2 de mayo de 2015. El CRAT conquista la División de Honor Femenina. 24 de marzo de 2019. El equipo coruñés celebra su segundo título. Diez años después del primero, vuelve al campo de Las Mestas, en Gijón. Elsa Porto es la única que sigue en la plantilla desde aquel hito histórico para el club y el rugby gallego. Otras cinco jugadoras del equipo campeón en 2019 también estarán en la batalla por la salvación: Alba Lalín, Alicia Sanmartín, Divina Leis, Judith Hernández y Maitane Buján. Y dos más que ganaron el segundo título no podrán saltar al campo de Las Mestas por lesión: Mariana Romero y Anita Iglesias. Son las campeonas del CRAT que este mediodía juegan por la supervivencia contra el Eibar, de División de Honor B.
"Ir a Gijón es especial para mí, tengo muy buen recuerdo de aquel partido, también un poco de nostalgia por toda la gente que ha pasado por el club para luchar ahora por la permanencia... Tengo muchas ganas de dejar al CRAT bien arriba", reconoce Elsa, con más de 15 años en el Arquitectura y 3 caps con la selección española. "Pensar que el año pasado, hace tan poquito, estábamos peleando por todas las competiciones y a punto de ganar da un poco de morriña y lástima a la vez, pero solo es un bache, una etapa de transición", confía la veterana delantera, que se reincorporó al equipo el mes de enero para jugar en el tramo decisivo.
El CRAT ha tenido que cambiar el chip: de pelear por los títulos ha pasado a jugarse la permanencia en un partido. "Reflexiono moitísimo sobre esta situación, pero máis que cambiar de chip trátase de ubicar as pezas e os cables do mesmo para comprender a entidade do momento que estamos a vivir e afrontalo con entereza e responsabilidade", arguye Ali, que jugó con dos ligamentos rotos el partido para evitar el descenso y hoy ya está recuperada después de dos meses sin jugar un partido. "Algunas veces se está arriba y otras no, toca ser humilde y adaptarse a la situación que ahora mismo corresponde", añade Judith, que como Elsa llegó al rescate en la recta final de la temporada.
"Ha sido un año de muchos cambios, salidas de jugadoras y volver a acostumbrarnos a un sistema con un equipo prácticamente nuevo. No cambiamos mucho el chip, simplemente nos adaptamos a lo que el equipo necesita y hacemos lo posible para que el grupo también pueda hacerlo", concuerda Mariana, que en febrero sufrió su tercera rotura de ligamento cruzado en cinco años. "Es más difícil al no poder estar con ellas en el campo, pero la experiencia me ha llevado a poder gestionarlo mejor. Para mí lo importante es que estemos juntas, poder estar con ellas y ayudar en lo que sea necesario", asume la tres cuartos venezolana, que ejercerá de delegada.
Mariana, Anita y Vicky son las tres únicas bajas del CRAT, que tiene en su contra la inactividad. No compite desde el 30 de marzo, cuando disputó el aplazado de la primera fase contra el Majadahonda (5-71). El último partido realmente competitivo fue el 2 de marzo en Getxo (17-29), una victoria clave para evitar el descenso directo y citarse en la promoción con el finalista de la fase de ascenso: el Eibar, que llega con el ritmo de competición que le dan los tres partidos de los playoffs de ascenso que ha disputado en el último mes.
La parte positiva es la recuperación de las jugadoras tocadas como Ali, con tiempo para preparar esta final por la permanencia. "No eido físico creo que viunos ben porque tiñamos bastantes baixas, sobre todo nesa recta final dos partidos clave. Pode ser que a nivel colectivo o físico non sexa tan excelso porque ao non competir perdes certo ritmo e competitividade", razona la primera línea coruñesa, que profundiza también en el aspecto mental: "É duro. Nas últimas semanas falamos de vencellarnos todas co obxectivo, que sempre estivo aí, aínda que dous meses e medio despois parece outra Liga ou outra tempada. É o partido máis importante de moitas xogadoras na súa vida deportiva".
"Es una sensación extraña que nunca antes había experimentado. Tener un ritmo de juego es una gran ayuda para tener el juego automatizado y los timing con las compañeras. Creo que sí es una desventaja el estar casi tres meses, pero no suficiente como para que perdamos este partido. Estoy segura que tenemos más juego y nivel que el equipo rival y nos merecemos mantenernos en DH", confía Elsa. "O Eibar Ten vantaxe nese eido físico e tamén no mental polo o ritmo competitivo que lle dan os partidos, aínda que sexan a priori de menor nivel. Nembergantes, nós vimos dunha liga superior, temos máis nivel e é o que debemos plasmar. Impor o noso xogo, os nosos tempos e o noso rol de equipo de División de Honra", conviene Ali.
Menos optimista se muestra Mariana: "Creo que el parón nos ha perjudicado por no tener ritmo de partido y la desconexión que eso conlleva. Tampoco hemos tenido una preparación física acorde a lo que necesitábamos, pero las jugadoras hemos seguido entrenando. Creo que somos conscientes de lo que nos jugamos este fin de semana y estamos mentalmente metidas en el partido y preparadas para darlo todo".
Las campeonas del CRAT esperan hacer valer la diferencia de categoría, aunque reconocen el potencial de su adversario: "Eibar sempre foi, como na liña dos equipos de Euskadi, moi forte diante. Ten varias xogadoras destacadas por volume e por capacidade de ir cara diante: a número '3' e a '8'. A loita vai estar aí, pero tampouco podemos deixarlles continuidade nas tres cuartos, cunha '10' moi destacada na patada. O noso xogo debe pasar por neutralizar a súa dianteira e impornos e meterlles moita presión desde o minuto 1. Non podemos facer concesións", avisa Ali.
"Ellas han fichado a muy buenas cuatro jugadoras en posiciones clave para estos partidos y ya mantenían un equipo que hace poquito estuvo en DH, pero las tenemos estudiadas y nosotras contamos con las suficientes herramientas para afrontar y meternos en un juego donde sacar provecho de sus errores", analiza Elsa. "Los fichajes de última hora de otros países le dan un plus y va a ser un partido muy marcado en cuando a primeros contactos y fases estáticas", advierte Mariana. "Son un equipo muy fuerte en su delantera y nosotras buscaremos que corran", resume Judith.
Un cuarto de siglo compitiendo con las mejores del panorama nacional y diez años después de proclamarse campeón de División de Honor por vez primera, el CRAT se juega la vida en 80 minutos.