Solo falta una semana para el solsticio de verano, un periodo de ebullición social y también deportiva. Es la estación donde cristalizan los rumores, los equipos se rearman y preparan la próxima temporada. El Básquet Coruña no es ajeno a los tiempos, pero desde que se consumó el descenso a Primera FEB (antigua LEB Oro) solo ha anunciado la salida de Diego Epifanio, Gus Lima y Yunio Barrueta. Urgen la llegada de un nuevo entrenador, renovaciones y fichajes para ilusionar a una afición que ha respondido. Más de 4.750 personas han formalizado la reserva de abono para la campaña 2025-26.
Si todos los caminos del Leyma conducen a Carles Marco, entrenador asistente de París Basketball, la oficialidad se hace de rogar precisamente porque el equipo parisino está embarcado en las finales de la Liga francesa. Ayer mismo ganó el primer partido de la serie por el título ante el Mónaco (94-82), pero la eliminatoria no se resolverá, como muy pronto, hasta el viernes 20. Si hacen falta un cuarto y un quinto partido, Marco no estará libre hasta el martes 24, día de San Juan, fiesta en A Coruña.
El catalán, que en su etapa como jugador disputó 361 partidos en la Liga ACB, tiene a sus espaldas como técnico seis temporadas en la antigua LEB Oro (Oviedo, Palencia y Girona) y diversas experiencias como asistente, en la ACB con el Manresa, en la Liga de Verano de la NBA y, en los tres últimos años, en el Estrella Roja al lado de Dusko Ivanovic, en el Barça junto a Roger Grimau y en el citado París como ayudante de Thiago Splitter.
De su libreto sabemos que es un técnico de gusto por el baloncesto ofensivo, pero sin descuidar el orden y el trabajo defensivo. El perfil del entrneador marcará el estilo del nuevo Básquet Coruña y las características de sus jugadores.
Precisamente en el capítulo de renovaciones o altas no hay nada escrito todavía en el Básquet Coruña. Si bien el director deportivo Charlie Uzal reconoció en una entrevista con DXT Campeón que el proyecto podría volver a empezar de cero, matizó que le gustaría contar con tres o cuatro jugadores de la plantilla que descendió de la Liga ACB.
El presidente Pablo de Amallo desveló la semana pasada en Cadena Cope Coruña que tres jugadores tienen contrato: Ingus Jakovics, Phil Scrubb y Yunio Barrueta, aunque este último ya se ha desvinculado en busca de un nuevo contrato en la ACB. También suenan en los mentideros del mercado Atou Diagne, Beqa Burjanadze, Gus Lima y Trey Thompkins como posibles refuerzos para equipos en la élite.
El silencio en torno a Goran Huskic, Olle Lundqvist, Aleix Font o Álex Hernández, cuatro piezas del ascenso y muy vinculadas a Diego Epifanio, no es un buen indicio. A buen seguro que el técnico burgalés estaría encantado de reclutarlos para el Obradoiro. La situación de Lonzo Verge, el último fichaje, y Karlis Silins también es una incógnita, pero su rendimiento en los últimos partidos les convierten en piezas apetecibles.
¿Fichajes? No hay nada escrito todavía. Ni siquiera rumores. El club espera la llegada de Marco para afianzar las negociaciones en marcha. El diseño de la plantilla debería ser ambicioso, por el presupuesto y el rol del Leyma la próxima temporada en la segunda división, pero sin perder el equilibrio.
Con más de 4.750 preabonados en el último día de plazo para efectuar la reserva, el Básquet Coruña tiene prácticamente atada su continuidad en el Coliseum, siempre y cuando confirme esa cifra cuando lance la venta de localidades, a partir del 30 de junio y dividida en tres fases.
La sintonía con el Ayuntamiento es total y la amplia respuesta de la masa social le permitirá al club negociar un nuevo convenio para renovar la cesión del Coliseum por una temporada más.
Pablo de Amallo desveló en una entrevista con este diario que la ampliación de capital es cuestión de tiempo. Han pasado casi dos meses y el club no da pistas. Si bien no es obligatoria por el descenso, la entidad quiere reforzar su estatus con un incremento del capital social y económico.
La afición y el tejido empresarial de la ciudad mira con buenos ojos la ampliación, pero se abre también un escenario no deseado por De Amallo y el actual Consejo de Administración: la aparición de capital foráneo interesado en un club apetitoso por su modelo económico y éxito social.