El éxito del OAR con dedicatoria al cielo
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El éxito del OAR con dedicatoria al cielo

El club dedica el deseado ascenso a Pablo Aguirregabiria, su entrenador fallecido hace dos años
El éxito del OAR con dedicatoria al cielo
El equipo del OAR posa con su trofeo delante de la redacción de DXT Campeón | Quintana

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Tras un largo y trabajado camino, el OAR ha conseguido regresar a División de Honor Plata, la segunda categoría del balonmano nacional. El club encadenaba tres fases de ascenso seguidas "fracasando", por lo que el verano pasado se llevaron a cabo cambios a todos los niveles. Carlos Resch asumió la presidencia, Nando González fue el elegido para dirigir al equipo desde el banquillo y llegaron varios fichajes de primer nivel para asaltar el ascenso desde el día uno. 

 

"Creo que al final fue fácil porque todos teníamos el mismo objetivo, que era este (el ascenso). Cuando todo el mundo quiere eso con tantas ganas e ilusión, es muy fácil acoplarse, acabamos siendo un grupo de amigos y eso se fue notando", recuerda el capitán, Diego Martínez. Por su parte, el presidente del club, Carlos Resch, considera que el objetivo inicial era "muy ambicioso". "El acoplamiento de los jugadores se consiguió con trabajo y de manera rápida. De hecho, ganamos la Copa Galicia, que es un torneo de pretemporada. Creo que el trabajo realizado es para quitarse el sombrero", añade.

 

Liga regular excelsa

 

El objetivo estaba claro: el ascenso. Pero para llegar a él la primera parada era la liga regular. El OAR ganó sus dos primeros partidos, pero cayó a domicilio en el tercero a manos del Carballal. Eso fue el cinco de octubre, desde entonces y hasta el veintidós de febrero, el equipo coruñés no cosechó más que victorias, diecisiete de forma consecutiva. A falta de cinco jornadas para el final eran equipo de fase de ascenso de manera matemática, plasmando su superioridad en el Grupo A. "Íbamos trabajando día a día y con eso hemos ido consiguiendo cosas. Veías que el grupo siempre estaba unido, la gente siempre trabajaba", recuerda Alejandro Conde

 

En esas últimas cinco jornadas, el equipo cosechó dos derrotas que hicieron un total de cuatro en toda la temporada regular. "Creo que, aunque les meta caña, mentalmente es normal. Es condición humana que cuando ya te ves clasificado con bastante antelación bajes un poco en los partido, pero el equipo mostró competitividad", admite por su parte Nando González

 

Tras conocerse que A Coruña sería una de las sedes de la fase de ascenso, el OAR anunció una última sorpresa: el retorno de Ángel Iglesias. Canterano del club, tiene experiencia más que contrastada en Asobal, pero esta temporada estaba con el San José Obrero de Lanzarote en Plata. "Entre el club y yo fue rápido, había disponibilidad por ambas partes y se llegó a una solución muy rápida. Luego hubo un poco más de inconveniente a la hora de llegar a un acuerdo con el San José, pero al final llegaron a un acuerdo entre las dos directivas. Era una cuestión de sentimiento", relata Iglesias.

 

De infarto en infarto

 

Ya en la propia fase de ascenso, el OAR no tuvo ni un solo partido tranquilo de los tres que disputó. El primero, contra uno de los favoritos como Sant Joan, tenía muy mala pinta, llegando a ir ocho goles abajo. Sin embargo, el equipo coruñés fue capaz de remontarlos y terminar ganando con un gol de Diego Martínez

 

En el segundo contra Zaragoza todo parecía perdido a falta de seis segundos, cuando se pusieron un gol por detrás en el marcador. Ese resultado daba el ascenso a los aragoneses, pero entonces apareció Luisma De Goya para dejar con vida a los suyos sobre la bocina. "Hay una anécdota contra Zaragoza, que nos mete el penalti y Conde está con cara de circunstancia para sacar de centro. Yo lo miro, le sonrío y me mira con cara de 'este qué cojones hace'. Yo confiaba en mi equipo y en la magia del San Francisco Javier", relata Diego Martínez. 

 

El OAR llegó a su partido contra La Salle el domingo a mediodía sabiendo qué tenía que hacer exactamente para ascender: ganar por dieciséis o más goles. En el descanso iban ganando 'sólo' de tres y parecía complicado, pero ni los jugadores ni la grada se rindieron. "En la primera parte veíamos que si nos dejábamos de equivocar en ciertas cosas, podíamos ir sacando un poco más de renta. En la segunda no sé en qué momento, pero pasamos de cuatro a diez de ventaja y ahí dije 'ojo'. La grada estaba muy arriba y cuando estamos a cuatro viene Diego y me dice 'tú tranquilo que está hecho'. Ya cuando te pones a dieciséis no te lo crees", recuerda Conde. 

 

Éxtasis

 

El momento en el que sonó la bocina del final del partido contra La Salle fue de éxtasis y felicidad totales en el San Francisco Javier. "Yo no era consciente. De hecho, hay dos o tres acciones con el más dieciséis en que pido la pelota rápido porque en mi cabeza no llegaba. Estaba desubicadísimo. Cuando acaba, veo que todo el mundo lo celebra y pensaba '¿qué celebráis? Hemos perdido, no nos ha dado', hasta que mis compañeros de Lanzarote me empiezan a agarrar y me dicen que sí. Entonces, miro el marcador y empiezo a contar como los niños pequeños con los dedos y ya soy consciente", recuerda entre risas Ángel Iglesias. "Por suerte he podido disfrutar de esto, que ha sido un sueño. Para nosotros es nuestro mejor momento deportivo sin ninguna duda, salvo que podamos ver o disfrutar de ascender a Asobal", añade.

 

"Cuando me giro a mi derecha y veo a Iago, después de once fases de ascenso, llorando desconsoladamente, ahí ya no aguato más y me pongo a llorar con él dándonos un abrazo. Fue increíble la situación, de los mejores momentos de mi vida", expresa por su parte Alejandro Conde. Por su parte, el presidente del club recordaba que las emociones fueron "súper fuertes". "Piensas en todo los que hemos trabajado. Pusimos muy a prueba nuestros corazones y lo hemos superado, fue muy emotivo.

 

Un recuerdo especial

 

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Pablo Aguirregabiria durante un partido con el OAR en 2022 | AEC

 

En la memoria de toda la familia oarista está y estará durante mucho tiempo la figura de Pablo Aguirregabiria. El que fuera entrenador del equipo durante muchos años falleció en 2023. Su figura estuvo muy presente durante esta fase de ascenso para el equipo. "Me acuerdo mucho de Pablo. Creo que si alguien lo deseaba más que yo (el ascenso), era él", dice Diego Martínez. "Una persona que dio la vida por el OAR, que sentía el OAR.... Creo que hay que poner muy en valor lo que hizo Pablo y me gustaría dedicarle el ascenso", expresaba por su parte Carlos Resch.

 

"Creo que (Pablo) lo hubiese vivido como uno de sus mejores días. Me acuerdo de que tenía muchos recuerdos e historias que gente como Ángel o yo, que somos de aquí de toda la vida, nos las sabemos de memoria. Sé que a futuras generaciones también les contaría la nuestra porque son cosas que te van a quedar siempre en el recuerdo. Y yo, seguramente, cuando sea mayor haré como él y le contaré a mis hijos y mis nietos que gané siendo capitán del OAR en una fase de ascenso cuando nadie creía, cuando teníamos que ganar de dieciséis", añade Diego. 

 

El futuro

 

El OAR jugará la próxima temporada en División de Honor Plata. Así lo ha confirmado su presidente: "La viabilidad del club desde el punto de vista económico está asegurada, no hay ningún tipo de problema en cuanto al compromiso de los sponsors. Attica 21 y Galitrans se han volcado y se van a seguir volcando. De cara a la fase hemos conseguido una colaboración de otras empresas que han hecho una apuesta por el OAR y que esperemos que consoliden en División de Honor Plata. Todo tiene que ir paso a paso, sin volverse locos, pero la viabilidad económica del club y su solvencia están aseguradas".

 

De cara a esa campaña 2025-26, el objetivo es el de "no descender", para posteriormente "consolidar al equipo en División de Honor Plata". Además del primer equipo, los objetivos del club pasan por fortalecer tanto su masa social como su base. "Queremos consolidar esa base, toda esa gente que ha apoyado al club, que vibraba, bailaba y gritaba, que decía 'sí se puede' en el pabellón. Toda esa gente la queremos consolidar y eso es muy importante. A nivel deportivo tenemos que ensanchar la base. Creo que hay un antes y un después con la fase, la repercusión desde el punto de vista social y de niños que quieren jugar a balonmano. Hemos recuperado a mucha gente".

 

En principio, la idea del OAR pasa por continuar jugando sus partidos en la que lleva siendo su casa varios años: el pabellón San Francisco Javier. El club considera que el hecho de que el público esté tan cerca de la pista crea un "efecto Bombonera" y lo ven clave en el éxito de la fase de ascenso. Por otro lado, se podría intentar encontrar una manera de hacer que pueda entrar más gente a ver los partidos, a través de, por ejemplo, gradas supletorias.

 

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