Miguel Loureiro (Cerceda, 1996) ya es jugador del Deportivo. Firma hasta 2028 tras un traspaso que el club coruñés llevaba semanas negociando con el Huesca. No ha sido una operación sencilla, pero el futbolista no ocultó su deseo de regresar a casa. “Siento que es volver a casa, la oportunidad de mi vida.Es el club de mi ciudad y es especial. Así se lo trasladé al club”, dijo en el programa Balones Fuera, de SportAragón, cuando la operación aún no se había oficializado.
“Desde el principio, con el máximo respeto, les trasladé mi sentimiento, cómo me encontraba, y le pedí a todos que intentasen negociar, que tratasen de entender mi situación y buscar una solución que fuese buena para todas las partes”, añadió el futbolista, que llega a Riazor como un refuerzo clave para la defensa de Antonio Hidalgo, su técnico de confianza en el Huesca.
Con 28 años vuelve al Dépor, tras una etapa desafortunada en la cantera blanquiazul debido a una lesión, y lo hace como un veterano en una defensa en plena renovación y con piezas jóvenes como Lucas Noubi (20 años), Dani Barcia (22), Arnau Comas (25) y Giacomo Quagliata (25).
Miguel Loureiro creció en A Abeleira, un pequeño lugar de Cerceda donde sus padres, José Manuel y Ángeles, regentan el restaurante Casa Loureiro, local que desde 1963 ofrece cocina tradicional gallega. En ese contexto, Miguel demostró ser un apasionado del fútbol desde niño. “Desde pequeno era un pouco tolemia. Ademais do restaurante de casa, o meu pai ten o seu traballo. Traballaba os sábados e entón era un pouco complicado. Encima, cando es pequeno, fas máis cousas que fútbol: atletismo, natación… Era un pouco caos, toda a fin de semana dun lado para outro. Estou moi agradecido aos meus pais porque desde o principio fixeron moitos esforzos para que eu puidese desfrutar do fútbol”, explicó el propio Loureiro en una entrevista a DXT Campeón en agosto de 2024.
Con tan solo cuatro años ya se unió a las Escolas Luis Calvo Sanz, en Carballo, siguiendo los pasos del padre, que había jugado en el Bergantiños, el Órdenes y el Cerceda. “Desde pequeno na nosa casa vivíase moito o fútbol e de aí vénme esa inspiración”.
Ya en edad infantil, el Deportivo lo fichó para su cantera, pero apenas pudo participar por una dolencia en el tobillo. “Estiven dous anos alí, pero podendo participar moi pouco”. Sufría la enfermedad de Köhler, una osteocondrosis en el escafoides del pie. El proceso, entre diagnóstico, espera, operación y recuperación, se alargó tres años.
Aunque agradecido a los servicios médicos del club, a Loureiro le quedó la espina de no haber podido continuar en el Dépor. Y esa lesión marcó su forma de ver el fútbol: “Só quería volver xogar no patio. Cando es pequeno tes esa ilusión (de ser profesional). Non pensas demasiado niso, pero firmas polo Deportivo e podes pensar que pode pasar. Pero despois da lesión en ningún momento pásaseme pola cabeza. Simplemente quería volver xogar no patio do colexio e non estaba a pensar en nada máis. Iso axudoume a tomar o fútbol doutra maneira, a desfrutalo, en vez de vivilo como algo tan esixente”.
Su regreso a los terrenos de juego, tras un año sin equipo, se produjo en el Bergantiños de División de Honor Cadete. El técnico Pedro Gómez fue un gran apoyo en su vuelta a los campos. Y, ya en edad juvenil, con solo 16 años, debutó con el primer equipo en Preferente en una 2013-14 en la que jugó 28 partidos (27 como titular) y marcó dos goles. El primero de ellos, inolvidable, ante el Dumbría: “Collín o balón na miña banda á altura do medio do campo e fixen un par de cambios de ritmo. Ao chegar preto da área vin que non tiña a ninguén a quen pasar o balón e tirei. Por sorte saíu á escuadra. Cando vin que o balón saía do pé e ía para dentro non mo cría”, explicó un joven Loureiro a este diario en diciembre de 2013.
Su potencia, despliegue físico y temprana madurez táctica despertaron el interés de varios clubes: Deportivo, Celta, Villarreal, Atlético, Racing de Ferrol o Compostela, según publicó DXT Campeón en 2013. Pero como siempre, Loureiro se mostró cauto: “Hai que illarse un pouco diso. Primeiro hai que centrarse en conseguir o ascenso e ao final xa se verá. Aínda non está nada pensado”, dijo el lateral, que acabó fichando por el Celta, donde podía seguir estudiando en Vigo.
En el Celta apenas jugó en División de Honor Juvenil y en 2015 recaló en el Pontevedra, donde su carrera dio un vuelco gracias a la confianza de Luisito, quizá la figura clave en la carrera del cercedense. En su segunda temporada en Pasarón jugó 36 partidos como titular, superando los 3.000 minutos. Le ganó el puesto al capitán Adrián Gómez y se consolidó como un lateral de gran recorrido, carácter competitivo y fiabilidad defensiva.
En 2017 firmó por el Córdoba en Segunda, con 20 años alcanzó el fútbol profesional y compartió vestuario con figuras como José Antonio Reyes. “Cando me chega a oportunidade do Córdoba, para min era totalmente inesperado. En Córdoba véxome rodeado de xente que antes vía pola televisión e chegas a ter esa síndrome do impostor: ‘Eu merezo estar aquí?’”, comentó Loureiro el pasado año a este diario.
No logró asentarse en su primer curso, aunque en el segundo disputó 23 partidos como titular. El equipo descendió y años después reconoció que aquella experiencia quizá llegó antes de tiempo. “En ese momento a nivel emocional estaba menos preparado para afrontar un entorno así, quizá estuve algo más nervioso y es más complicado rendir en ese contexto”, explicó a Riazor.org sobre su primera visita a Riazor con el Córdoba.
Tras salir del Córdoba, en 2019 dio un paso atrás y se unió al Andorra, que ya había sido adquirido por Gerard Piqué. Fue titular en su primera temporada a las órdenes del también barcelonista Gabri, pero la pandemia cortó el curso y, en su segunda campaña en el Principado, perdió protagonismo con Nacho Castro y Eder Sarabia pese a que el equipo hizo una gran campaña.
En 2021, tras no renovar por el Andorra, regresó a Galicia y firmó por el Racing de Ferrol de Cristóbal Parralo. Volvió a ser un fijo en el lateral derecho, jugó 35 partidos y fue clave en un equipo que solo quedó por detrás del Dépor y el Racing de Santander en Primera RFEF.
Con 25 años, con más confianza, le llegó de nuevo la oportunidad de regresar a Segunda División, esta vez en el Lugo. “Ahora es un momento mejor para mí, más maduro como futbolista, con más experiencia y creo que mi rendimiento puede estar a la altura de la competición”, afirmó en su presentación. Su rendimiento fue constante pese al descenso del equipo. Fue titular con los cuatro técnicos del curso.
Además, fue en el Anxo Carro donde comenzó a actuar con regularidad como central. “Non é algo que fixese con recorrencia, pero noutras etapas formativas si que me tocou participar aí, e xa no Lugo tamén actuei de central en liña de cinco”, relató Loureiro a este diario sobre su etapa en el club rojiblanco, donde Iñigo Vélez confió en él de manera continua para ejercer de central derecho en una línea de cinco defensas.
En 2023 recaló en el Huesca y protagonizó su tercera temporada consecutiva con más de 3.000 minutos. Alejado de lesiones y como ejemplo de regularidad, la llegada de Antonio Hidalgo a mitad de curso potenció todavía más su papel. Se convirtió en el comodín de la defensa, en una navaja suiza: lateral en una zaga de cuatro, central derecho en una defensa de cinco y, por encima de todo, un futbolista que, más allá de estructuras rígidas, le permitió al entrenador jugar con su posición en diferentes contextos tácticos, incluso en un mismo partido o en una misma jugada.
Su comprensión del juego y su inteligencia posicional dieron otro salto y añadieron solidez al equipo. En la 2024-25, el Huesca estuvo cerca del playoff y Loureiro fue clave. Apenas se perdió un puñado de partidos por lesión y uno de ellos fue contra el Dépor en El Alcoraz. Justo unos días antes había marcado el gol de la victoria ante el Elche con la rodilla derecha, la misma que minutos antes se había lesionado: “É un partido sempre especial e dá máis rabia perdelo”, dijo entonces.
Loureiro siempre ha mantenido el vínculo emocional con el Deportivo. El pasado año, cuando todavía jugaba en Huesca, respondió así sobre la posibilidad de recalar en el Dépor: “Sempre hai un cariño especial polos equipos da terra… Eu son galego, de Coruña, e é evidente que o Deportivo é un equipo importante para Galicia… Nunca se sabe o que pode pasar… Pero na miña cabeza non está iso. Son xogador do Huesca e estou moi contento aquí”. Este verano cambió el contexto y hoy Miguel Loureiro es por fin jugador del Dépor en un largo camino de ida y vuelta.