El Deportivo, al fin, ha conseguido cerrar uno de los fichajes que más ha perseguido este verano. El club blanquiazul acaba de anunciar el acuerdo con la SD Huesca para hacerse con los servicios de Miguel Loureiro, que firma para completar la linea defensiva de Antonio Hidalgo.
"Siento que es volver a casa, la oportunidad de mi vida. Es el club de mi ciudad y es especial. Así se lo trasladé al club. Desde el principio, con el máximo respeto, mi sentimiento, cómo me encontraba y le pedí a todos que intentasen negociar, que tratasen de entender mi situación y buscar una solución que fuese buena para todas las partes. Entiendo al club, que tiene que defender sus intereses, y en todo momento han sido conversaciones desde le respeto, tratando de entendernos y espero que pueda llegar a buen puerto". Estas palabras del jugador hace unos días muestran lo complicada que ha sido la operación.
Pero el encuentro entre el central de Cerceda y el Dépor parecía destinado. Primero porque, como el propio futbolista apuntó en esas declaraciones, "es la oportunidad de mi vida". Con paso por la cantera deportivista, el futbolista ha tenido que labrarse su carrera en prácticamente todos los equipos de Galicia hasta poder llegar a Riazor, ahora que está cerca de cumplir 29 años.
Y segundo porque es un hombre de confianza de Hidalgo. Con el técnico catalán en el banquillo aragonés, el cercedense alcanzó su mejor nivel en un intercambio mutuo en el que su rendimiento y versatilidad le permitió al ahora entrenador blanquiazul múltiples variantes. Poco tiempo han durado separados y tan productiva relación volverá a darse en A Coruña.
Todavía por debajo de la treintena, pero Miguel Loureiro afrontará el reto de triunfar en el Deportivo siendo además el auténtico líder de la defensa. En la remodelación completa que ha sufrido la zaga herculina, el gallego es de lejos el más mayor de los integrantes del grupo de centrales. Arnau Comas tiene 25, Dani Barcia 22 y Lucas Noubi 20.