La tarde no había empezado bien para el Deportivo. Era la jornada 35 de la temporada 2014-2015 y el equipo, que unas semanas antes había cambiado de entrenador con la llegada de Víctor Sánchez del Amo, comenzaba el partido en San Mamés en puestos de descenso. El Granada acababa de ganar al Córdoba y obligaba al Dépor a puntuar sí o sí ante el Athletic Club, un rival que nunca regala nada.
El conjunto vasco se adelantó rápido en el marcador, a los quince minutos de partido Aritz Aduriz colocaba a los rojiblancos por delante, los athleticzales se encontraban en plena lucha por un puesto en Europa y no querían problemas ante un equipo de la zona baja. El Dépor intentaba por todos los medios igualar el resultado pero apenas lograba inquietar la meta de Iago Herrerín.
Y entonces, cuando el cronómetro marcaba el minuto 90, ocurrió el milagro: Ivan Cavaleiro colgaba un balón desde el extremo diestro con su pierna menos hábil, la zurda, un centro que no estuvo ni cerca de ser perfecto pero que encontró la cabeza de Alberto Lopo, el central catalán que estaba viviendo su segunda etapa en el club, consiguó rematar con un escorzo y cabeceó al fondo de las mallas. Herrerín veía que tras una palomita fallida el balón se le resbalaba entre las manos. Lopo firmó así el 1-1 que le sumaba al Dépor un punto de oro en su pelea, y así lo festejaron sus jugadores, el central no dudó en quitarse la camiseta y el capitán, Álex Bergantiños, nos regaló una de esas celebraciones llenas de rabia que quedan en la retina del deportivismo.
Ese punto permitía al Deportivo dormir fuera del descenso, eso sí empatado a puntos con el Granada, en la zona roja, al que superaba por el gol average.
Aquel empate significó mucho más que un simple punto, tanto en la tabla clasificatoria como en lo anímico, ese punto fue el inicio de la salvación. Semanas después, en la última jornada, en el Camp Nou, el Dépor caía 2-0 ante el Barça y parecía condenado a otro descenso a la categoría de plata. Pero un futbolista coruñés no parecía estar de acuerdo con el destino que el fútbol le tenía preparado a su equipo del alma, apareció él, Lucas Pérez, 'O Neno', que conectó un zurdazo a la escuadra para hacer soñar a toda una ciudad con la salvación, y en el último minuto, Salomão obró el milagro y mandó a la red el balón para poner el 2-2 definitivo y certificar la permanencia.
El Deportivo acabaría empatado a puntos con el Eibar, pero se salvaría por gol average. Finalmente los vascos también se salvaron, ya que el elche fue descendido administrativamente.
Hoy, diez años después, los caminos de aquellos protagonistas han tomado rumbos bien distintos. El Athletic no ha variado mucho en sus aspiraciones, entonces luchaba por entrar en Europa, ahora, acaba de quedar fuera de la final de la Europa League tras perder en semifinales… en el año en el que San Mamés es sede de esta final europea. El Dépor, por su parte, acaba de certificar su permanencia en Segunda División después de cuatro años duros fuera del fútbol profesional.