Brandon Taylor: "Mis padres dicen que no necesitaba chupete, solo un balón de baloncesto"
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Brandon Taylor: "Mis padres dicen que no necesitaba chupete, solo un balón de baloncesto"

Entrevista con el base estadounidense del Leyma Básquet Coruña, líder de la ACB en el ranking de asistencias
Brandon Taylor: "Mis padres dicen que no necesitaba chupete, solo un balón de baloncesto"
Brandon Taylor, durante su rutina de tiro en un entrenamiento del Leyma Coruña en el Coliseum | Quintana

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Es un hombre pegado a un balón de baloncesto desde los cuatro años. Ya en la treintena es un profesional en plena madurez, dentro y fuera de la pista. Habla con claridad y el poso que le dan un brillante currículum como estudiante y sus experiencias en diez equipos y seis países diferentes. Es Brandon Taylor (West Hollywood, California, EEUU, 1994), director de orquesta del Básquet Coruña, el jugador más bajo de la Liga ACB (1,78 metros) y líder en el ranking de asistencias (8,4 por partido).

 

De la suplencia en Manresa ha pasado a un rol mayor en el Leyma, un equipo que parece hecho a su medida. Se declara feliz en A Coruña, pero sigue siendo ese chico de L.A. que se mudó a Utah para salir de su zona de confort y crecer en el baloncesto, sin ataduras ni limitaciones. Todavía no ha encontrado su lugar en el mundo y sueña con llegar a lo más alto, con la misma mentalidad que su idolatrado Kobe Bryant. "Nunca me he sentido pequeño, juego a lo grande".

 

¿Cómo fueron sus primeros pasos en el baloncesto?
Empecé a jugar al baloncesto a los cuatro años. Mis padres dicen que yo no necesitaba un chupete para sentirme bien, solo necesitaba un balón. El baloncesto es lo que llevo haciendo toda mi vida, lo conozco mejor que cualquier otra cosa.

 

Mi entrenador me hizo jugar a otros deportes y me ayudó a sentar las bases para crecer

 

¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
Lo primero que recuerdo es donde empezó todo. Empecé a jugar al baloncesto en la escuela primaria cuando estaba en tercero y tuve un entrenador que me entrenó hasta los 15 años, cuando pasé al instituto.

 

¿Siempre como base?
Sí, pero también me hizo jugar a otros deportes y me ayudó a sentar las bases para crecer. Fue un entrenador tremendo para mí en la infancia. Su nombre era Rossi Valentine.

 

¿Cómo acaba un chico de L.A. en Utah, dos sitios tan diferentes?
Simplemente jugé bien, tuve una gran carrera en el instituto y en mi último año los entrenadores empezaron a venir para ver quién podía ser el siguiente gran jugador del baloncesto. Utah vino a ver un partido y les gusté. A partir de ese día entablamos una relación y me invitaron a visitar la universidad. Me encantó. Yo quería salir de L.A., el lugar donde crecí y había estado toda mi vida.

 

L.A. no siempre es lo mejor, a veces es demasiado, quería cambiar de ambiente

 

¿Por qué quería dejar Los Ángeles?
L.A. no es siempre lo mejor. Hay muchas cosas para perderte. A veces es demasiado. Quería cambiar de ambiente, experimentar lo que se siente al vivir en un lugar diferente y crear nuevas relaciones. Y eso 

era Utah exactamente para mí, un sitio distinto donde construir mi vida. Ahora tengo una casa, todavía vivo allí.

 

En la Universidad alcanzó un nivel muy alto dentro de su Conferencia (fue elegido en el mejor quinteto de la Pac-12 en 2015 y en el segundo mejor defensivo en 2016) y compartió equipo con Kyle Kuzma o Jakob Poeltl, que juegan en la NBA. ¿Fue una decepción no ser elegido en el draft?
Siempre quise llegar a la NBA, como Kyle, que es uno de mis mejores amigos. Crecí viendo jugar a Kobe Bryant, le miraba, le idoltraba y me hacía sentir... Nunca me he sentido pequeño...

 

Pero es el jugador más bajo de la ACB.
Obviamente he sido siempre el más bajo en la cancha, pero no lo pienso. Nunca he sentido que mi tamaño importase en absoluto, juego a lo grande. Cuando admiras a gente como Kobe Bryant, uno de los mejores, en mi opinión el mejor, te adaptas su mentalidad [la Mamba mentality]: estar centrado en ser el trabajador más duro que puedo ser. Cuando trabajas duro sabes que en algún momento empezarás a tener éxito.

 

Volvamos a sus expectativas de jugar en la NBA. Estuvo en la Liga de Verano con los Atlanta Hawks.
Fue increíble para mí porque es algo que no esperaba. Soy una persona que no tiene nada garantizado y, por supuesto, la NBA no era para mí, pero yo quería seguir jugando al baloncesto y por eso vine a Europa.

 

Vivir en países diferentes y con culturas distintas es increíble

 

Ocho años después ha pasado por diez equipos de seis países diferentes: Hungría, Rumanía, Italia, Francia, China y España. ¿Qué ha aprendido?
La vida es tan grande y hay tanta gente en el mundo... Si alguna vez tienes la oportunidad de hacer lo que te gusta, que en mi caso es jugar al baloncesto, pero también vivir en países diferentes con culturas distintas, creo que es increíble. Mucha gente que conozco se queda en casa y no tiene la oportunidad de saber cómo es la vida fuera de su ciudad.

 

¿Le gustaría asentarse?
Sí, especialmente ahora que tengo tres hijos. Estoy buscando un lugar para quedarme a largo plazo para que mis hijos crezcan en el mismo ambiente y con algunos amigos. No es fácil para ellos cambiar de amigos y de colegio cada año. Asentarme es algo que espero con impaciencia.

 

¿Y es A Coruña ese sitio para que crezcan sus hijos?
Es un lugar increíble y a ellos les encanta. ¿Por qué no?

 

Es también un lugar para llevar su carrera a otro nivel.
Ese es mi objetivo: seguir escalando para llegar a lo más alto en el baloncesto.

 

Brandon Taylor COR LLT Firmar acb Photo   Monica Arcay
El base del Leyma Coruña durante el partido ante La Laguna Tenerife en el Coliseum | acb Photo/Mónica Arcay

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