La decisión del Deportivo de no renovar a dos de sus capitanes, Pablo Martínez y Jaime Sánchez, ha reforzado una dinámica que lleva años instalada en Riazor: la escasa duración de los futbolistas en la plantilla blanquiazul. Ambos eran dos de los jugadores que más tiempo llevaban en el primer equipo y su salida deja como únicos casos de continuidad significativa a Diego Villares, que subió del Fabril hasta convertirse en el primer capitán del club, y Mario Soriano, que ha enlazado varias campañas con la camiseta del Dépor, aunque con una una cesión intermedia.
Más allá de estos nombres puntuales, la tendencia general es clara. Los datos acumulados en los últimos años reflejan que el Deportivo ha dejado de ser un club en el que los jugadores echan raíces. La estancia media de los futbolistas ha caído con fuerza respecto a las décadas de estabilidad y bonanza. El club coruñés es hoy un equipo de paso para muchos de sus integrantes, un fenómeno alimentado por la pérdida de categoría, las estrecheces económicas y la tendencia a reformular proyectos casi cada temporada.
El contraste con el pasado es rotundo. Desde la llegada de Augusto César Lendoiro a la presidencia en 1988 hasta la actualidad, el Deportivo ha contado con casi 1.000 jugadores diferentes, con una duración media de estancia de 2,37 años. Pero esa cifra global oculta una diferencia sustancial entre épocas muy distintas. Bajo la gestión de Lendoiro, que se prolongó hasta enero de 2014, la media se situaba en 2,97 años, reflejo de una filosofía basada en contratos largos, proyectos de continuidad y plantillas más estables. Desde la salida de Lendoiro, con una amplia lista de presidentes al frente, esa media ha bajado hasta 1,52 años, prácticamente la mitad que en la etapa anterior.
Este descenso responde a un cambio en el modelo del club, que tras su caída de la élite vio reducida su capacidad económica y de seducción para retener talento. La inestabilidad institucional, los cambios de directiva, la incertidumbre deportiva y la transición forzada hacia la Primera Federación han convertido la plantilla en un espacio de rotación constante. Los futbolistas llegan, cumplen contratos cortos o cesiones breves, y parten en busca de nuevas oportunidades.
Si se analiza únicamente el periodo de las 20 temporadas consecutivas en Primera División, desde la 1991-92 hasta la 2010-11, la diferencia es aún más pronunciada. Durante esas dos décadas doradas para la entidad gallega, la estancia media de los jugadores fue de 3,38 años, la cifra más alta de todos los tramos temporales estudiados. Los contratos largos, las renovaciones frecuentes y la capacidad del club para consolidar proyectos estables en la máxima categoría explican esta duradera permanencia de muchos nombres propios. Figuras como Fran, Mauro Silva, Manuel Pablo o Valerón personificaron esta filosofía de continuidad, imposible de replicar en el contexto actual.
La caída desde la élite ha tenido un impacto directo en este fenómeno. Desde el último descenso de Primera en la temporada 2017-18, el Deportivo ha transitado por la Segunda División y la Primera Federación, dos categorías en las que el club ha llevado modelos de plantilla diferentes. En este periodo reciente (desde la 2018-19 hasta la actualidad), la estancia media se ha reducido hasta 1,49 años, lo que confirma que en las últimas campañas el Dépor ha dejado de apostar por proyectos a medio o largo plazo. Cada verano se afronta una nueva reconstrucción, con salidas masivas y entradas numerosas, y el escaso margen económico condiciona la capacidad para retener jugadores.
La valoración por décadas también permite visualizar esta evolución con claridad. En los años 90, la media de estancia por jugador fue de 3,37 años, muy en línea con la estabilidad que aportaba la presencia en Primera. En la década de los 2000, coincidiendo con una etapa de éxitos deportivos y una posterior caída paulatina, la cifra ascendió incluso hasta 3,62 años, el registro más alto de las cuatro últimas décadas.
El cambio comenzó a notarse en la década siguiente. Entre 2010 y 2019, la duración media de los jugadores bajó hasta 1,69 años, coincidiendo con los descensos a Segunda, los ascensos fugaces a Primera y una inestabilidad progresiva en el ámbito institucional. A partir de ahí, la caída fue aún más pronunciada. En la década de 2020 en adelante, que incluye el paso del Deportivo por la tercera categoría del fútbol español, la media ha descendido hasta 1,40 años, el mínimo en la historia reciente.
De todos los jugadores que pertenecieron al primer equipo del Deportivo en algún momento desde el último descenso desde Primera División, Álex Bergantiños es la rara avis. El excentrocampista coruñés simboliza un tipo de jugador en peligro de extinción en el Dépor actual. El eterno capitán, con 5.478 días desde que encadenó su primera cesión al Xerez, es el caso más excepcional de longevidad en la plantilla desde el último descenso de la máxima categoría en 2018. Nadie se acerca a semejante permanencia en la era reciente.
El contraste es evidente con los nombres que le siguen en duración. Juanfran Moreno, con cuatro temporadas compitiendo como blanquiazul y otras más a préstamo, es el segundo en esta lista con 1.792 días. Fede Cartabia y Saúl García superaron los 1.600 días en nómina blanquiazul, pero buena parte de ese tiempo transcurrió lejos de A Coruña, encadenando cesiones. Otros como Borja Valle, Pedro Mosquera o Eneko Bóveda también acumularon varias temporadas, aunque con diferente protagonismo y rendimiento.
En el presente destacan Diego Villares y Mario Soriano como los únicos jugadores con una trayectoria continuada y en progresión en la plantilla. Ambos pueden seguir sumando días en Riazor tras la marcha confirmada de Jaime Sánchez y Pablo Martínez, que tampoco lograron superar los 1.500 días en el club.
En el extremo opuesto, la lista de futbolistas que apenas rozaron el escudo del Dépor es extensa. Nombres como Beto da Silva (149 días), Sasa Jovanovic (145), Rui Costa (138) o Abdoulaye Ba (132) ilustran la fugacidad con la que se gestionaron algunos fichajes recientes. El portugués Vítor Silva (118) y el bilbaíno Ibai Gómez (114) se llevan la palma como los futbolistas más breves de los últimos tiempos en el Deportivo.