265 días. O, lo que es lo mismo, algo más de ocho meses. Ese es el tiempo medio de los entrenadores del Deportivo en el cargo en esta última década. Y es que tras el fin de la etapa de Augusto César Lendoiro en el Dépor, el banquillo de Riazor se ha convertido en una silla caliente. En un banco que quema. 

Con el histórico expresidente coruñés, la entidad herculina contó con doce entrenadores diferentes en 25 años. Mientras, desde el año 2014, cuando Lendoiro dejó el club, los distintos dirigentes de la entidad han colocado ya en el cargo de entrenador a 16 técnicos distintos tras 18 cambios de entrenador, contando ya la recientemente iniciada etapa del catalán Antonio Hidalgo.
 

Continuidad y Deportivo no son palabras que vayan de la mano. Al menos cuando se trata de definir a la persona encargada de dirigir en el césped al equipo. Y aunque es cierto que muchos de esos cambios llegaron ante situaciones de malos resultados, no lo es menos que no siempre ha sido así. 
 

El ejemplo más reciente es el de Óscar Gilsanz. Ascendido del filial como interino y nombrado oficialmente tras golear al Cartagena (1-5), la holgada salvación conseguida en el regreso de la entidad a Segunda División después de cuatro temporadas no le sirvió para mantenerse en el puesto. Sobre el betanceiro pesó más el interés del club en buscar otro perfil de director técnico que sus méritos a lo largo de cuatro años en el juvenil y el filial y sus números en el primer equipo.
 

Algo parecido sucedió con Víctor Sánchez del Amo. El preparador madrileño fue capaz de mantener al equipo en Primera en los ocho partidos finales de la temporada 2015-16, cuando llegó como relevo de Víctor Fernández. Ese logro  le sirvió para ganarse la continuidad de cara a la temporada siguiente, cuando también fue protagonista en la permanencia. 
 

Sin embargo, la mala dinámica de la segunda vuelta, con solo dos victorias en 19 partidos, y los problemas internos acabaron empujando a las altas esferas de la entidad, dirigidas por Tino Fernández, a buscar un nuevo nombre para el banquillo de Riazor, al que acabó llegando Gaizka Garitano.

El caso De la Barrera

Los de Gilsanz y Del Amo son los casos más evidentes de ausencia de continuidad pese a los números, aunque hay otros nombres cuya salida también generó debate. Especialmente significativo es el caso de Rubén De la Barrera. El técnico coruñés no cumplió el objetivo de ascender a Segunda en su primera etapa, pero la intención del club era ofrecerle la continuidad. Sin embargo, las desavenencias entre el club y el preparador acabaron por provocar que el Deportivo buscase otro candidato. 
 

De la Barrera regresó al club exactamente dos años después, a dos partidos del playoff de ascenso de la temporada 2022-23. Pero su periplo fue todavía más efímero. Fue anunciado el 16 de mayo del 2023 y el club le comunicó que no seguía el 14 de junio, a través de la famosa carta de despedido que David Villasuso le entregó en Betanzos. En total, el preparador coruñés ha sido entrenador del Deportivo durante solo 154 días. O, lo que es lo mismo, cinco meses. Y eso que ha sido técnico en dos etapas. 
 

El primero de los ciclos de Rubén derivó en el inicio de la etapa de Borja Jiménez. Precisamente el abulense puede decir que es el entrenador del Deportivo que más ha aguantado en el cargo a lo largo de esta última década que va ya para once años. Jiménez estuvo en el cargo 503 días. Fue anunciado oficialmente el 26 de mayo de 2021 y no fue cesado hasta el 11 de octubre de 2022. Es decir, fue técnico del Dépor durante un año, cuatro meses y 15 días.

Curiosamente, logró permanecer en el banquillo pese a no conseguir el objetivo del ascenso en la temporada 2021-22, en la que su equipo acabó siendo segundo tras el Racing de Santander y perdió la final del playoff en Riazor frente al Albacete.

Esa teórica confianza extra otorgada en el verano del 2022 finalizó a los ocho partidos del curso siguiente, cuando el juego y los resultados condujeron a la entidad a buscar un ‘electroshock’ con la llegada de Óscar Cano. Tras el andaluz, que duró 216 días -siete meses-, regresó De la Barrera, al que sucedió Imanol Idiakez, el segundo técnico más ‘longevo’ de esta larga lista.
 

El preparador vasco fue el titular del banquillo de Riazor durante 485 días. Es decir, casi 16 meses. Cerca estuvo de que fuesen muchos menos, pero en el mes de diciembre del 2023 logró ‘salvar la cabeza’ in extremis y en enero comenzó una remontada que acabó en el regreso a Segunda División. El éxito deportivo y su gran gestión del vestuario le permitió continuar en el club pese a la deteriorada relación con sus superiores, que en la jornada 12 del siguiente curso decidieron cesarlo.
 

Tras Jiménez e Idiakez, el tercero en la lista en cuanto a  perennidad es Fernando Vázquez. El de Castrofeito era el preparador del equipo cuando la era Lendoiro tocó a su fin, el 21 de enero de 2014, y se inauguró el período con Tino Fernández al mando. Tras lograr el ascenso a Primera, las desavenencias con la dirección del club provocaron que fuese cesado en pleno verano. En su lugar llegó, el 10 de enero de 2014, Víctor Fernández.
 

Sin embargo, Vázquez tuvo una nueva oportunidad en el Deportivo a finales de 2019, cuando el consejo, dirigido por aquel entonces por Juan Antonio Armenteros, apostó por su figura para tratar de reflotar una situación que apuntaba a catastrófica. 
 

Con la pandemia de por medio y a pesar de la reacción inicial, el Deportivo de Fernando Vázquez no logró evitar el descenso a Segunda B. A pesar de ello, el club apostó por la continuidad del ‘profesor’ en Segunda B, hasta que en enero del 2021 -y a pesar de que el equipo iba segundo en su subgrupo-, fue destituido por Fernando Vidal y su grupo de trabajo ante la mala dinámica de juego y resultados en la que estaba sumida el equipo. Sumó 379 días en el cargo en esa segunda etapa, algo más de un año natural repartido en dos temporadas diferentes.

Inestabilidad máxima

La llegada de Fernando Vázquez había puesto punto y final a la época de mayor inestabilidad en el banquillo de Riazor en esta última década. Y es que entre la marcha de Natxo González, el 7 de abril de 2019, y la incorporación de Fernando Vázquez, el 29 de diciembre del mismo año, el Deportivo contó con tres entrenadores: Pep Lluis Martí, José Antonio Anquela y Luis César Sampedro.

Entre los tres solo sumaron 258 días y son, evidentemente, los técnicos con menos durabilidad en el cargo -al margen de la última etapa de De la Barrera-. Martí aguantó 80 días tras perder el ascenso en Mallorca, Anquela 97 y Sampedro, 81. Fueron incluso menos de los que vivieron Cristóbal Parralo y Clarence Seedorf, los dos últimos técnicos que dirigieron al Deportivo en Primera. 

Las temporadas de descenso son, evidentemente, sinónimo de cambio. Pero el baile en el banquillo del Deportivo está yendo mucho más allá de los resultados en el verde.