De las grandes crisis suelen surgir las mejores oportunidades. Podría debatirse si esta frase tiene aplicación en cualquier faceta de la realidad o si, por el contrario, se trata de un eslogan ‘Mr Wonderful’ que busca edulcorar a su manera cualquier circunstancia, por trágica que esta sea. Pero lo evidente es que, en este momento, el Deportivo puede hacer acopio de ella para mirar con cierto optimismo hacia su centro del campo.
Ahí, en pleno núcleo del sistema nervioso central del equipo, el Dépor ve cómo el elemento capaz de devolverle el equilibrio defensivo y ofensivo en estas últimas dos temporadas se restaña de su paso por ‘chapa y pintura’ para acabar definitivamente con una pubalgia que le impidió jugar con verdadera libertad durante todo el curso pasado.
No fue hasta el momento en el que el equipo se salvó de manera matemática cuando José Ángel Jurado decidió parar definitivamente. Aquel billete seguro hacia Segunda División logrado a principios de mayo fue el punto y final a la temporada futbolística del andaluz.
Con el “primer objetivo conseguido” y el playoff de ascenso a una distancia todavía alcanzable a nivel numérico pero en la práctica irreal, el exmediocentro del Tenerife frenó. Dejó de sufrir para completar a duras penas los entrenamientos diarios y se pasó a la camilla y al gimnasio como estación previa al quirófano, por el que pasó un par de semanas después. Fue el 21 de mayo, en Vizcaya.
Por delante le quedaban un mínimo de ocho semanas de recuperación para recibir el alta competitiva, aunque la duración del proceso puede variar mucho en función del cuadro clínico previo del deportista.
De este modo, es una evidencia que José Ángel se perderá buena parte de la pretemporada, sino toda. Habrá que ver si el centrocampista llega en condiciones para el debut liguero, el 16 de agosto en Granada. Pero la ausencia del andaluz es segura en estas primeras semanas. Y esa circunstancia abre la puerta a varios de los nombres que este verano deben ganarse la confianza de Antonio Hidalgo.
Nuke Mfulu llegó hace poco menos de un año al Deportivo como fichaje de ‘campanillas’ para dotar de más calidad defensiva el centro del campo del equipo. Sin embargo, tras una primera temporada en la que estuvo lejos de cumplir con las expectativas, el franco-congoleño es uno de los futbolistas que está en la rampa de salida. El Dépor quiere agitar el avispero y mira hacia los futbolistas con pobre rendimiento y contrato corto como principales candidatos a salir. En ese grupo se encuentra el ex de Las Palmas, que tendrá difícil encontrar un hueco.
Más opciones tienen otros futbolistas con menos oportunidades ‘quemadas’ el pasado curso, incluidos dentro de la categoría de los ‘meritorios’, con posibilidades de permanecer en la plantilla pero la obligación de demostrar este verano que pueden sumar.
El primero que aparece en el horizonte es Charlie Patiño. Por perfil, el británico es el centrocampista que más se asemeja a Jurado. Aunque obviamente carece de sus capacidades para imponerse en duelos defensivos, precisamente estas limitaciones le convierten en un mediocentro más posicional y adecuado para jugar por delante de la defensa, sin la necesidad de abarcar tanto campo y hacer recorridos largos.
Desde esa posición específica, el canterano del Arsenal tiene el criterio táctico y las condiciones técnicas para ejercer como compás a la hora de construir los primeros pases. Esas cualidades que le podrían permitir encontrar un rol más concreto en el equipo y similar al que desarrolló en los últimos partidos del curso, después de un primer año en el que tuvo un largo proceso de adaptación a nivel cultural y futbolístico.
Si Patiño tiene todavía mucho por demostrar en el Deportivo, otro con posibilidades pendientes de validar en la primera plantilla es Rubén López. El de Silleda se acabó convirtiendo en uno de los hombres de confianza de Imanol Idiakez para cerrar los partidos el año del ascenso gracias a su competitividad, energía y capacidad para actuar en diferentes posiciones del centro del campo.
El canterano iba a volver a ser parte de la dinámica del primer equipo con el salto de categoría, pero vio cómo las llegadas de Mfulu, Patiño y Chacón empequeñecían el hueco por el que colarse. A esa circunstancia se unió el regreso de Mario Soriano y la búsqueda de un espacio para Hugo Rama, al que Idiakez trató de ubicar en verano en el doble pivote.
Así, después de dos partidos iniciales en los que ni siquiera llegó a ser considerado una opción para Idiakez —que sí apostó algunos minutos por Rama o Chacón—, el silledense llegó con una oferta debajo del brazo del Barcelona para jugar en su filial.
La jugosa propuesta convencía al jugador y el Dépor tampoco la veía con malos ojos, por lo que las partes acordaron aceptar los términos y López pudo gozar de un a temporada completa en Primera Federación. A pesar del descenso del Barça Atlètic, el pontevedrés sumó unos 2.300 minutos y muchas funciones nuevas para él, entre ellas las de lateral izquierdo, posición en la que superó los 700 minutos.
Ahora, con un técnico que desea jugadores polivalentes y modifica mucho las estructuras propias, es bastante fácil imaginar un encaje en la plantilla para Rubén López. Pese a ello, el joven centrocampista tendrá que convencer al nuevo técnico primero y, posteriormente, aceptar el papel que le otorguen si le convence.
Si Rubén ya sabe lo que es rendir con la camiseta del primer equipo del Deportivo aunque fuese en pequeñas dosis y en una categoría inferior, quien todavía no ha ofrecido apenas nada de su fútbol es Denis Genreau. El franco-australiano es el tercero de esos futbolistas a los que la baja de José Ángel les abre una puerta desde la que ganarse más protagonismo esta pretemporada.
Genreau fue una importante apuesta del club el pasado invierno, pero la necesidad de enseñar sus cualidades de manera inmediata en un equipo que no podía ofrecerle un contexto de calma para adaptarse le superó. A circunstancia le sumó el elevado rendimiento de Diego Villares, el futbolista de la plantilla con un perfil más similar, que dio un salto de nivel muy visible a partir de la segunda vuelta.
De este modo, Denis apenas disfrutó de oportunidades con Óscar Gilsanz. Y cuando el técnico le ofreció la confianza, el centrocampista estuvo lejos de responder. En Castellón fue titular por primera vez ante la baja del vilalbés y dejó una pobre actuación, contra el Racing de Santander salió desde el banco y anotó un gran gol, pero fue expulsado. Y en Gijón volvió a ser de la partida y el equipo hizo aguas en el centro del campo. En total, el ex del Toulouse sumó apenas 210 minutos, un bagaje incluso inferior al que traía de la Ligue 1 francesa.
Este verano, ya sin prisas y con nuevo técnico, apunta a ser el momento del todo o nada para él. Por delante tendrá sesiones y amistosos para convencer a Hidalgo de que puede ver en él a su Iker Kortajarena particular en ese rol de centrocampista llegador que tan bien explotó el vasco en Huesca.