Blai Roca: “Soy un portero más del estilo de Malián, con movilidad y más activo y agresivo”
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Blai Roca: “Soy un portero más del estilo de Malián, con movilidad y más activo y agresivo”

Portero del Liceo
Blai Roca: “Soy un portero más del estilo de Malián, con movilidad y más activo  y agresivo”
Blai Roca, en un partido con el Noia en Riazor la temporada pasada | Pedro Puig

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Blai Roca (Arenys de Munt, 1997) es el nuevo inquilino de la portería del Liceo y una de las cuatro caras nuevas para la próxima temporada. Después de cuatro años en Sant Sandurní d’Anoia, el portero catalán da el salto al conjunto verdiblanco con el hambre de ganar títulos. En su carta de presentación, un gran abanico de recursos para impedir que la bola llegue a las redes en el que destacan sus reflejos y su movilidad bajo palos con la que suple la carencia de centímetros, sobre todo en comparación con otros porteros que son mucho más grandes y que ya solo con su tamaño cubren prácticamente todo el espacio. Pero también con el carácter suficiente para soportar la presión que supone estar en un equipo grande que aspira a ganar todas las competiciones. Sustituye a Martí Serra, que en tres temporada, sobre todo la última, le ha dejado el listón alto. Lo reconoce, pero prefiere centrarse en hacer su propio camino que espera que llegue plagado de éxitos.

 

Toni Pérez y Tombita ya estuvieron en el Liceo y Nuno Paiva en A Coruña. ¿Se siente casi como el único nuevo?

Es mi primera vez aquí, sí, pero sí que también había estado varias veces en A Coruña, ya no solo por jugar los partidos, sino que me pasé aquí tres veranos aquí porque tengo muchos amigos, como el Chino (Miguélez, jugador del Lleida, con quien coincidió en categorías inferiores del Barça), Gabriel Villares, que viví con él... Entonces ya sabía que es una ciudad que me encanta, que el entorno es perfecto y encima creo que el proyecto del Liceo tiene una ambición enorme y nosotros vamos a estar a la altura. Animo a todo el mundo a que venga, a que nos siga y que nos apoye, porque es un plus más, es el sexto jugador, como se suele decir. Estoy con muchas ganas ya de vestirme y de llegar a Riazor.

 

El Liceo ha tenido grandes porteros a lo largo de la historia. ¿Hay alguno en el que se haya fijado especialmente y con cuál se quedaría?

El que me gustaba mucho es Xavi Malián. Creo que es un portero espectacular, cuando estaba aquí en el Liceo paraba un montón y ahora en el Porto sigue parando una barbaridad. Además mi estilo también se asemeja un poco más al suyo que por ejemplo al de Martí Serra, mi predecesor. El de Martí es más como el de Carles Grau y más como el de Sergi Fernández. Yo obviamente no puedo jugar así por mi estatura, porque soy más bajito, y aunque Malián es mucho más grande que yo, sí que es un portero más activo, con más movilidad, un poco más agresivo, y yo creo que me caracterizo más por eso que por lo de Martí Serra o Carles Grau. Pero los porteros que han pasado aquí son una locura, ya lo sabemos todos, yo vengo a hacer mi trayectoria, mi caminito, y vengo confiado. Creo que estoy en un momento tanto físico como mentalmente muy bueno, creo que con 28 años ya vengo como un portero asentado en la Liga, y como ya dije, estoy con ganas y ambición.


Además es un portero al que se le dan especialmente bien los partidos contra el Barça, los que quiere ganar el Liceo.

Eso es verdad, pero solo cuando jugábamos en casa, porque en su pista nos vacunaron pero bien... Pero en casa sí que se me dio bien y esperemos que siga así también aquí en el Liceo.


Dijo en su presentación que estaba cansado de quedarse a las puertas de los títulos. El curso pasado el Noia llegó  semifinales de la Champions, siendo el único equipo español clasificado para la final a cuatro. ¿Fue una sorpresa?

Íbamos partido a partido, haciendo poco a poco el camino, con cero presión porque no teníamos que demostrar absolutamente nada a nadie. Creo que además lo hicimos aún mejor contra los equipos grandes que contra los pequeños, mejor cuando teníamos un rol más secundario, más de estar a la defensiva y esperar nuestra oportunidad para hacer daño, que cuando éramos nosotros los teníamos que llevar el peso en el partido. Estábamos más cómodos siendo el equipo pequeño. Aquí con el Liceo sí que vamos a llevar más el peso del partido, porque el Liceo es el grande de la Liga, pero creo que me voy a adaptar también bien a eso.

 

¿Sin miedo a aburrirse porque le vayan a llegar menos ocasiones ya que el Liceo controla más los partidos?

Claro que sí, sin miedo. El Liceo creo que históricamente es un club ofensivo aunque sí que este año jugó un poco más defensivo que otros, pero históricamente se van mucho arriba así que también le llegan mucho. Vi la fase final de la Liga, el playoff, y a Martí Serra le llegaron mucho, así que me tengo que poner las pilas y apretar el culo.

 

¿Sabía que aquí la tradición del vestuario es que el portero recibe collejas si deja la portería a cero?

No lo sabía pero, ¡gracias por la advertencia! Mira por dónde, igual al final del partido, ¡ups!, entra solo un gol sin querer (se ríe). No quiero las collejas (sigue riendo). No, no, era broma,  no lo sabía, pero si me llegan las collejas por eso creo que las voy a aceptar encantado.

 

Martí Serra se llevó el año pasado muchas collejas, o caricias fuertes como preferían llamarle.

Una barbaridad. Creo, no sé si entre Champions y Liga, que hizo cinco consecutivas. Más las otras sueltas. Yo creo que el año pasado solo hice una o dos. Pero bueno, ya digo, vengo sin la presión de que tenga que superarle. No me voy a meter más presión que la que ya tiene una portería así. Vengo a hacer mi trayectoria, mi propia carrera.

 

¿Es cierto que el portero de hockey es como una isla dentro de la pista, otro deporte dentro del mismo deporte?

Los porteros somos muy importantes y decisivos. Somos el 70% o el 80%, no sé, un porcentaje altísimo, de los equipos. Entonces yo solo me tengo que dedicar a parar, que como dicen, es fácil.

 

“Estoy en el momento perfecto para asumir el reto que es la portería del Liceo”

 

Fácil no es, solo que algunos hacen que parezca fácil.

Es verdad. Así que yo me tengo que dedicar a parar, a estar tranquilo. Creo que lo voy a hacer bien. Ya digo, vengo confiado. Estoy en un momento bueno. Y creo que era el momento perfecto para venir aquí, para asumir lo que es la portería del Liceo. Y con ilusión.

 

¿Le pidió consejo a Jordi Bargalló, que era su compañero el año pasado, para venir?

Hablé mucho con Jordi, le pregunté cómo estaba el club, cómo es la ciudad... Y él me dijo que iba a estar perfecto. Me habló maravillas. Hablé también con Martí Serra porque me llevo muy bien con él, tenemos amistad desde hace muchos años porque siempre compartimos portería en la selección española. Él me dijo que estaría perfectamente aquí. Y como dicen en todos los lados, si paro voy a estar bien. Si no, no. Es así. Martí creo que ha hecho tres años muy, muy buenos. Ha acabado por todo lo alto el tío. Pero no me voy a fijar en lo que ha hecho él y voy a hacer yo lo mío.

 

¿Como portero, qué jugador del Liceo le alegra más dejar de sufrirlo como rival?

Como portero, y no está bien que lo diga, pero es que César Carballeira chuta muy fuerte. O sea, cuando me chutaba César alguna vez, yo decía que cuidado. Pero sí que también es cierto que ofensivamente Dava Torres aporta mucho, a mí me ha metido muchos goles. Entonces durante una etapa voy a estar tranquilo porque los voy a tener a mi lado. 

 

IDILIO BAJO PALOS

“Me gustaba disfrazarme y por eso empecé de portero”

La posición de portero en el hockey no es sencilla de cubrir porque no todos los niños están dispuestos a arrodillarse bajo palos. “Yo empecé porque me gustaba disfrazarme”, confiesa Blai Roca.

 

¿Cómo empezó su historia con la portería?

Porque me gustaba disfrazarme. Es una tontería, pero es que es real. Con cinco años en el equipo no teníamos portero. Y nos tocaba cada semana a uno y me llegó mi turno. A mí me gustaba disfrazarme así que encantado... Y mira, hasta hoy.

 

Un disfraz muy pesado.

En el momento que me lo puse estuve el primer año que me ponían ahí en la portería, me caía para un lado y no me movía más. Tenía que salir el entrenador, me recogía y me ponía otra vez ahí de pie, me volvía a caer y otra vez igual. Y así estuve un año entero. Ya después sí que me hice un poquito más fuerte y ya seguí. Pero es cierto que la gente no es consciente de lo que pesa y de lo que cansa ir vestido de portero. Hace mucho calor, pesa mucho y cuando eres más pequeño es que no te mueves.

 

Siempre se dice que para ser portero hay que estar hecho de una pasta especial.

En mi caso no es que me lo pensara mucho porque con cinco años no tenía mucha conciencia y no es que me encantara ser portero. No lo recuerdo así. Yo llegué, me gustaba disfrazarme, me pusieron ahí y me dijeron, vete tirando y a ver si te gusta un poco. Me gustó y ya. Hasta ahora.

 

¿Lo hizo un poco como un modo de diferenciarse de su hermano gemelo (Nil Roca, actualmente jugador del Benfica)?

Sí, claro, también. Estuvimos juntos hasta el último año de júniors en la cantera del Barça. A ver si puede fichar algún día aquí porque es un defensa y los defensas a los porteros nos molan mucho.

Blai Roca: “Soy un portero más del estilo de Malián, con movilidad y más activo y agresivo”

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