Luismi Cruz ya habla el mismo idioma de los bajitos del Deportivo
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Luismi Cruz ya habla el mismo idioma de los bajitos del Deportivo

Luismi Cruz ya habla el mismo idioma de los bajitos del Deportivo
Luismi Cruz, durante el Granada-Deportivo del sábado | FERNANDO FERNÁNDEZ

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Tras la última jornada en Riazor, en la que el Dépor y Yeremay forzaron la mano para que el canario pudiese jugar ante el Elche antes de incorporarse a la concentración con la sub-21, el deportivismo se hacía a la idea de que había visto el último partido del canario con la camiseta blanquiazul. Con el paso de las semanas, el club coruñés no solo consiguió la continuidad de su ‘10’, definitiva salvo giro inesperado en el final del mercado con cantos de sirena que llegan desde Portugal, sino que lanzó un aviso a navegantes haciéndose con otro de los futbolistas más desequilibrantes de la categoría gracias a la llegada de Luismi Cruz.
 

El fichaje del extremo gaditano disparó la ilusión y las expectativas en la parroquia deportivista, convencida de que su presencia multiplicaría las opciones de ascenso del cuadro herculino y que formaría junto al propio Yeremay y Mario Soriano una de las líneas de enganches más decisivas de Segunda División. No debe de variar mucho ese pensamiento de lo que se imaginó Antonio Hidalgo nada más ponerse a trabajar con esos mimbres, ya que desde el inicio de la pretemporada ha invertido ideas y minutos en generar el mejor contexto posible no solo para que los tres brillen de forma individual, sino para que su impacto en conjunto sea devastador para el rival. Después de apenas un mes juntos, Luismi ya habla el mismo idioma que los otros dos ‘bajitos’ y su presencia no hace más que potenciar una mezcla que ya era explosiva. En Granada quedó claro.

 

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Mario Soriano y Yeremay, después del primer gol del Deportivo en Granada | FERNANDO FERNÁNDEZ


 

Porque Soriano y Yeremay siempre han vibrado en la misma sintonía. Se entienden, se buscan y su conexión va más allá del terreno de juego. “Si hace falta parto el 10 a la mitad para que vuelva Mario”, apuntaba el canario el año pasado antes del regreso del madrileño de su paso por el Eibar. Los buenos se reconocen rápido.
 

Y lo que ha propiciado la presencia de Luismi es que el 10 y el 21 tengan ahora más espacio para jugar. Su jardín se ha incrementado por dos factores fundamentales. El primero es el empeño que está poniendo Hidalgo en juntarlos con su estructura. Yeremay está siendo más delantero que nunca, mientras que Soriano parte desde el perfil izquierdo, pero como el canario, con total libertad para flotar por la zona de tres cuartos para encontrar los espacios. Las ataduras, al menos as nivel espacial, son para Luismi. El gaditano tiene totalmente delimitado su radio de acción antes de recibir la pelota. Debe estirar a los rivales a lo ancho para ampliar, precisamente, los pasillos interiores en los que trabajan sus dos compañeros. Las normas quedan en suspenso cuando recibe la pelota. El andaluz está demostrando hasta el momento paciencia para no forzar situaciones e inteligencia para leer lo que necesita el juego. Cuando tiene el balón las restricciones desaparecen y cuenta con la misma libertad que sus cómplices para encarar hacia fuera, conducir hacia adentro o buscar el pase entre líneas.
 

Una diagonal letal

Todo esto quedó resumido en el primer tanto de la temporada del Deportivo. Una obra de arte colectiva que tuvo, en sus últimas pinceladas, un patrón que está llamado a repetirse con frecuencia este curso. El equipo blanquiazul fue capaz de mover el balón hasta desordenar al Granada y encontrar a Luismi abierto en el carril diestro. El cuadro local ya estaba condenado y todavía no lo sabía. En ese momento se desató la magia con otro de los movimientos marca de la casa del nuevo Dépor, ese corte entre central y lateral de Loureiro o Villares, y la combinación del gaditano con Yeremay. Los tacos del canario y Zaka para que el balón le llegara a Mario pusieron la guinda.

 

Una acción para el recuerdo por su belleza, pero empieza a ser familiar. La primera ocasión del encuentro partió precisamente de un balón que le llegó a Luismi en el círculo central. Buscó y encontró rápido a Soriano para acelerar con una pared y habilitar a Eddahchouri, que se quedó sin ángulo. Situación que ya se había dado antes durante la preparación. La práctica hace la perfección. El golazo de Yeremay ante el Middlesbrough en uno de los amistosos en Inglaterra llegó de forma similar. Balón al flamante fichaje deportivista, apoyo en el ‘21’ para atraer atenciones y pase al canario, que se quedó uno contra uno en el pico del área. 
 

Amigo de todos

Mientras la dirección deportiva sigue buscando el delantero que ponga el broche de oro al ambicioso proyecto coruñés, Eddahchouri disfruta tratando de aprovechar todo el caudal ofensivo que producen los tres mediapuntas del Dépor. En Granada tuvo dos ocasiones antes de participar en la maravilla del 0-1 y asociarse con Luismi para el 0-2.
 

Porque esa es otra de las cualidades que ha dejado la puesta en escena del andaluz. Es el mejor amigo de cualquiera que se acerque a su zona de influencia. Ofrece soluciones en la salida de balón y encuentra con un gran porcentaje de acierto a todos los compañeros que le tiran desmarques. Apenas ha aterrizado, pero su presencia en el engranaje blanquiazul ya supone uno de los grandes enigmas para los rivales del equipo herculino en este inicio de temporada.

Luismi Cruz ya habla el mismo idioma de los bajitos del Deportivo

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