Terminó de más a menos la estancia del Deportivo en Inglaterra después de empatar ante el Middlesbrough (2-2) en un encuentro en el que la superioridad física del cuadro británico volvió a causarle muchos problemas al conjunto blanquiazul. Lo más positivo es que el equipo regresa después de que Antonio Hidalgo haya repartido minutos para los nuevos refuerzos y que Yeremay está listo para liderar el reto del ascenso y busca socios.

Se acerca el inicio de la temporada y eso suele darle a los partidos amistosos algo más de enjundia. Nadie quiere perder el paso y los jugadores ya sienten el picor de la competición con la llegada de agosto. Lo ha sentido el Deportivo en su visita a Inglaterra, ante dos rivales que con el arranque de liga a la vuelta de la esquina, han mostrado un ritmo e intensidad, sobre todo a la hora de presionar, que ha puesto en problemas al conjunto blanquiazul.
 

Pierna dura y ganas de morder desde el primer minuto. Sorprendió el Watford el miércoles y volvió a hacerlo el Middlesbrough este sábado, que aprovechó un error de Dani Barcia en la salida de balón para abrir el marcador bien temprano. El canterano, al que le está costando arrancar este verano después de la inactividad por su lesión muscular, se confió en un balón que tenía que tener dominado. Conway lo castigó abriendo la lata.
 

Pero Hidalgo también sabe que debe acelerar la puesta a punto y para cerrar la gira británica puso sobre el césped un once en el que la mayoría pueden asumir perfectamente la etiqueta de titular. Especialmente la línea de tres cuartos. El técnico le está dando minutos juntos a Luismi Cruz, Mario Soriano y Yeremay. Que surja la magia es cuestión de tiempo. Una combinación entre los tres originó primero una buena ocasión para Patiño y minutos después el empate. Mario y Luismi elaboraron por la derecha y encontraron a Yeremay solo en el pico del área encarando al lateral, que tuvo que dividir su atención entre el canario y la entrada de Quagliata. El 10 no necesitó más. Se generó el espacio y colocó el balón en la escuadra. Él también va en serio.
 

Cara y cruz

Todo sucedió rápido y el encuentro estaba empezando a coger ritmo de vértigo hasta que llegó la lesión de Arnau Comas. El central, que ya empezó la pretemporada con retraso tras pasar por el quirófano, aguantó 20 minutos sobre el campo antes de retirarse con unas aparentes molestias en el gemelo. El parón afectó y los minutos siguientes estuvieron protagonizados por continuas interrupciones que impidieron que el juego fluyera.

El que mejor lo había entendido hasta ese momento era Mario Soriano, que volvió a ser el hilo conductor blanquiazul, esta vez con Gragera como lanzador. El asturiano se estrenó y fue la cara en lo que respecta a los refuerzos. Llega para mandar el exfutbolista del Espanyol, que por delante de la defensa no tuvo inconveniente en organizar a sus compañeros y aportar claridad cuando la primera línea conseguía evitar la presión local.

No quiso darle más de 45 minutos al recién llegado el técnico deportivista, que en el descanso lo sustituyó por Villares y retocó ligeramente los roles del centro del campo para que Patiño asumiera la batuta y el de Vilalba se moviera como interior, en esta ocasión por la izquierda. El segundo tiempo empezó con todo lo malo y lo bueno que puede ofrecer la idea que ahora mismo tiene Hidalgo para Luismi, otra vez carrilero con toda la banda diestra para él. Descuidó la espalda y permitió una clara ocasión del Boro. Agua. A la jugada siguiente provocó un córner que él mismo sacó para que Noubi hiciera el 1-2.

Con Loureiro, sin Petxa

El cuadro local apretó y las energías del encuentro cambiaron a medida que el Dépor iba quedando sin fuerzas y, una vez más, los que entraron desde el banquillo tardaron en cogerle el pulso al encuentro. Antes del carrusel ya había empatado el Middlesbrough, que supo explotar las carencias de Luismi… y la confianza de Noubi. El gaditano le abrió la puerta a Silvera y el central belga salió bien al corte, pero prefirió la frivolidad antes que la contundencia. No salió bien. El extremo se metió hasta la cocina y sirvió un pase de la muerte para que Conway firmara su doblete. 
 

Los últimos minutos dejaron la buena noticia del estreno de Miguel Loureiro, que actuó como lateral, y precisamente otro detalle a tener en cuenta en esa demarcación. Hidalgo sigue siendo cristalino con los jugadores que no cuentan y el mensaje en Riverside fue para Genreau y Petxarroman. El australiano ya había jugado poco y se quedó en blanco, mientras que el vasco vio desde el banquillo cómo salían al césped todos los defensas disponibles, incluido el fabrilista Damián. Todos menos él.