OPINIÓN | Heurtel, Doncic y mi villano favorito
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OPINIÓN | Heurtel, Doncic y mi villano favorito

OPINIÓN | Heurtel, Doncic y mi villano favorito
Edwards y Doncic, cara a cara en la primera ronda de los Playoffs de la NBA | Getty Images

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El Básquet Coruña enfila su camino de vuelta a la LEB Oro -me resisto a llamarle Primera FEB- mientras los Lakers se van de vacciones. Dos magos como Heurtel y Doncic no jugarán más esta temporada. Salvando las enormes distancias entre la ACB y la NBA o el inexperto proyecto del Leyma y una de las marcas más potentes del deporte mundial, ambos convergen en una misma idea: el talento no es suficiente.

 

En el baloncesto moderno hacen falta tipos duros, con piernas y colmillo, capaces de rendir en los dos lados de la pista. Es el caso de Anthony Edwards, mi nuevo villano favorito, un flipado de manual. Se lo puede permitir: es capaz de tener cuatro hijos con cuatro mujeres diferentes en dos años y de cargarse a los Lakers con 27 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias por partido en la primera ronda de los Playoffs.

 

 

Edwards es el jugador franquicia de los Timberwolves y el bastión estadounidense en la NBA más global de la historia, con el canadiese Shai y los europeos Jokic, Antetokounmpo y Doncic como grandes estrellas. Ya le señalan como el heredero de Jordan. Otro más. Tiene el lote completo: potencia, plasticidad, carácter... Propiedades que no le sobran a Heurtel, un tipo frío, sobrado de ingenio, pero carente de energía en un deporte cada vez más exigente en lo físico.

 

El base francés se presentó como el salvador del Básquet Coruña. No olvidaremos que jugó con la camiseta naranja en el Coliseum, un indudable privilegio, una delicia para los sentidos y los puristas del juego, pero fue un fichaje más efectista que efectivo. Por desgracia, en la élite se necesitan menos magos y más villanos.

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