Se cumplen 25 años de la locura de Djalminha ante el Zaragoza
lll
17º-23º

Se cumplen 25 años de la locura de Djalminha ante el Zaragoza

Se cumplen 25 años de la locura de Djalminha ante el Zaragoza
Djalminha celebra el gol ante el Zaragoza quitándose la camiseta | AEC

Usuario

Un cuarto de siglo después, Riazor aún vibra al recordar una de las noches más intensas de la historia del Deportivo. Fue el 7 de mayo de 2000, en la jornada 36 de aquella Liga inolvidable, cuando Djalminha firmó una de sus obras de arte… y también una de sus locuras más recordadas.

 

 

 

El Dépor recibía al Zaragoza con la presión de mantener el liderato en una recta final de infarto. A menos de quince minutos para el final, en el minuto 77, Djalminha recoge un balón medio del campo con espacio para avanzar, el jugador brasileño conecta un pase con Pauleta y el portugués rápidamente se la devuelve, el mago deportivista tan solo necesitó un toque para acomodar la pelota y desde fuera del área fusiló la porteria de Juanmi poniendo el 2-1 en el marcador, un gol que dejaba la liga en bandeja para los coruñeses, un gol con el que Riazor enloqueció. Y Djalminha también.

 

Ya con una amarilla en su haber, el genio brasileño se quitó la camiseta y la ondeó al viento en plena celebración. Sus compañeros conscientes de la locura que acaba de hacer su compañero, intentan cubrirle para que el colegiado no le sacase esa segunda amarilla que significaría la expulsión del 'ocho' deportivista, enajenado Djalma da un salto y tira la camiseta al suelo, Mauro Silva la recoge rápidamente para que se la ponga, pero Iturralde González, árbitro del encuentro, no dudó en mostrarle la segunda cartulina, ante la mirada incrédula de Javier Irureta, que se llevaba la mano a la cabeza llamando 'loco' a Djalminha.

 

Djalminha celebra el gol ante el Zaragoza quitándose la camiseta AEC (2)

 

Expulsado, el brasileño se negó a abandonar el terreno de juego y presenció en una silla de plástico en la pista de atletismo del estadio como su equipo sufrió con diez jugadores y acabó cediendo el empate tras un gol de Xavi Aguado en el 84’. El 2-2 parecía un frenazo en seco a las aspiraciones blanquiazules, que veían cómo el Barcelona se acercaba peligrosamente en la tabla.

 

Aquel gesto de inconsciencia casi cuesta un título. Pero solo casi. Porque dos semanas después, el 19 de mayo, el Dépor cerraría la Liga con una victoria ante el Espanyol y levantaría su ansiada primera liga.

Se cumplen 25 años de la locura de Djalminha ante el Zaragoza

Te puede interesar