Nostalgia y deportivismo se dieron cita este jueves en el centro sociocultural del Ágora que acogió la presentación del libro “O mellor que me pasou na vida” de Javier Guillén. Y precisamente en los instantes previos al inicio del acto el cántico que incluye esa frase fue uno de los que retumbó en el abarrotado auditorio. Uno de los eventos enmarcados en los 25 años de la consecución del título liguero, organizados por la plataforma blanquiazul “O mellor que me pasou na vida” y en los que colabora el Concello de A Coruña.
Un público entregado y heterogéneo, con aficionados de todas las edades (algunos no habían nacido cuando el Dépor se convirtió en uno de los nueve) pero con un denominador común: prácticamente todos lucían la camiseta blanquiazul. Zamarras de diferentes épocas, que evocaban a diversas historias y momentos del centenario club deportivista.
Un acto en el que también estuvo presente el delantero Lucas Pérez o el exdelegado del Dépor Barros Botana, entre otros. Este jueves, dentro de una semana de celebraciones, tocaba rememorar el campeonato liguero de la campaña 1999-2000, contado en las páginas de un libro por varios de sus protagonistas, directos e indirectos.
"Es un pequeño librillo realizado entre varios jugadores, periodistas y seguidores. Son una colección de 25 relatos”, resumió el autor Javier Guillén sobre el mismo. Mientras se entonaba el "Cómo me voy a olvidar" la afición se animaba con palmas y cánticos. Parecía que se había trasladado la grada de Riazor al Ágora.
Llegaba uno de los momentos más esperados, con la presentación de los ponentes, protagonistas de ese partido ante el Espanyol: Songo 'o, Manuel Pablo, Donato, Jokanovic, Jaime, Iván Pérez, José Ramón, Dani Mallo y para terminar la llegada del expresidente Augusto César Lendoiro, de los más vitoreados por una audiencia eufórica.
Tanto Jokanovic como Iván Pérez, reconoció Guillén, hicieron kilómetros para poder acudir al acto. En el caso del serbio, admitió que hacía mucho tiempo que no estaba. La última vez, por los 100 años del Dépor y al día siguiente había nacido su hija. "Vengo en las celebraciones", dijo entre risas.
En el acto se proyectaron varios vídeos. El primero, sobre las horas previas al partido. Lendoiro reconocía que ya no había ese miedo, a pesar del recuerdo del penalti de Djukic del 94. “Sí, pero no (sobre el temor). La gente estaba muy concienciada, ya no era la situación del 94, entonces pasaron cosas muy raras. Tratamos de que no pasasen esas cosas en el 2000. Coruña estaba engalanada, pero tampoco pedimos que se hiciera, cada uno se puso como quiso. El gol de Donato llegó muy pronto y luego vino el de Mackay. Lo que es verdad es que pasamos un poco de apuro con la invasión (de campo), seguro que de ese día hay algunos ahí sentados (risas)".
El exdirigente también habló de otra gesta del Dépor: "Creo que tenemos el récord Guinness de dos hermanos recogiendo una Copa. Primero José Ramón (la Copa del Rey) y después Fran (por la de la Liga)".
No todos los protagonistas de ese equipo y ese día pudieron estar, como el entrenador Javier Irureta, que mandó un vídeo deseando que pronto se repitiese la gesta. También quisieron mandar su saludo en vídeo Naybet o el exjefe de prensa del club Siro López, que pidió una calle para Lendoiro. Aseguró, además, que ese día fue "el más feliz" de su vida, más que el nacimiento de sus hijos.
Jaime, que no jugó mucho ese año porque admitió que había "unos fenómenos" aseguró que desde el primer día entendió el porqué de que Coruña era una ciudad en la que "nadie es forastero".
Llegó el momento de visionar el vídeo del partido, con aplausos por parte de los aficionados con cada uno de los goles. El protagonista del primero, Donato, indicó que esa jugada había sido ensayada con Víctor Sánchez del Amo, precisamente el día anterior en un entrenamiento: "Ese gol fue un desahogo para mí". Mientras Manuel Pablo, que dio la asistencia del segundo, puntualizó que el ariete holandés era capaz de rematar cualquier balón, fuera como fuera el pase.
No solo hablaron los protagonistas del Deportivo, también la afición blanquiazul, que comentó varias anécdotas de ese día y tomaron la palabra para hacer preguntas a los protagonistas.
Llegó el final del partido y la invasión de campo, que cogió a algunos más desprevenidos que a otros. "Veía a los aficionados asomados (a la valla) y me temía lo que iba a pasar. Se puede ver en las imágenes que yo me iba pegando a la banda y fui el primero en llegar al vestuario, no había nadie (risas)", desveló Manuel Pablo.
"Estaba muy tranquilo y seguro. Teníamos más presión en el partido del Valencia, en el que había más dudas. Recuerdo estar en las pistas del estadio, esperando la celebración, pero el árbitro no nos dejaba estar y nos mandaba para la grada", recordó José Ramón.
También sufrieron en sus carnes esa multitudinaria invasión blanquiazul periodistas como Lis Franco o Xosé Antón Fraga, que subrayaron lo complicado que fue poder entrevistar ese día a los protagonistas.
"Esa fue la liga del pueblo. Estábamos acostumbados a la dictadura del Madrid y el Barça. Sobre todo se me quedó grabada la imagen de Coruña y la celebración de Pepe Domingo Castaño, deportivista de corazón y que cantó a duo con Lendoiro una canción ("Vivir na Coruña")", dijo en vídeo el periodista Manolo Lama.
Otro momento especial del acto fue la presencia de Pachi Dopico, que formó parte de la directiva blanquiazul en esa etapa y posteriores. Aprovechó para acordarse de ilustres deportivistas y miembros tanto de la directiva, como del club y del área médica fallecidos. "Cuando entramos en el 88 habia nueve peñas deportivistas, solo seis de Coruña, no había ni 5000 socios. Llegamos incluso al récord de 30.000 socios", apostilló. Asimismo, ensalzó el deportivismo de los Riazor Blues.
Barros Botana piropeó la afición blanquiazul y aseguró que durante su dilatada etapa como delegado trató de defender al Deportivo y llevar con honor el nombre de A Coruña por el mundo.
Llegó el momento de visionar los imágenes de la celebración, primero con el recorrido en autocar blanquiazul hasta Cuatro Caminos. "Recuerdo el trayecto en el autobús de Riazor a Cuatro Caminos porque lo hice llorando en el 94. Pero las caras que lloraban en el 94 lo hacían de alegría en el 2000. Dos días después jugué en Riazor la fase de ascenso con el Fabril y ascendimos a Segunda B", dijo Dani Mallo.
A continuación llegó el baño de masas en María Pita, otro día inolvidable para el deportivismo: "Recuerdo como estaba la ciudad, fue un día muy feliz. Las calles estaban llenas de banderas blanquiazules y fue uno de los días más felices de mi vida", dijo Songo'o.
"Son recuerdos que llevaremos en el corazón, me encantó ver a los aficionados celebrar en María Pita la consecución de ese título", agradeció Iván Pérez.
También uno de los jugadores más queridos del Deportivo y del deportivismo, Lionel Scaloni, quiso aprovechar para recordar ese día, mandando su mensaje en vídeo: "Fue un día muy bonito y para mí y espero que se repitan esos momentos de felicidad. Estoy en deuda con ustedes, tengo mi casa y los adoro y quiero. Lo más importante es el legado que hemos dejado con esta camiseta y el apoyar al equipo, independientemente de la categoría. El Dépor va más allá de donde estemos".
También quiso hablar de ese día y de cómo lo vivió Gonzalo Castro, el concejal de Turismo y Cultura del consistorio coruñés: "Gracias por mantener vivo al Deportivo y el deportivismo. Me quedé bloqueado al final del partido. Yo estaba temeroso, porque la historia del deportivismo es también la que hemos vivido en esos momentos en los que no se han conseguido los objetivos... A partir del gol de Mackay entré en una fase emotiva y la segunda parte me la pasé casi entera llorando. También me acordé de aquel partido contra el Rayo, en el que vi llorar a mi padre y que fue algo que me impresionó mucho. Me di cuenta de la importancia que tenía el Deportivo en nuestras vidas. Tenemos el mejor club porque tenemos a la mejor gente", comentó Castro.
"Esto es una competición, pero no olvidemos que solo uno gana pero tres descienden. En el Dépor tenemos la satisfacción de disfrutar de todo, también de los momentos difíciles. Esa noche del 94 todo fuimos a celebrarlo, entre comillas, a Cuatro Caminos. Todo eso nos ha unido y ha hecho posible algo precioso. Que estando el club en Segunda B hubiese 30.000 personas en el estadio es trabajo de los abuelos, de los padres y de los hijos que lo habéis hecho de maravilla. Como podéis observar con estos jugadores y esta afición, ¡cómo no íbamos a ganar la liga!", zanjó Lendoiro.