El término ‘win-win’, traducido al español como ‘ganar-ganar’, hace referencia a una estrategia de marketing que tiene como objetivo que todas las partes salgan beneficiadas. Este anglicismo, que ha sobrepasado el ámbito de la mercadotecnia para ser usado en otras áreas, valdría para resumir el contexto del Deportivo en relación a sus dos delanteros: Iván Barbero y Raúl Alcaina. La recuperación del punta almeriense y el reciente fichaje del ariete valenciano han supuesto un salto cualitativo evidente para el ataque blanquiazul, que en los dos últimos partidos ha salido ganando jugase uno u otro. ‘Win-win’.
Después de cuatro meses de baja debido a una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda, Barbero reapareció el pasado 14 de enero en el Reino de León y fue acumulando minutos hasta que el 10 de febrero regresó a la titularidad en la victoria a domicilio frente a la SD Logroñés (0-5). En ese mismo enfrentamiento hizo su debut Raúl Alcaina, recién llegado del Alcoyano, y los dos delanteros marcaron un gol cada uno para cerrar la fiesta blanquiazul.
El pasado domingo se repitió la fórmula frente al Tarazona, aunque Barbero consiguió un tanto todavía más importante al abrir la lata con un remate a pase de Mella. Posteriormente, Alcaina, que volvió a entrar al campo en la segunda mitad en lugar de Barbero, anotó el 4-1 definitivo.
Mientras Barbero sigue sumando minutos para recuperar el ritmo competitivo perdido por el tiempo de inactividad y Alcaina se aclimata poco a poco a la idea de juego de Imanol Idiakez tras su reciente llegada, los dos atacantes elevan su nivel de confianza con goles y el Deportivo aumenta su rendimiento con la figura del ‘9’ bien cubierta. Una gran noticia para todas las partes implicadas después de un primer tramo de temporada en el que el equipo sufrió la ausencia de un punta nato, más allá de la aportación del canterano Martín Ochoa, que arrastraba molestias en las piernas debido a un síndrome compartimental crónico.
La vuelta de Barbero al once, consecuencia en parte de la sanción de Davo de dos partidos, ha sentado de perlas al Depor. Es la pieza del puzle que faltaba para que Imanol Idiakez pudiese recuperar de forma completa la idea de juego que exhibió en pretemporada y en el inicio del campeonato.
El primer Depor de la 2023-24 era un equipo con capacidad para defender hacia adelante gracias al despliegue de su doble pivote y con verticalidad en sus extremos, lanzados por un Lucas Pérez en un rol de segundo punta. La libertad y el espacio que tenía el ‘7’ por dentro se debía a unas bandas bien abiertas y a un Barbero que fijaba a los centrales y aportaba presencia en el área.
El técnico vasco ha podido recuperar este plan, aunque con ciertos matices debido a la tendencia actual de Yeremay de meterse hacia dentro y a la electricidad de Mella en la banda derecha. No obstante, el rol de Barbero no ha cambiado. Y las mejores pruebas de ello son los dos goles que abrieron la lata en los partidos ante la SD Logroñés y el Tarazona: cabalgada de Mella y remate del delantero ganándole la partida a los defensas. En Las Gaunas, el derechazo de Barbero fue al palo y Lucas lo mandó a la red; en Riazor, el remate acabó directamente en la portería de Salvi tras un leve toque en el central visitante. El ‘9’ haciendo de ‘9’.
“Soy un delantero potente, me gusta atacar los espacios, me gusta estar en movimiento, romper, ir a recibir, siempre estar en zona de finalización”, dijo Alcaina en su presentación como jugador del Depor.
En dos partidos ha confirmado estas palabras con dos desmarques de ruptura que acabaron en gol. Un recurso más para un Depor que ha recuperado su olfato goleador gracias, en buena medida, a la aportación de Barbero y Alcaina.