y a partir de ahí, a trabajar prevención de hombro. Las lesiones son parte del deporte y hay que afrontarlas como tal. Podía haber sido peor.

Cierras ciclo sub-19 y es año de Mundial. El seleccionador te llamó cuando estabas lesionado, ¿cuentas con entrar en la lista?
Es cierto que tengo una relación muy cercana con el míster [Carlos Cortijo] y que llevo tres años en la selección, pero no me veo en la lista todavía. Tengo que luchar como todos los jugadores que vamos a los controles. Ojalá poder estar en Italia y ganar el Mundial, un sueño para cualquiera.

Hay mucho nivel y pocas plazas, ¿cómo es la competitividad en los controles?
Es una competitividad sana. Nadie va a  hacer daño ni hay malas caras. Si quieres estar en la selección y jugar un Mundial, tienes que controlar tu ego. La clave para ganar es la unión y la fuerza del grupo, todos son importantes, desde el utillero hasta el delantero que marca los goles.

Si quieres estar en la selección y jugar un Mundial, tienes que controlar tu ego

Eres el único gallego y no catalán de la selección, ¿qué valor tiene para ti?
Le doy mucho valor, pero me tengo que esforzar tanto como los catalanes. No quiero decir que ellos lo tengan más fácil, pero sí un poco más cómodo porque Cataluña es la cuna del hockey, o eso dicen.

Jacobo, Copa o Chupito.
Mis amigos me llaman Chupi o Chupas. Me empezaron a llamar así porque mi padre es [Juan] Copa y a mí me quedó Chupito [ocurrencia de Josep Lamas, exjugador del Liceo]. También me llaman Jacobo, Jaco, Copa o Copita. No desprecio mis apellidos, ninguno de los dos, y en la camiseta llevo Jacobo C. por Copa y por Chas.

¿Cómo llevas eso de ser el hijo del entrenador del Liceo?
Estoy muy orgulloso de mi padre y me da igual lo que digan. Cuando voy a Cataluña y me dicen que soy 'el hijo de...' pienso 'ah, sí, pues ahora os voy a meter tres goles'. Yo callo bocas en la pista.