Sin cláusula del miedo para Tombita
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17º-23º

Sin cláusula del miedo para Tombita

El argentino pertenece al Liceo pero juega cedido en el Lleida, donde ha crecido en minutos, juego y goles: lleva 27 este curso, su pasaporte de vuelta la temporada que viene
Sin cláusula del miedo para Tombita
Tombita celebra un gol en la Copa del Rey | DAVID VALIENTE/RFEP

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A su abuelo lo conocían como Tomba. También a su padre, Óscar, por quien lleva el cuatro (doble) a la espalda, y a su tío Leonardo, que antes que él cruzó el charco para buscarse la vida en Europa y finalmente se asentó en Vigo, desde donde está haciendo una gran labor de divulgación y formación en el Club Cíes. Así que a Fran Torres Merín (Mendoza (Argentina), 2004) no le quedó más remedio que heredar el apodo, aunque en su versión en diminutivo. Y aún sigue como Tombita a pesar de que haya pasado de la veintena y roce el metro noventa. Ya no es ese niño flacucho que llegó a A Coruña con 14 años, que fue escalando por las categorías inferiores del Liceo pero que le tocó extrañar a la familia y vivir una pandemia a miles de kilómetros de su casa. Tampoco el jugador que el pasado verano se aferró a la opción de irse cedido al Lleida. En solo unos meses el cambio es evidente. No solo físicamente. Ha crecido en minutos, juego y goles. Sobre todo goles. 27 entre tres competiciones y viviendo momentos como la final de la Copa del Rey. Y ahora, un playoff que le trae de vuelta y sin cláusula del miedo. De momento, se debe al equipo catalán y no quiere hablar de futuro hasta que termine la temporada. Pero lo cierto es que le queda un año de contrato con el Liceo y que el verdiblanco le espera de nuevo.


Pero a veces el destino es caprichoso. De los cuatro equipos a los que se podía enfrentar, le fue tocar precisamente el coruñés, una eliminatoria con cables entrelazados por todas partes. Desde el coruñés que juega en el Lleida, Chino Miguélez, canterano de Compañía. A los que cruzarán sus destinos: Tombita y Nuno Paiva vendrán a Coruña y Fabrizio Ciocale hará el camino a la inversa. “Yo ahora estoy acá y defiendo estos colores”, señala Torres, “voy a dar todo de mí para lo mejor de mi equipo”. Aunque reconoce que aquí tiene muchos amigos, en especial su compatriota Ciocale, con quien convivió buena parte de sus seis años en la ciudad. “Siempre hablo con él, tenemos muy buena relación. Estos días hemos hablado también, pero más de otras cosas que de hockey. Hay que desconectar un poco”, apunta y reconoce que es una de las personas que animó y recomendó su fichaje a ambas partes: “Les dije que es un gran jugador y que trabaja muy bien. Y a él, que es un sitio muy bueno para disfrutar”.


Él no se arrepiente de haber aceptado la cesión. Sin miedo a los cambios ni a avanzar. “Había renovado, pero la llegada del Tato (Ferruccio) lo cambió todo. El club habló conmigo, me comentó la situación y yo dije que sí, que prefería salir cedido. Y la verdad que fue todo muy rápido”, recuerda. El Liceo apostaba por la experiencia y optaba por que el argentino se fogueara un año fuera. “Quería jugar, tener minutos. Y es lo que he tenido en Lleida. Al final para mí fue la decisión correcta porque he disfrutado y he jugado un montón. He sumado experiencias y estoy muy contento con la confianza que me han dado el entrenador y el equipo”, añade. Su principal aprendizaje: desarrollar la paciencia. “Al principio de temporada me pasaba que quería salir y comerme la pista. En el Liceo tenía pocos minutos y quería demostrar. Me fui acostumbrando y adaptando a que acá no tenía que entrar como un loco, sino estar más calmado y que poco a poco iban a llegar las cosas”.

 

27 goles en un año, 19 en dos de verdiblanco


Tombita volverá a Riazor, donde no pudo marcar en el partido de la liga regular (sí anotó contra el Liceo en el partido disputado en Lleida) como uno de los jugadores más peligrosos en el área. Con 16 goles en la fase regular es el tercero de su equipo (por detrás de los 20 de Nico Ojeda y los 17 de Nuno Paiva). Pero sumó también 3 en la Copa del Rey y 8 en la WSE Cup, lo que le convierte en el máximo realizador de los ilerdenses este curso con 27 en total (Ojeda y Paiva se quedan con 26). En el Liceo solo Arnau Xaus, con 29 (23 en Liga y 6 en Europa) le supera. Con la camiseta verdiblanca el de Mendoza anotó 19 repartidos en dos temporadas, 12 en la 2022-23, que fue la primera en la que estuvo regularmente con el primer equipo, y 5 en la anterior, con intervenciones más esporádicas e intercalándolas con el filial. 


Allí ha tenido un buen maestro, un experto en el arte del gol como es su compatriota Darío Giménez. “Lo veía de chiquito y ahora tenerlo como compañero y que me dé consejos... Me ha ayudado muchísimo. Aparte me siento a su lado y siempre estamos con bromas”. Como que el que meta menos goles en los entrenamientos le tenga que desatar los patines al otro. “La última vez gané yo. Tengo que subirlo a Instagram”, bromea. “De él he aprendido a no frustrarme. Que las cosas van a llegar cuando tienen que llegar. Y siempre me da consejos buenos de cómo moverme. Al final nos tenemos que ver mucho porque jugamos los dos arriba”, dice.

 

"Partido lindo"


Sobre el partido contra el Liceo, asegura que va a ser “lindo de jugar”. “Somos dos equipos que yo creo que atacamos mucho. Nos toca ir a Coruña y afrontar el partido preparándonos para ir de la mejor manera a pelear”, analiza y cree que la clave va a estar en la defensa, como el de la segunda vuelta, que terminó 1-0.  “Los porteros, Martí Zapater y Martí Serra, hicieron un buen trabajo y en defensa estuvimos bien los dos equipos. Pero yo creo que en ese partido llegamos mucho a portería, tanto el Liceo como nosotros”, valora. Hubo más goles en el 4-6 de la primera vuelta, en la jornada dos de la Liga, aunque ambos equipos, en proceso de formación, han crecido mucho desde entonces: “Empezamos ganando 2-0, después nos recortan y nosotros nos volvimos locos, era uno de los primeros partidos que jugábamos y todavía no estábamos del todo bien”.


El factor extra en el encuentro del sábado (Palacio de los Deportes de Riazor, 18.30 horas) es la presión que tiene el equipo de casa, para el que tener la ventaja de campo en la eliminatoria es menos beneficiosa que nunca. El primer partido es el más difícil y si pierde, se la jugará el todo por el todo a domicilio. “Nosotros vamos a ir allá como si fuera una final, a tratar de ganar para poder venir a casa a otra final más”, indica. “Pero sí puede ser que el primer partido ahí ellos van a tener la obligación de ganar. Pero al final ellos son el Liceo, siempre tienen la obligación de ganar”. La mentalidad liceísta ya la tiene

 

Cambio físico

 

“¡Estás fuerte!”, le dicen a Tombita cuando se deja ver por A Coruña. Porque el cambio físico en un año en Lleida es evidente. El argentino, además del entrenamiento en el gimnasio que ya hace con el equipo, hace sesiones individuales con el preparador físico. “He hecho entrenamientos aparte con él y me ha ayudado bastante”, reconoce el argentino.


No sabe cuantificar cuánto de masa muscular ha ganado en estos últimos meses. “Si soy sincero no tengo ni idea, no sé si mucha masa muscular pero sí que más agilidad y más potencia”, indica el jugador cedido por el Liceo en el Lleida. “Eso me permite llegar bien a los partidos y es lo importante, estar a un buen ritmo. Porque en estos partidos, como el del sábado en Coruña, si no estás a un buen ritmo y no estás al 100% a full, es mucho ir y venir y tienes que estar bien físicamente”, indica. Un nuevo Tombita, pero el mismo de siempre.

 

El club saca abonos para el playoff para no socios

 

El Liceo necesita que el público le siga apoyando, como a lo largo de toda la temporada, en un playoff por el título de la OK Liga que se presenta apasionante. Los verdiblancos tienen el factor pista a favor tanto en cuartos como en semifinales (si se clasifican) y en la final en el caso de que su rival no fuera el Barcelona. Por eso el club ha decidido sacar a la venta un abono, por el precio de 20 euros, para aquellos aficionados que todavía no sean socios y que quieran apoyar al equipo en un camino hacia la gloria que empieza esta sábado a las 18.30 horas en el Palacio de los Deportes de Riazor contra el Lleida. El abono se puede comprar vía online a través de la plataforma Cluber.


El objetivo es teñir las gradas de verdiblanco en un final de viaje de un curso que se ha caracterizado precisamente por el aumento de seguidores en los partidos, con la creación de una grada de animación que une a las peñas Barullo, Sempre Liceo Jordi Bargalló , Dava Torres y Hulkerinos. Muchos de ellos estaban también presentes en el desplazamiento a Barcelos, uno de los más masivos de los últimos años del club coruñés.

 

Partido del Dépor


El Liceo recuerda que el partido del Dépor contra el Granada es a las 16.15 horas (y coincide también con el Día de las Peñas), por lo que los que acudan a Riazor pueden aprovechar al salir para ir a animar a los verdiblancos.


Hay muchos socios blanquiazules que se acogieron a la opción de, por cinco euros más, abonarse también al Liceo, por lo que pueden disfrutar de sus equipos favoritos en una misma tarde. 

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