João Paulo García (São Paulo, Brasil, 1995) ha renovado una temporada más con el Silva a sus cuarenta años. Será la décima que cumpla con el club coruñés, al que llegó en 2015 desde su Brasil natal. Tras una primera retirada en 2023, el año pasado se volvió a vestir de blanco para ayudar al equipo de una ciudad de la que se reconoce enamorado. Más de doscientos partidos después, seguirá formando parte de la familia silvista, al menos, un año más. Sobre su parón, su estado físico y sobre ser el más veterano del nuevo proyecto, João Paulo se ha sentado a charlar con DXT Campeón.
La temporada pasada volvió a jugar tras un parón, ¿era una retirada definitiva en teoría?
Era una retirada definitiva. Hace dos temporadas estaba siempre lesionado, eso me rompió mucho la cabeza. Después de que nació mi hijo, muchas veces no tenía mucho tiempo para estar con él y ya venía de dos temporadas seguidas lesionado. Te va dando un bajón, estás siempre tocado, no puedes ayudar al equipo... La cabeza es lo que más me ha afectado. Mi mujer no quería que parara porque al niño le gustaba ir allí a verme. Pero como justo me había operado de las ingles y me dolían mucho el pubis y el tendón de Aquiles, decidí retirarme.
¿Por qué decide volver?
La temporada pasada siempre iba, porque me encantaba ir a la Grela a ver a los chavales. Desde que llegué a España solo estuve en el Silva y los conozco a todos, tengo mucha amistad con los chavales, con la gente... Todos los domingos estaba allí y había entrenamientos por la semana que iba allí para verlos. Un día que fui por allí, que ya había empezado la pretemporada, hablé con Iván y entre él, Chechu y varios compañeros me dijeron que por qué no intentaba hacer la pretemporada, a ver cómo estaba, porque llevaba año y medio parado. Al llegar a casa, mi hijo me dijo que le gustaría verme jugar otra vez y lo intenté.
En la Grela estamos en nuestra casa. Para ganarnos hay que sufrir
De inicio estaba súper bien. Tenía que bajar los kilos que había ganado, pero luego estuve casi toda la temporada lesionado: isquio, gemelo, abductor... Todo cosas que nunca me había lesionado, porque yo siempre sufría con el tendón de Aquiles y el pubis. El fisio me dijo: “Tú ya tienes 39 años, estuviste parado un año y medio y vuelves de golpe. Al estar bajando de peso, tu cuerpo no tiene las proteínas que necesita porque estás a dieta, sumando entrenamientos y trabajo”.
¿Tuvo dudas para seguir esta temporada?
Tenía dudas. Como me lesioné toda la temporada y tengo cuarenta años no sabía qué hacer. Estuve con Noé y con Chechu y me dijeron “tú estás”, entonces yo contesté que, si estaba, tenía que empezar antes a hacer mi pretemporada e ir al gimnasio y entrenar en vez de estar de vacaciones. De broma le dije a Brais Lema que se viniera conmigo, pero al final lo tomamos en serio y empezamos los dos antes de ir al trabajo. Empezamos a hacer nuestra pretemporada, fortaleciendo todo y de momento voy aguantando. Siempre voy comentando también con Noé por si tengo alguna molestia y él ahí es muy bueno porque jugó, sabe de qué va el tema y a veces me frena un poco.
El otro día dejaron buenas sensaciones contra el Arenteiro, ¿cómo está viendo la pretemporada?
No me gusta decirlo, pero si que dio la sensación de que merecimos ganar el partido. Yo comenté con los chavales antes del partido que aquí en la Grela cambia todo, estamos en un campo pequeñito, en nuestra casa, para ganarnos hay que sufrir. Tenemos que empezar la pretemporada con esa mentalidad, que la gente que venga sepa que tiene que sufrir. No puedes venir aquí, entrar en nuestra casa, abrir la nevera y comer lo que quieras.
¿Le da pena que vayan a cambiar la Grela por Elviña?
No te voy a mentir. Por más que Elviña tiene todas las condiciones que tiene, me da mucha pena. Estás acostumbrado a la Grela, pero si es un cambio que la directiva y el cuerpo técnico creen que va a ser mejor para nuestro equipo, nos vendrá bien. Pero pena sí que me da, porque estuvimos allí tanto tiempo...
¿Qué le parece el equipo?
Me está gustando mucho. Los chavales que están llegando se están adaptando muy bien y hay mucha gente que ya había estado aquí antes. Son chavales humildes que vienen a sumar y a hacer grupo.
¿Se siente el padre del grupo?
Te lo juro. Nunca esperé tener cuarenta años y estar hablando con chavales de diecinueve o veinte que ya les doblo la edad. Me di cuenta de que soy el más viejo y un día hablado con mi mujer le dije: “Yo siempre fui el más pequeño y ahora soy el más mayor del equipo” y me hace gracia. Pero los chavales me respetan mucho, aunque también me dicen ese tema del padre o el viejo del equipo y yo les contesto que a ver si alguno de ellos llega a jugar con cuarenta años. De momento soy el padre de muchos, que casi la mitad podrían ser mis hijos. Siempre hablo con ellos y me preguntan qué hacer mejor, pero siempre comento que al final aprendo yo más con ellos que ellos conmigo.
¿Por qué decide venir a España?
En esa época había un grupo inversor que quería buscar un equipo en España para traer jugadores aquí. Las dos primeras temporadas vine yo y cinco o seis brasileños más, pero fue justo cuando empezó una crisis que afectó al grupo inversor y ya no pudo más. De inicio veníamos a jugar al fútbol e intentar hacer trampolín y esos inversores a intentar tener otros equipos. Como yo ya tenía cierta edad (treinta años), yo venía para jugar y después cuidar a los otros brasileños aquí.
Parece que soy el padre de muchos, que casi la mitad podrían ser mis hijos
Esa era la intención de inicio, pero después de la pandemia cambiaron muchas cosas. Yo ya tenía una amistad muy grande con Chechu y me dijo: “Tú eres como mi hijo, tú te quedas con el Silva hasta que aguantes y vas a trabajar conmigo”. Mi familia y yo le estamos muy agradecidos por todo lo que ha hecho por mí. Ahí fue cuando me dio trabajo, los inversores se marcharon y los brasileños pararon de venir. Me quedé yo solo trabajando con Chechu y seguí en el Silva. Y hasta hoy. Ahora ya no vivo más del fútbol, juego porque me encanta estar allí con los chavales, pero tengo mi trabajo y estoy muy contento.
Llegó a A Coruña en 2015, ¿qué le hizo quedarse?
Estoy enamorado de A Coruña porque, desde el día en que llegué, la gente me trató súper bien en todos los sitios a los que fui, tanto en el fútbol como en el trabajo. Después vino mi mujer y mi hijo nació aquí. Empiezas a tener un vínculo muy grande y mi mujer también se enamoró de la ciudad. Ya me dijo: “De aquí no marcho, si te vas tú, yo me quedo”. Estamos muy contentos con todo.
El primer objetivo es no lesionarme, por eso me quiero cuidar al máximo
¿Qué objetivos se marca para esta temporada?
El primer objetivo es no lesionarme, por eso me quiero cuidar al máximo. El principal objetivo del equipo es mantenernos en Tercera, es lo que tenemos en mente, dejar al equipo donde lo cogemos e intentar estar lo más alto posible en la tabla. Después, yo tengo el objetivo de jugar más partidos, no estar lesionado, marcar goles y ayudar a mi equipo dando el 100%.