El centro del campo del Deportivo espera sumar pronto un nuevo efectivo con la incorporación de Riki Rodríguez. El capitán del Albacete, al que le queda un año de contrato, puede convertirse en nuevo refuerzo de los blanquiazules.
Un fichaje que avala el técnico coruñés Rubén de la Barrera, en declaraciones a DXT Campeón. El preparador lo dirigió en la temporada 2021-2022, cuando el cuadro manchego ascendió a Segunda en aquel tristemente recordado “Riazorazo”. “A nivel personal quiero destacar que es un chaval espectacular. Con nosotros fichó en el mercado de invierno y su llegada fue positiva. Nosotros deportivamente habíamos sufrido dos lesiones importantes en el centro del campo (una de ellas fue la de Fran Álvarez, debido a una rotura del menisco externo de su rodilla izquierda) y llegó para ya, como se suele decir”, reconoce el preparador, que también entrenó, en dos etapas, a los blanquiazules.
El mediocentro asturiano jugó en dos esquemas diferentes de la mano del entrenador herculino, rindiendo en ambos a buen nivel. “Deportivamente conmigo jugó en un medio campo de tres y de dos. En el de tres tanto de seis (de corte más defensivo) como de ocho (combinando labores defensivas y ofensivas y llevando el peso del control del juego). Mientras, en el esquema de doble pivote, jugó evidentemente como segundo mediocentro. Es un jugador que ayuda claramente a la salida de balón y por otro lado un futbolista que puede participar no solo en la parte inicial de la jugada sino también en la final. Es un chico que con el juego va conquistando y ganando alturas superiores y también capacitado para acabar jugada”, resume De La Barrera.
Y tiene la destreza de culminar ataques de diferentes maneras, lo que multiplica las posibilidades del equipo al armar el plan de juego. “Tiene mucha facilidad para llegar y finalizar, bien a través de un desmarque o por medio de una asociación o pared o a través de disparo. Realmente también lo tiene y en él es una cualidad interesante”, aclara. De La Barrera dibuja el perfil de un futbolista que es capaz de construir el juego e ir madurando él mismo desde el centro del campo y que además cuenta con capacidad para mirar a portería.
Con el Albacete solo marcó dos goles en el campeonato liguero en cuatro campañas en la entidad manchega, pero su anotación en Segunda B fue más alta. Ocho dianas acumuló en la tercera categoría del fútbol español, sumando sus etapas en el Langreo, Oviedo B y Racing de Santander.
Otra de las cualidades que quiso subrayar De La Barrera sobre el jugador asturiano fue su capacidad de trabajo y su inteligencia sobre el verde. “Defensivamente es un chico comprometido, tanto para los altos como también sobre todo para situaciones de mayor control del espacio. Posicionalmente es muy inteligente y bueno y destacaría sobre todo su muy buena comprensión y conocimiento del juego”, remarca. Además, percibe en él la madera de un líder (no en vano es capitán del Albacete) que sabe transmitir a sus compañeros lo que hace falta en cada momento, que es capaz de hacerlos jugar y de mejorar cada balón que pasa por sus pies.
“Sabe explicar el juego y tiene la capacidad de mejorar a los compañeros que lo rodean. Eso es algo que solo logran los muy buenos futbolistas y Riki sin duda lo es. En el Albacete tuvo mucho peso, fue capitán del equipo y si finalmente llega a Coruña sin ningún tipo de duda sería un jugador muy importante para el nuevo Dépor”, zanja.
Riki, antes de recalar en el Albacete en la ventana invernal, estuvo enrolado en las filas del Burgos, donde coincidió con Julián Calero. El técnico, ahora en el banquillo del Levante, con el que ascendió a Primera, reconocía en una entrevista a Relevo que en su momento no supo ver el talento que atesoraba el jugador asturiano. “Me habré confundido con muchos por no haberles dado más continuidad. Uno de ellos es Riki Rodríguez. Lo ves jugar con el Albacete y… Entono el ‘mea culpa’”, admitió entonces el entrenador, actualmente en el conjunto granota. En lo tocante a las razones que llevaron a Calero a no darle oportunidades al ‘8’ del Albacete, el entrenador indica que “una serie de condiciones mentales me condicionaron, y solo lo hubiera averiguado ofreciéndole más continuidad. No se la di porque se la di a otros. Tampoco nos fue mal, pero te quedas con ese lastre”.
Riki Rodríguez no es un futbolista al uso. El asturiano es graduado en Economía y ha seguido formándose, además de estudiar inglés para mejorar sus destrezas comunicativas. Cuando le preguntan en qué futbolistas se fijaba cuando era niño enumera nombres ilustres, que ahora mismo son técnicos, como Xavi, Xabi Alonso o el exmadridista Toni Kroos.
No obstante, Riki mostraba su humildad en una entrevista a Mundo Deportivo asegurando que “también se puede aprender mucho fijándote en el mediocentro de un partido de Tercera”. En esa misma entrevista el mediocentro reconocía que uno de sus sueños pasaba por llegar a jugar alguna vez en Primera División: “Todo el que juega a fútbol sueña con llegar a Primera. Es algo que está ahí, hay que tener esa ambición y esas expectativas, pero tampoco me frustraría mucho si no lo consigo. Sé que tengo que hacerlo bien para llegar a Primera y ahí está mi motivación”.
Un sueño que puede compartir con el Deportivo, que también quiere postularse este año para regresar a la élite del fútbol español con él como director de orquesta de su medular.