El Zalaeta volvió a terminar otra temporada con sensaciones positivas. A pesar de la ambición de varias jugadoras, que querían haber logrado mejores resultados a nivel clasificatorio, el club consiguió un más que meritorio cuarto puesto, siendo superadas tan solo por los tres trasatlánticos de la competición: La Laguna, Alcobendas y Leganés.
Tras poner punto y final a la 2024-25 y descansar un poco, el club empezó el proyecto para la 2025-26, una planificación que no está, ni mucho menos, terminada. “La situación es muy mala por el volumen de jugadoras”, describe el entrenador del equipo, Jorge Barrero. El técnico, que sumará una nueva temporada al frente del Zalaeta, contaba con trece piezas durante la pasada campaña, de las cuales solo seguirán siete: Patri Santos, Tania Alvite, Alba Quirós, Andrea Rivas, Inés Rivas, María Forteza-Rey y Noa Sánchez. En el apartado de salidas han sufrido un duro golpe, con seis bajas confirmadas con respecto a la anterior plantilla: Inés Losada se va a la liga universitaria de Estados Unidos, Eleonora Guzzi se retira, Inés Ignacio se marcha a Superliga 1, Noa Pardiñas ha decidido bajar de categoría tras sus problemas de lesiones y Paula Lorenzo y Claudia Gómez se marchan por motivos laborales.
“Tenemos toda esta serie de bajas en una plantilla que ya el año pasado no era muy amplia”, admite Barrero. Para él, el número ideal de jugadoras sería como mínimo de doce. “Porque al final, a efectos de entrenamiento, aunque puedas completar con niñas de la base, lo ideal es poder hacer situación real de juego de seis contra seis. Por eso el mínimo de doce, pero todos los equipos intentamos movernos en plantilla de más o menos catorce jugadoras. Nosotros, además, intentamos que haya recambios en todos los puestos, porque si tienes cinco centrales y solo tres receptoras, aunque tengas catorce en total, te quedas más cojo en esa posición en cuanto a número”, explica el preparador.
En el apartado de llegadas, el Zalaeta ha sido capaz de acometer, hasta el momento, tan solo dos fichajes. “Tenemos a Carla Herrero, una chica que viene del equipo juvenil del EMB. No tiene experiencia en Superliga 2, pero llega con muchas ganas y buenas referencias. Viene para suplir una de las posiciones de cuatro. La otra incorporación es una chica joven, Claudia, que viene del Liceo. Es una central que acabó juvenil y que ya había hecho entrenamientos con nosotros en temporadas anteriores, vendría un poco a suplir la posición de Noa e Inés Ignacio”.
Con Claudia, junto con Inés Rivas, el Zalaeta tendría cubierta la posición de central. En la de cuatro está el otro fichaje, Carla Herrero, junto a María Forteza, tras la baja sensible de Inés Losada. Uno de los problemas llega en el puesto de líbero, donde la marcha de Paula Lorenzo deja sola a la veterana Noa Sánchez, al igual que el de receptora, donde el equipo coruñés también va algo cojo en estos momentos.
El club maneja en estos momentos otra opción local como fichaje: Susana Suárez. Se trata de una jugadora del Liceo que lleva varios años sin competir y que está pendiente de poder compaginar la vida laboral con la deportiva antes de cerrar el acuerdo, aunque desde el club pretenden que, al menos, pueda ayudar en los entrenamientos para agrandar el número de jugadoras presentes.
“No sé si surgirá de aquí a septiembre alguna otra opción. Y, si no, iremos incorporando a alguna de las niñas jóvenes del club. Son todavía cadetes, bastante lejos todavía del nivel de Superliga 2, pero si nos faltan jugadoras, tendremos que tirar de ellas e intentar que se pongan al ritmo lo antes posible”, afirma con preocupación Jorge Barrero. “En los últimos años no hemos sido capaces de sacar jugadoras de un nivel cercano a Superliga 2. Teniendo en cuenta eso, un club como nosotros con la situación económica de ahora, quizá peor que nunca, pues el cómo estamos ahora es una cosa que se veía venir y llegó esta temporada. Ahora toca afrontarla y ver lo que somos capaces de hacer”, añade.
Las jugadoras del Zalaeta ya han empezado con el trabajo físico de pretemporada, pero el de balón no comenzará hasta los últimos días del mes de agosto. Desde entonces, tendrán siete semanas para preparar el debut en liga, que será el 4 de octubre a domicilio contra Covadonga, mientras que el primer partido en A Coruña será una semana más tarde, cuando recibirán a Extremadura Arroyo en su casa.
El Zalaeta ha vuelto a quedar encuadrado en el Grupo A junto a otros once conjuntos. Cuatro madrileños (Torrejón, Madrid Chamberí, Leganés y Vóley Playa Madrid), un gallego (Voleyourense), un asturiano (Covadonga), dos cántabros (Torrelavega y Astillero), un extremeño (Extremadura Arroyo) y dos canarios (Santa Cruz y Arona).
Durante la temporada pasada se había llegado a hablar de un posible cambio de formato en las ligas femeninas españolas, introduciendo una nueva categoría entre Superliga 1 y 2 con el objetivo de “acercar niveles”. Finalmente, como esa propuesta llegó por parte de la Federación a final de temporada, muchos clubes protestaron y el cambio ha quedado pospuesto para que entre en vigor en la 2026-27.
Por lo tanto, las clasificaciones de la temporada 2025-26 determinarán qué equipos disputan esa nueva categoría intermedia. “La idea es hacer un grupo más fuerte que aproxime un poco el nivel a la Superliga 1. Porque ahora está pasando que hay mucha diferencia tanto de nivel de jugadoras como económico y, prácticamente cada año, los dos equipos que suben son los que bajan al año siguiente. Entonces la intención es hacer un grupo un poco más fuerte y más exigente a nivel económico también para que el salto no sea tan grande. Se crea ese grupo en el que estarán, en teoría, los equipos mejor clasificados en Superliga 2 al final de esta temporada”, explica Jorge Barrero.
El Zalaeta todavía tiene casi dos meses por delante antes de empezar la liga, pero la situación del equipo en estos momentos a nivel de plantilla es, cuanto menos, delicada.