El Leyma Básquet Coruña sufrió su vigésimo sexta derrota del curso (105-93), en un partido –con Giannis Antetokounmpo como espectador de excepción– sin nada en juego, disputado a ritmo altísimo y donde al 

UCAM le duró más la batería que al diezmado plantel entrenado por Diego Epifanio.

En la víspera, el técnico local, Sito Alonso, pidió una intensidad que sus pupilos desplegaron desde prácticamente el arranque, con una canasta de Ennis a los 3 segundos después de ser el más avispado tras el salto inicial.

Un aviso de lo que iba a venir. Ritmo altísimo, posesiones cosrtísimas y triples, muchos triples. Abrió el fuego Barrueta, con un defensor en la cara... segundos después de fallar dos libres. El Papi firmó otro tras el primero local, de un Gates que era duda y acabó siendo el MVP de este primer cuarto. Se fue a descansar por primera vez con 12 puntos en 5:46 y su equipo 12 arriba (26-14) gracias a un parcial de 14-0 desde que Verge, con 5 tantos seguidos, había dado al Leyma su primera ventaja.

El UCAM, segundo equipo que menos anota de la ACB, cerró el cuarto inicial con una proyección de casi 130 puntos (34-27). Y no fue más porque Kostas demostró que los tiros libres no son el fuerte de la familia Antetokounmpo (0 de 4). 

Pérdidas y puntos

Y hablando de proyección, la de los naranjas era, al paso por el minuto 10, de dos docenas de balones perdidos. Los locales sacaron de la primera media un total de 7 puntos, justo la diferencia en el marcador al final de acto inaugural.

En el segundo, Anteto inauguró su casillero con un contundente mate –esto sí es lo suyo–, antes de que 5 puntos consecutivos de Scrubb (38-34) llevasen a Sito Alonso a pedir un tiempo muerto, donde dejó clarísimo su cabreo.

El musculoso griego llevó su serie desde los 4,60 metros a un terrorífico 0 de 6, mientras Huskic dirigía –3 asistencias en 6 minutos– desde el poste alto el ataque del Leyma, que así se mantuvo a rebufo (40-38). Pero fue nuevamente Scrubb, ahora con una bandeja que hizo el 40-40, quien obligó a Alonso a volver a llamar a capítulo a los suyos. Por si no tenían claro que el partido no era un amistoso.

Así lo entendió el Leyma después de defender con la vista en los 10 primeros minutos.  Solo permitió media docena en los primeros seis minutos y medio, y gracias a ello volvió a mandar en el marcador (40-43). Pero encajó un 5-0 y el mosqueo lo exhibió Epi en el preceptivo tiempo muerto, al que siguió un 2+1 de Lundqvist tras el sexto pase de canasta del Jokic de los pobres. 

Un mejor rush final del UCAM mandó el duelo al descano con dos dos triples de diferencia (55-49), después de enroscar Gates su cuarto en solo seis intentos. El Básquet Coruña anotó por encima del 50% (7 de 12) desde fuera el arco, pero por debajo desde dentro (8 de 20).

Los de Epi regresaron mejor a la pista. Parcial inicial de 0-7, culminado con un robo+bandeja de Jakovics. El letón había recibido poco antes un mandoble en el rostro no señalado por el árbitro que estaba justo delante, Serrano, quien luego no tuvo reparos en decretar antideportiva en un 2+1 de Falk. De la posesión nació una asistencia mágica de Ennis a Birgander y otro tiempo muerto de Epi (63-56).

Y volvió Verge, sentado desde el primer cuarto. Un canastón suyó frenó el parcial contrario. Huskic, tras rebote ofensivo, recortó 2 puntos más y Scrubb sumó desde larga distancia para volver a apretar el marcador (65-63).

Manita externa

El burgalés tuvo que parar de nuevo el partido por culpa de un parcial de 8-3 con el que UCAM amagó con irse (75-67), favorecido también por un criterio arbitral muy distinto según el color de la camiseta. Un triple de Radovic devolvió al cuadro murciano un margen de dos dígitos (80-69), al que el Leyma le rebajó 3 puntos al final del cuarto (82-74).

El UCAM volvió a estirarse con tres canastas fáciles.  Un par de pérdidas de balón consecutivas impidieron que el Leyma rebajase su déficit por debajo de la decena. Lo logró con un tiro de dos metros de Diagne. Y Alonso paró el juego. No quería ni un segundo de relajación defensiva. Y no tardaría casi nada en volver a abroncar a los suyos por culpa de un parcial de 0-4 cocinado por Lundqvist (92-85).

El trío del silbato echó otra manita al UCAM, castigando como antideportiva una falta normal de Diagne, cuando empezaba a llover sobre el Palacio. Un triple de Ennis –fantástica su segunda mitad anotando y haciendo anotar– y otro de Hakanson sentenciaron (100-89) a un Leyma que llegó hasta donde le duró la batería. 

En cinco días pondrá el cierre a un curso tan histórico como frustrante. En casa contra el Baskonia, otro duelo sin nada en juego para ninguno de los protagonistas. A ver si...