OAR y Zaragoza llegaban al partido conociendo el resultado del choque entre Sant Joan y La Salle. La victoria de los cordobeses impedía que el OAR tuviese opciones de ascender el sábado, pero permitía a los aragoneses subir si se imponían a los anfitriones.
Salía con mucha intensidad Zaragoza, tanta que se quedaban con un jugador menos durante dos minutos nada más comenzar por la exclusión de Cecchini. Una situación de superioridad que aprovechaban los coruñeses con defensas exitosas, las cuales transformaban en goles en el otro lado del campo. El OAR crecía desde atrás, saliendo velocísimos en situaciones de contragolpe desde las que llegaban ocasiones claras de gol. Zaragoza estaba siendo muy físico en sus defensas, con muchos contactos y agarrones excesivos que les costaban una nueva exclusión a los nueve minutos de encuentro con 4-4.
El equipo coruñés aprovechaba la circunstancia para adelantarse en el marcador, pero luego eran ellos quienes se quedaban con seis jugadores sobre la pista, aunque lograban mantener la ventaja. Tras un tramo de sequía goleadora, los herculinos se veían de nuevo en inferioridad y Zaragoza le daba la vuelta a un ajustado marcador de 7-9.
El OAR no tenía el día en ataque. El equipo de Nando González no estaba siendo capaz de encontrar situaciones claras de lanzamiento y, además, tampoco estaba acertado desde los siete metros, con varios fallos en la primera mitad. Todo lo contrario le pasaba a Zaragoza, que no perdonaba ninguno de sus tres penaltis. Los coruñeses estaban echando de menos a un Alberto Roldán que estubo más que inspirado en la primera jornada, pero que en esta ocasión no era capaz de encontrar sus tiros. El partido llegaba al tiempo de descanso con 11-14.
El OAR volvía de los vestuarios con la tarea de remontar tres goles de desventaja, una situación más favorable que la del choque con Sant Joan, donde llegaron a perder por ocho tantos. En los primeros minutos no variaba el guión de partido, con Zaragoza acertado en ataque e intenso en defensa, a lo que se añadían las paradas de un inspirado Alejandro Sanz.
Las tornas cambiaban a los tres minutos y medio con la tarjeta roja a Arnillas. Diego Martínez lanzaba el siete metros, pero el OAR seguía negado desde esa línea. El equipo oarista tampoco era capaz de aprovechar la superioridad e incluso concedía más distancia con su rival en ese tiempo. El equipo coruñés se acercaba en el marcador hasta el 15-17 y la grada se volvía a encender, cantando un día más el 'sí se puede'.
Zaragoza pedía tiempo muerto y al regreso el OAR empataba el encuentro, pero se encontraba con una exclusión en contra. A pesar de la inferioridad, conseguían un nuevo siete metros a favor, pero Alejandro Sanz se volvía a erigir frente a Alberto Roldán. El partido se estaba basando en las actuaciones defensivas de ambos equipos, muy intensos en esa parcela y sin permitir un tanteo alto.
La maldición del siete metros de los locales por fin parecía romperse a trece minutos del final, cuando Pablo Moral consiguió convertir uno para empatar a dieciocho. En el siguiente ataque, su tocayo Pablo Martínez anotaba desde el extremo derecho para poner por delante a los coruñeses. La grada estaba encendida, volviendo a ser el ocatavo jugador coruñés en el San Francisco Javier. Otra vez los extremos y la defensa le estaban dando una segunda vida al OAR, igual que lo habían hecho ya el primer día, consiguiendo una ventaja de 20-18 a falta de diez minutos.
Sin embargo, la cosa se complicaba para los locales con la expulsión de Diogo Freitas por roja directa y Zaragoza aprovechaba esa superioridad numérica para empatar el partido a 20. Al OAR le esperaba un nuevo final apretado, llegando a los últimos cinco minutos con 22-20, pero con una nueva exclusión de dos minutos que podía ser clave.
Zaragoza recortaba distancias en el marcador, pero no lograba igualar pese a ser uno más. Los visitantes pedían tiempo muerto a falta de algo más de dos minutos para acabar, tras el que igualaban la contienda. Respondía Ángel Iglesias a falta de minuto y medio, pero tenía Zaragoza un nuevo siete metros para empatar y no perdonaba. A falta de diez segundos, los aragoneses tenían un nuevo penalti a su favor y no perdonaban. Nando González pedía tiempo muerto para diseñar una jugada con la que empatar y no le podía salir mejor, ya que el OAR igualaba sobre la bocina gracias a un lanzamiento de De Goya.
El empate dejaba desilusionados a los jugadores de Zaragoza, que tuvieron el ascenso en sus manos. Este resultado deja a ambos equipos jugándosela mañana. De ganar ambos, ascenderá el que mejor diferencia de goles tenga en toda la fase. Un factor que, ahora mismo, favorece a Zaragoza. Además, el OAR tiene en su contra que juega contra La Salle, equipo que también podría tener posibilidades de subir si los aragoneses pierden en el primer turno. A favor de los coruñeses juega precisamente eso, el disputar su partido sabiendo lo que ha hecho Zaragoza y conociendo cuáles son exactamente sus opciones de ascender.