El pasado 4 de mayo, Deportivo y Albacete se enfrentaban a última hora en Riazor sabiendo ya que el Eldense había recibido una dura goleada en Almería. Esto dejaba a ambas partes con la salvación virtual en la mano, pero les daba además la opción de dejar sellado esa misma noche el billete matemático para un año más en la categoría de plata. El resultado es conocido por todos, con esa última gran alegría en Riazor que abrió la genialidad de Yeremay (5-1). Ese día de fiesta apuntaba a ser también un punto de inflexión que permitiera ya empezar a pensar en la próxima temporada. Pero después de que este miércoles se cumpliera un mes desde entonces, el club blanquiazul continúa sin tomar, o al menos expresarlo públicamente, la que es la decisión más importante: quién será su entrenador para la 2025-26.

Se han ido dando pequeños pasos en cuanto a configuración de plantilla. Pasos obvios, en todo caso, como la renovación de Ximo Navarro o el dejar ir a Jaime y Pablo Martínez. Pero el verano deportivista pasa por dos claves y solo una está totalmente bajo su control. Ninguna resuelta a día de hoy. Una es el futuro de Yeremay, que depende de demasiados factores como para pisar sobre tierra firme. La otra es el inquilino en el banquillo, cuya decisión se ha ido demorando semana a semana hasta el punto de que ya no está bajo el foco únicamente el candidato, sino también todo el proceso.

Óscar Gilsanz nunca ha tenido plena confianza por parte de la dirección deportiva. No la tuvo en el momento de asumir el cargo como último plato, y sin un potencial premio en caso de conseguir la permanencia, ni lo ha hecho a lo largo de un trayecto que hasta el último mes, cuando con los deberes hechos y sin medio equipo disponible, el equipo ha acumulado derrotas y malas sensaciones. A finales de abril, fuentes del club reconocían abiertamente que se había contactado con diferentes entrenadores con la idea de tener todas las opciones encima de la mesa, pero que no había una decisión tomada sobre si seguir con el preparador de Betanzos o pasar página. Afirmaban, también, que pretendían tomar esa decisión antes de que terminase la competición para afrontar con las máximas garantías la planificación de la próxima temporada.

Y así, cuando ha caído ya la cuarta hoja del calendario de junio, en el Dépor continúan sin saber si suben o si bajan. Los nombres de los primeros candidatos ya han empezado a salir a la luz, mientras que desde la dirección deportiva a Gilsanz se le ha pedido opinión sobre diversos asuntos, pero en ningún momento se le ha hablado con franqueza de su futuro. “Hablamos diariamente, semanalmente de temas de club, de esta temporada, situaciones de la campaña siguiente… pero sin abordar ninguna situación en lo que se refiere a la figura del entrenador”, apuntaba en la previa al cierre de curso frente al Elche. “No me planteo ningún plazo de nada, ni para bien ni para mal. Uno tiene que trabajar en el club como si fuera a estar toda la vida, aunque mañana esté fuera”.

Compás de espera

El tiempo, siempre relativo, avanza de manera inversa para el Deportivo y para alguno de los técnicos deseados como el caso de Antonio Hidalgo. Porque mientras que el club tiene, o debería tener, prisa por los perfiles más cotizados, esos mismos perfiles saben que la mejor opción llega cuando se deja pasar el tiempo. Mientras tanto, la cuenta atrás para la pretemporada está a punto de activarse y continúa sin conocerse quién será el encargado de ponerse al mando de la plantilla en Abegondo.

La arena del reloj también sigue cayendo para el propio Gilsanz, que verá como por segunda temporada consecutiva, el premio por lograr los objetivos encomendados es dudar de su trabajo. En el verano de 2024, después de conseguir la permanencia con un Fabril en el que los Martín Ochoa, Diego Gómez, Rubén López o Iano Simao apenas jugaron media temporada por lesiones o promociones al primer equipo, la respuesta de la dirección deportiva fue valorar devolverlo al Juvenil. A falta de conocer cuáles son los planes en esta ocasión, estrenarse en el fútbol profesional sacando al Dépor del descenso y firmando una cómoda permanencia solo le ha servido para estar sin contrato con el club coruñés a falta de 25 días para que expire su vínculo actual y sin recibir noticias desde Abegondo.

Todo es incertidumbre para el técnico de Betanzos, al que la ausencia de una decisión por parte del club deportivista puede al mismo tiempo estar cerrándole puertas de cara a su nueva etapa en caso de que el desenlace de la historia termine en ruptura.

Balance y planificación

Aquel día ante el Albacete, el Deportivo se ganó el privilegio de empezar a hacer planes para el siguiente curso. Con la sí confirmada continuidad de Fernando Soriano, cuestionado por la grada como se demostró el pasado domingo, pero con plena confianza de los dirigentes, el Deportivo ha tenido tiempo de ir avanzando en la configuración de una plantilla que volverá a sufrir importantes cambios. 

A la espera de cómo se resuelva el playoff del Real Murcia y el futuro de Davo y Alcaina, el director deportivo maño cuenta con 30 jugadores bajo contrato. Y aunque, como sucede en todos los clubs, habrá salidas que atiendan a una decisión de claro carácter empresarial, para otras será imprescindible la opinión del encargado de sacarle rendimiento a esa plantilla entre agosto y mayo. Y, sobre todo, cuando se trate de hablar de incorporaciones.

Ha pasado ya un mes desde la permanencia matemática y va camino de cumplirse una semana desde que terminó la temporada. Con la plantilla ya de vacaciones, en breve debería ser momento también de escuchar el balance de la 2024-25 en la voz de los máximos responsables. El año pasado, Massimo Benassi y Fernando Soriano comparecieron el 12 de junio para hacer lo propio después de las celebraciones por el ascenso y la Final de Campeones contra el Castellón que dejó el título absoluto de la tercera categoría. Sin fastos de por medio, pero las obligaciones han terminado sobre los mismos plazos ahora, por lo que es de esperar que la intervención del consejero delegado y del director deportivo no se demore más allá de la próxima semana. Falta saber si será ya, o no, conociendo quién dirigirá al Deportivo 2025-26 desde el banquillo.