Dava Torres e Ignacio Alabart no solo comparten origen y profesión. Los coruñeses del Liceo y el Barça que a partir de este sábado se verán las caras en las finales de la OK Liga son algo más que aficionados al golf. Juegan cuando la temporada se lo permite, coinciden en algún torneo de verano y son socios del Real Club de Golf de La Coruña. 
 

Dava e Ignacio accedieron por vez primera al campo de A Zapateira con su familia. Los abuelos del capitán verdiblanco eran socios, su abuela Mari Carmen Prada era la que jugaba, y el padre del barcelonista, Kiko Alabart, también exjugador de hockey patines en el Liceo, el Reus y la selección española, también practicaba el golf.
 

“Siempre se me dio bastante bien, tengo varios primeros, segundos y terceros premios en trofeos de verano de cuando era pequeño, pero no soy un súper crack”, matiza Alabart. “Yo no le cogí el gustillo hasta unos años después de aquellas visitas al club con mis abuelos. Suelo jugar en verano con mi hermano y mis amigos. Curiosamente de esa pandilla salió la Peña Dava Torres”, explica el ‘8’ del Liceo.

Hándicap

Alabart prueba varios campos en Cataluña en los días libres que tiene durante la temporada y en verano sube casi cada día hasta A Zapateira. “Coincidimos en un par de torneos y juega mucho más y mucho mejor que yo. En el golf no hay engaño. Yo tengo hándicap 16, aunque cuando deje el hockey me gustaría practicar más para subirlo”, admite el liceísta.
 

Ignacio tiene hándicap 11 y le gustaría bajar a una sola cifra, pero no tiene tiempo para disputar los torneos necesarios y, pese a la diferencia de horas de juego, alaba el comportamiento de Dava sobre el campo: “Me sorprendió para bien por el poco tiempo que llevaba la última vez que jugamos juntos y, especialmente, puttea muy bien, con un gesto adaptado a su chut de cuchara en el hockey, que es su especialidad”. 

Similitudes y diferencias

“Es un deporte muy chulo y entretenido, para jugar con amigos y en la naturaleza. El swing tiene ciertas similitudes con el gesto del stick en el hockey, curiosamente con la cuchara que es el que más uso yo”, añade Torres, que realizó algunas clases con José Luis Adarraga, profesional coruñés y profesor particular del Real Club de Golf, que incluso le ayudó a mejorar el golpe con el stick con la ayuda de un medidor de potencia.
 

Alabart explica, con más detalle, las diferencias entre el swing con el palo de golf y el stick de hockey: “Tiene ciertas similitudes, pero hay detalles que a los jugadores de hockey nos penalizan para ser más consistentes y constantes. En el golf hay que mantener la vista fija en la bola y en el suelo hasta finalizar el swing, mientras que en el hockey llevamos siempre la vista levantada; en el golf se ha de realizar el swing completo y en el hockey es un golpe más seco y en el golf, la potencia está definida por la velocidad que seas capaz de darle de forma coordinada al swing y no puedes ir a darle fuerte, mientras que en el hockey decides en todo momento el tipo de golpe y la potencia que quieres ejercer”.