La inteligencia artificial y los datos son algo que ha llegado al deporte y más concretamente al fútbol para quedarse para ayudar a optimizar el rendimiento de los equipos y a agilizar sus procesos.
No obstante, Nacho Lourido, director de Tecnología Analítica y Deportiva del Deportivo, quiso acabar con algunos clichés asociados a los mismos. “Hay gente que se cree que le damos un botón y fichamos a un jugador. Antes de que la IA empiece a trabajar hay que darle un dato. La inteligencia artificial no es magia, el cimiento de todo es el dato”, expuso durante  su conferencia “IA y Deporte. Cuando el dato salta al campo” de Humania Tech. 

Se trata de un ciclo de conferencias que tuvo lugar en el Club Cámara Noroeste, impulsado por el Consello Social de la Universidad de A Coruña, en colaboración con el Centro de Investigación TIC y la Facultad de Humanidades y Documentación de la UCD. 

Habló de uno de los nombres propios en el Deportivo, Yeremay, del que ensalza ese fútbol de calle, más libre y aparentemente sin reglas, pero que también es medible y cuantificable a través del análisis de los datos. 

“Yeremay tiene datos, aunque sea un jugador que se ha hecho a sí mismo. Es verdad que es un descarado jugando, que podemos definir de calle, como pudo ser Maradona en su día. Es un jugador que le das el balón y empieza a decidir. Pero si alguien no desmonta el Big Data ese es Yeremay. A lo mejor te lo destroza uno que juega un día y marca cuatro goles”, analizó Lourido, que dio algunos datos estratosféricos sobre el canario.

“Solo hay cinco jugadores en Segunda (de 662) más rápidos de Yeremay, es el sexto en velocidad máxima y es el que más regatea de Europa. Yeremay está monitorizado, como todos los demás”, desveló el analista.

Existen una serie de mediciones que se realizan de forma individualizada a los futbolistas. Todos llevan un GPS en el que se cuantifican una serie de parámetros tanto durante los entrenamientos como en los partidos. En Abegondo hay ahora mismo un sistema para Lourido “más correcto que el GPS”.

Se trata de un programa llamado Spiideo, que se vale de diferentes cámaras de tracking óptico dispuestas por todos los campos de entrenamiento. “Son cámaras que detectan las líneas del campo y calculan las distancias y velocidades de los jugadores”, explicó Lourido.

Esto lo combinan con Catapult, un sistema de rastreo, análisis y recogida de datos por medio de los GPS que todos los futbolistas llevan en entrenamientos y partidos. Y con el programa Soccer System Pro se realiza el procesamiento de datos. El Deportivo  cuenta con una ficha individual de cada jugador. “Se monitoriza todo: cómo duerme, si está bien hidratado, si tiene dolor, el GPS, los pesamos todos los días, un psicólogo evalúa todas la variables, tanto de los nuestros, como de los que vamos a fichar o de los cedidos”, dijo. Un modelo que se replica, con matices, en la cantera, buscando mejorar la formación y el seguimiento.

Lourido, además de ser especialista en Big Data deportiva y en uso de herramientas para el rendimiento deportivo, es Técnico Deportivo Superior en Fútbol Nivel III y fue entrenador de cantera blanquiazul. “Mi mejor título fue entrenar a Mella y a Diego Gómez, que ahora también está en el primer equipo (risas)”, declaró e incidió en las métricas del de Espasande. “Mella tenía datos en el GPS en cadete que no los tenían los jugadores del Fabril. Es capaz de superar la velocidad de 34 kilómetros  varias veces durante un partido”, comentó.