Cierto es que en el entorno deportivista tendemos a ilusionarnos con muy poco, apenas con nombres novedosos que no evocan la grandeza de antaño pero sobre los que se deposita un margen de confianza brutal, hasta que en muchos casos nos damos de bruces con la realidad.

La inesperada marcha de Helton Leite a falta de menos de dos semanas para el pistoletazo de salida a la Liga ha dejado huérfanas dos demarcaciones clave en cualquier conjunto profesional, la portería y la delantera.
 

Mientras la dirección deportiva de Fernando Soriano se afana en minimizar el golpe asestado por el Fortaleza, en punta de ataque el mánager aragonés ha sabido conservar el hermetismo necesario para la contratación de un hombre de garantías.
 

Dispuesto a pescar en el caladero de Primera División, lo más probable es que el Dépor tenga que esperar a última hora por algún descarte sin mercado en la élite.
 

De todos los futbolistas que sobre el papel lo tendrán crudo para continuar en la máxima competición española me llama la atención un valor seguro, el Búfalo Asier Villalibre.
 

El 17 de junio de 2023 este atacante de potencia desmesurada y barba decimonónica se consagró por su estratosférica valentía.
 

Corría el minuto 129 del partido de vuelta de la final playoff de ascenso en el estadio Ciutat de Valencia en un envite en el que el Levante partía como claro favorito a hacerse con la tercera plaza para promocionarse a Primera.
 

Una pena máxima a favor de los babazorros por mano de Rober Pier dejaba helado al feudo de Orriols y, cuando todos miraban de reojo la designación del lanzador del penalti, un hombre de 25 años mimaba el balón para enviarlo con dulzura al fondo de las mallas. Toda una lección de arrojo y aplomo de un punta limitado técnicamente que no titubeó cuando un hipotético error hubiera resultado letal. No se arrugó.
 

Aunque, lógicamente, el cuadro coruñés no es el único pretendiente a hacerse con sus servicios —se han sumado a la puja clubes como Eibar, Sporting de Gijón, Racing de Santander, Real Zaragoza, Mirandés o Albacete—, lo cierto es que Riazor puede ser el hábitat perfecto para su crecimiento y retorno a los laureles.
Desatado por la calidad de pasadores como Yeremay, Mella, Soriano o Luismi Cruz, el de Gernika sería todo un revulsivo para el Dépor. Un búfalo que ilusiona.