Fernando Soriano se enfrenta a otro verano de 20 operaciones en el Deportivo
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Fernando Soriano se enfrenta a otro verano de 20 operaciones en el Deportivo

Fernando Soriano se enfrenta a otro verano de 20 operaciones en el Deportivo
Fernando Soriano, durante una presentación en el estadio de Riazor

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Después de la eliminación del Murcia en su carrera por el ascenso y la lesión que trunca las opciones internacionales de Yeremay, el Deportivo puede decir, ahora sí, que todos sus jugadores están oficialmente de vacaciones. El foco se aparta del césped y pasa a los despachos, donde Fernando Soriano encara un nuevo verano frenético que, haciendo unas cuentas conservadoras, no bajará de las 20 operaciones.


Será un mercado de alto volumen para el director deportivo blanquiazul, que el año pasado ya tuvo que llevar a cabo la habitual revolución por la que tienen que pasar todos los equipos que regresan al fútbol profesional, con una herencia de contratos que a menudo dificulta el aterrizaje en la categoría de plata. Fue precisamente la veintena el techo del maño en el verano de 2024, con un total de diez incorporaciones cerradas con la llegada de Cristian Herrera, ya con el tiempo cumplido, y otras tantas salidas de futbolistas que tenían contrato y hubo que buscarle acomodo de una manera u otra.


En esta ocasión, cualquier suma entre los que lleguen y los que se vayan a tenor de las necesidades del Deportivo de cara al próximo curso, establecen esa cifra como suelo, pero todo hace indicar que Soriano superará esa barrera con claridad cuando el mercado baje la persiana el próximo 1 de septiembre. Al menos así tendrá que ser para aspirar a ese ascenso que se marcan en la planta noble del club coruñés.
La inaugural, por supuesto, tendrá que ser la del banquillo. El Deportivo ha tomado ya la decisión de que Óscar Gilsanz no siga al frente del equipo y solo falta que se anuncie de forma oficial, al tiempo que se le ponga nombre a su sustituto. Ahora mismo, sería sorprendente que fuera alguno diferente a Antonio Hidalgo, que en los últimos días ha sacado ventaja al resto de candidatos por el puesto. La intención de la entidad herculina es resolver la situación en los próximos días para empezar a diseñar ya a fondo la pretemporada y la planificación.

 

Necesidades

La segunda fase consistirá en que Fernando Soriano y el nuevo técnico se sienten para analizar las necesidades de la plantilla de cara al siguiente curso. Es inevitable que la primera mirada se vaya al centro de la defensa, donde ya estaba cantado que el Deportivo tendría que incorporar dos centrales por las salidas de Pablo Martínez y Jaime, que finalizan contrato. Pero ese número puede quedarse corto en caso de que se confirme también la marcha de Pablo Vázquez. El vínculo del valenciano en A Coruña se va hasta 2026, pero tanto él como su entorno ya conocen que no será la primera opción para el eje de la zaga y tendrá la puerta abierta para buscar nuevo destino. Consecuentemente, es en esta posición en la que la dirección deportiva más rápido se está moviendo y tiene atado al que debería inaugurar la lista de refuerzos para la 2025-26: el belga Lucas Nuobi.


En el resto de la retaguardia, la posición que plantea más incógnitas ahora mismo es la de lateral izquierdo por el final de la cesión de Obrador. Aunque el canterano del Madrid gusta mucho, su continuidad no será sencilla y es probable que sea necesario acudir al mercado para acompañar a Escudero.


A partir de ahí, el proceso se complica. Porque las necesidades tienen mucho más que ver con lo cualitativo que con lo cuantitativo. Si la competición le ha dejado algo claro al Deportivo esta temporada, es que necesita mejorar su rendimiento en la posición de mediocentro. Salvo Diego Villares, que fue de menos a más hasta convertirse en uno de los jugadores más fiables del equipo, el resto de integrantes de la sala de máquinas dejaron y dejan dudas. Bien sea por su estado físico, como un José Ángel que ha tenido que pasar por el quirófano, bien sea por rendimiento, como es el caso de Mfulu, Genreau o Charlie Patiño. Por lo tanto, incorporar al menos un mediocentro se hace indispensable. En la mediapunta, la presencia de Mario Soriano es una garantía, lo que unido al regreso de Luis Chacón puede provocar que el club vaya con calma antes de plantearse incorporar otro enganche.


A la espera de lo que suceda con Yeremay, la zona de extremos también exige mejoras. La irrupción de Adrián Guerrero puede limitar las urgencias, pero el fichaje de un especialista contrastado debe ser innegociable para una posición en la que la rotación está completada por Cristian Herrera y Diego Gómez, que en todo caso no responden al perfil de extremo más clásico. Y algo similar sucederá en la punta del ataque. Barbero, Bouldini y Eddahchouri han dejado más sombras que luces y aunque todos tienen contrato para el próximo año, lo mismo que Alcaina y Martín Ochoa, que regresan de sus cesiones, firmar un goleador de garantías es una de las tareas rodeadas en rojo en el cuaderno de deberes de Fernando Soriano.

 

Atasco propio

Estaríamos hablando, y siempre teniendo en cuenta de una estimación de mínimos, de un total de siete incorporaciones. Probablemente terminen siendo alguna más, pero es que esa cifra, unida a los 30 contratos que el Deportivo ya tiene encima de la mesa para el siguiente curso, obligarían ya a prescindir de al menos doce futbolistas que ahora mismo tienen vinculación firmada con el club coruñés.


Davo y Alcaina han sido los últimos en unirse. Junto a ellos regresarán tras préstamo varios jugadores que tienen difícil encaje y a los que habrá que buscar destino. Algunas operaciones, sobre todo las que de futbolistas que terminan contrato en 2026 o la de varios canteranos, apuntan a tener una solución más sencilla, pero sus salidas no son suficiente para alcanzar el hueco que el conjunto deportivista necesitará para poder realizar todas las incorporaciones necesarias, teniendo en cuenta además los condicionantes del límite de gasto en plantilla.


El verano no ha hecho más que comenzar. El mercado ni siquiera está abierto. Y aún así es evidente que la plantilla deportivista sufrirá en los próximos dos meses una profunda remodelación en la que Soriano tendrá que trabajar a un ritmo de operación cerrada cada tres días en el periodo que permanece abierta la ventaja de fichajes.


Todo ello, además, sabiendo que no puede repartir responsabilidades en este citado atasco que obligará a reducir la nómina de futbolistas. Porque con las marchas de Jaime y Pablo Martínez, los únicos futbolistas en plantilla que no fueron reclutados por él son Diego Villares y Mario Soriano, aunque en el caso del madrileño sí se hizo bajo su tutela la renovación hasta 2028. Y no parece que ninguno de los dos vaya estar en la rampa de salida en el corto plazo.

Fernando Soriano se enfrenta a otro verano de 20 operaciones en el Deportivo

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