Hay un claro dominador desde la creación de la Copa de A Coruña Femenina en 2023 y se llama Victoria CF. Siempre de la mano de su equipo B ha ido alcanzando la final sin excepción, con un subcampeonato en la primera edición ante el Orzán y un título el año pasado ante el Bergantiños que buscarán repetir el próximo martes frente al Pastoriza.
Por primera vez, llegan con la vitola de favoritas por haber estado en una categoría superior, una palabra que no gusta nada a su entrenadora, Isabel Vázquez (O Barco de Valdeorras, 1995), quien ha acompañado al equipo durante todo este camino, pues tras dos años como preparadora y segunda de a bordo, empezó a dirigir justo en la 2022-23.
La preparadora ourensana repasa las finales pasadas, analiza la que está por venir y, desde su función de coordinadora, explica la idea de cantera que tiene el club. “Creo que se podría hacer mejor, siempre se puede mejorar”, expresa. Una frase que sirve para entender su filosofía al frente del banquillo, pero también introduce bien su espíritu crítico con las Federaciones por temas como la organización de la propia Copa de A Coruña o la reestructuración de Tercera RFEF.
En la primera edición femenina les tocó jugar la final contra un Orzán muy poderoso en el que militaban jugadoras que ahora están en el primer equipo del Deportivo como Elena Vázquez o Lucía Rivas. “La experiencia fue increíble. La primera vez que juegas en Riazor te quedas con eso, sea cual sea el resultado. Luego en frío, claro que te habría gustado ganar, pero creo que sacamos muchas cosas positivas, como que aquel proyecto con cadetes y juveniles jugando sigue en marcha. El Orzán tenía jugadoras muy diferenciales, se notó en el campo y fue una merecida victoria”, rememora.
Seguramente tampoco eran las grandes candidatas el año pasado, en el que la final fue ante un Bergantiños que había ascendido en una categoría en la que ellas habían quedado undécimas, pero pesó más la experiencia. “Al haber estado ya en la primera edición, la gente se fue con ganas de repetir y ganar, y creo que esa sensación estuvo siempre presente. Por lo que significa jugar en Riazor, sigues teniendo nervios, pero las jugadoras estaban más rodadas. Es cuestión de dar tiempo”, valora.
La costumbre de estar en Riazor es una baza que tendrán a su favor también esta temporada, pero tienen máximo respeto por el Pastoriza. “A priori somos favoritas, sí, pero como le digo a las jugadoras, hay que demostrarlo en el campo. Eso no vale, gana el equipo que más goles mete”, apostilla la valdeorresa, que recuerda que su rival también jugará la próxima temporada en la Primera Gallega. “Creo que los dos equipos hemos hecho un muy buen año”, añade.
Más allá de sus labores como entrenadora, Isa Vázquez también coordina la base femenina del Victoria, que consta de dos equipos alevines —uno de ellos compite en categoría masculina—, un Infantil de fútbol 11 y otro de fútbol sala, un Cadete y tres equipos sénior. La idea es que, como está sucediendo, todo acabe desembocando en jugadoras que representen al primer equipo en categoría nacional. “Hay jugadoras que están en dinámica del A, pero que entran en nuestras listas cuando se considera oportuno. En la pretemporada se sumarán unas cuantas”, explica.
Son ocho equipos en total con buenos resultados a nivel gallego, destacando especialmente el subcampeonato del equipo Infantil. Le gustaría que fueran más, pero también le ve el lado positivo. “Por temas como los campos, a veces es inviable, pero creo que el éxito de la estructura radica en el cuidado y la importancia que se le da a todos. Ahí destaco el trabajo de la directiva y de la gente que está día a día buscando el bien del club”, apunta.
Su experiencia en el fútbol femenino le hace una voz autorizada para hablar de aquellos aspectos en los que cree que todavía hay mucho margen de crecimiento. Uno de ellos, la propia Copa de A Coruña.
“Evidentemente, es un premio jugar la final en Riazor. Estamos eternamente agradecidas por ello y nos hace muchísima ilusión, pero la primera final, a las 18.00, siempre es la femenina. Aunque los equipos masculinos son los que venden entradas y por eso juegan en el segundo turno, las familias de las jugadoras tienen exactamente el mismo derecho a ir al partido, y está claro a qué hora es más difícil”, inicia. Como alternativa, no ve con malos ojos que sea en días diferentes: “Sería lo ideal. Hay muchos factores y va a costar mucho tiempo que eso suceda, pero sería estupendo darle la misma importancia a las dos finales”.
También entiende que, con la programación actual, la separación entre ambos partidos es insuficiente. “Gane quien gane, prácticamente no puedes celebrar que has sido campeón de Copa porque ya va a empezar la siguiente final. Con la euforia no te importa y te vas a otro lado, pero creo que si no hubiera tanta prisa y tanta presión de tener que salir para que empiecen a calentar los otros dos equipos, lo disfrutaríamos de otra manera”, enfatiza.
Por último, pone el foco en los 23 días que habrán pasado entre la disputa de la semifinal —con la Liga ya terminada— y la final del próximo martes. “En caso de que ganes la Copa de A Coruña, luego aún tienes la Copa Diputación —también la ganaron la pasada campaña— y te metes prácticamente en julio. El tema del descanso es fundamental y nuestras jugadoras llevan entrenando desde agosto, por lo que no dan visto el final de la temporada. Repito que no hay más premio para las coruñesas que verse jugando en el estadio de su ciudad, pero creo que al igual que se hace en otras provincias, se le podría dar una vuelta al tema de la distribución de partidos de la Copa”, recalca.
En lo que se refiere a la Liga, también ve detalles por pulir. “Debería haber linieres. Me parece una categoría como para tenerlos y no entiendo como a estas alturas, con los avances que hay, aún no lo hemos conseguido”, denuncia. Una Primera Gallega que, bajo su punto de vista, pierde valor con la reestructuración de Tercera Federación, que pasará de seis a dieciocho grupos. “En esa categoría va a bajar el nivel porque solo se va a jugar en Galicia. Creo que lo bonito para nuestro primer equipo era viajar, competir contra equipos de otras comunidades, etc. Y en las divisiones inferiores se va a notar también”, pronostica.
Es la visión del fútbol de Isa, una preparadora en constante formación que, al ser cuestionada por la gran clave del éxito del Victoria femenino, responde con dos: “Diría el trabajo colectivo, ya que todas suman, tanto las que juegan como las que no, y la cohesión. Queremos que las jugadoras sientan el club como su segunda casa, que quieran estar aquí muchos años”.