El Depor, obligado a reaccionar con un triunfo tras la debacle en Irún
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El Depor, obligado a reaccionar con un triunfo tras la debacle en Irún

El Depor, obligado a reaccionar con un triunfo tras la debacle en Irún
Los jugadores del Deportivo, durante el entrenamiento de ayer | Patricia G. Fraga

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Vencer y convencer esta tarde ante la SD Logroñés es la única solución posible al desastre del Deportivo de hace una semana en Irún. El doloroso 3-0 encajado ante el Real Unión, con bajada de brazos incluida de los jugadores y una preocupante falta de intensidad en la segunda parte, ha devuelto la incertidumbre al entorno blanquiazul, que necesita la segunda victoria de los coruñeses en Riazor para que el proyecto que lidera Imanol Idiakez recupere el crédito.


El empate en Ponferrada (1-1) y las victorias frente al Sabadell (0-1) y el Nàstic (1-0) habían insuflado algo de optimismo, pese al mal arranque de curso y aunque el juego no terminaba de convencer. Pero la goleada encajada en el Stadium Gal devolvió al Depor a una realidad que dista mucho de la prevista antes de que la liga se pusiera en marcha. Lo cierto es que los blanquiazules vuelven a estar más cerca del descenso, al que aventajan en sólo cuatro puntos, que del playoff de ascenso, del que le separan seis puntos.


“Estoy convencido de que lo del otro día fue un accidente”, manifestó ayer Idiakez, quien, tras la cita de Irún, admitió que “hay gente que no está dando el nivel, yo el primero, máximo responsable y culpable”.


Ante el Real Unión faltó intensidad, pero también un ‘plan B’, después de comprobar que el Depor, incluso cuando tuvo sus mejores minutos, fue incapaz de llegar con peligro a la portería contraria.


La escuadra herculina arrancó la temporada exhibiendo un fútbol más vertical y mostrándose desequilibrante por las bandas. Pero a medida que desaparecieron Yeremay y Mella, el cuadro coruñés perdió desborde por los costados, apostó por ser más combinativo, abusó del juego por dentro y su ataque se volvió más previsible y fácil de frenar por los adversarios.


A esa progresiva pérdida de sensaciones y juego en ataque a medida que avanzó la competición, se unieron los escandalosos desajustes y errores en defensa, una línea que hasta la debacle en Irún, había funcionado casi como un reloj, con una pareja de centrales (los Pablos) a los que no podía achacarse nada en contra. Pero hasta ellos fallaron en el Stadium Gal, la zaga fue un coladero en el segundo tiempo y ahora Idiakez podría optar por intentar reforzar la retaguardia con tres centrales.


Debería haber cambios en el equipo, pero las lesiones limitan las variaciones que el técnico donostiarra puede introducir, ya que siguen siendo baja Yeremay, Barbero, Ximo Navarro, Pablo Muñoz y Mella.

 

Irregularidad riojana


Enfrente espera una SD Logroñés irregular, vulnerable en defensa, pero vertical, con desborde y pegada en ataque, que arrancó el curso como una moto, pero que a partir de la quinta jornada se atascó, cambió su entrenador tras la séptima semana y el pasado domingo, frente al Tarazona en Las Gaunas (2-1), sumó su primera victoria con el nuevo técnico, Andrés García.


Toni García aporta el talento en la zona ancha; Óscar Fernández, el desborde en el extremo derecho; y Jordi Escobar, la definición en un equipo que hace goles con facilidad, pero que también encaja mucho. De hecho, mientras las acciones de estrategia son uno de sus puntos fuertes en el aspecto ofensivo, se convierten en uno de sus dolores de cabeza a la hora de defender.


Escobar es el faro en ataque de los riojanos. Ha participado de forma directa en siete de los doce goles del equipo, ya que ha marcado cinco dianas, ha repartido dos asistencias y ha anotado el primer tanto en los cuatro triunfos de los blanquirrojos. El excelente arranque de curso del delantero catalán ha provocado que varios equipos punteros de la Primera Federación e incluso algún pretendiente de Segunda División hayan puesto sus ojos en él de cara al mercado de invierno.

 

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