De un centro de la defensa con una media de edad de 29,5 años a otro que apunta a los 22,33. El Deportivo trata de acometer este verano una profunda renovación en el eje de su zaga. No solo en cuanto a nombres, sino también en cuanto a edad. De la veteranía, a la juventud. Porque a Dani Barcia, el único central que tiene confirmada su presencia en el equipo el próximo curso, se le pueden unir próximamente el belga Lucas Noubi y el catalán Arnau Comas.
A la incorporación todavía no oficializada del joven defensor del Standard de Lieja, que ya estuvo en Riazor para seguir en directo el último partido de liga ante el Elche, se le sumará con mucha probabilidad la de Arnau Comas. El pasado jueves, Quincemil adelantó el interés del club herculino en el central del Basilea, formado en la cantera del Barça y que en esta segunda vuelta ha jugado cedido en la Sociedad Deportiva Eibar.
De cristalizarse la operación, ya muy avanzada —el futbolista está en la ciudad—, la entidad coruñesa tendrá prácticamente construida la parcela del campo que más mano de obra necesitaba este verano. Después de las salidas confirmadas de Pablo Martínez y Jaime Sánchez, el club se veía obligado a acudir al mercado para fichar a al menos dos centrales.
A esta circunstancia se le une el interés en que Pablo Vázquez abandone el club ante la valoración no demasiado positiva de su temporada por parte de la dirección de fútbol —pese a que jugó los 42 partidos y solo se perdió minutos en el último— y la intención de relegarle a un rol más secundario en su última temporada de un contrato que la entidad no pretende ampliar.
De este modo, con dos bajas ya concretadas y una tercera en cocción —Vázquez tiene ya un acuerdo con el Sporting, pero el Dépor no quiere liberarlo gratis— en los despachos de Abegondo había mucho trabajo por delante. Pero parece que, a expensas del cuarto central, la reconstrucción del corazón de la defensa será una de las carpetas que antes se cerrarán. Y no a través de la fórmula habitual de buscar teóricas garantías en forma de experiencia, sino apostando por futbolistas de presente y, sobre todo, proyección de cara a futuro.
Porque a los 22 años de Dani Barcia se le unirán los 20 de Lucas Noubi y un Arnau Comas que cumplió 25 primaveras hace un par de meses. Lo hizo vistiendo el azulgrana del Eibar, misma combinación de colores que estuvo presente en su día a día deportivo durante 12 temporadas. Ese tiempo fue el que pasó formándose en La Masía.
El futbolista nacido en Cassà de la Selva (Girona) se incorporó al Fútbol Club Barcelona siendo alevín de primer año, en el 2010. Desde entonces, fue escalando en la pirámide hasta el Juvenil A del club blaugrana. En la temporada 2017-18 ganó la Youth League jugando casi 380 minutos, incluida la titularidad en semifinales ante el Manchester City. Con Mingueza (Celta) y Chumi (Almería) siendo un año mayores que él y estando por delante en la rotación del eje defensivo, no jugó la final que el Barça de Iñaki Peña, Juan Miranda, Riqui Puig o Abel Ruiz le ganó 0-3 al Chelsea.
Al curso siguiente asumió algo más de responsabilidad. Jugó 460 minutos, aunque se perdió los cuartos y las semifinales, ronda en la que la generación de Arnau Tenas (PSG), Mika Mármol (Las Palmas), Ansu Fati o un joven Nico González quedó eliminada.
Tras completar su período juvenil, Comas se fue cedido a la Unió Esportiva Olot, club con el que se estrenó en Segunda B en la campaña 2018-19. Ese mismo año compitió contra el filial de un Barça en el Ronald Araújo, Jorge Cuenca (Fulham), Chumi o Santiago Bueno (Wolves) le cerraban las puertas.
Tras ese bautizo en categoría sénior acumulando más de 1.600 minutos, inició el primero de sus dos años en el Barça Atlètic. Ese primer curso, el 2020-21, superó los 2.000 minutos en una campaña ‘reformulada’ por el coronovirus.
Al curso siguiente asumió los galones de capitán del Barça B, al que lideró desde atrás con más de 2.400 minutos en un equipo dirigido por Sergi Barjuan y que contaba con talentos como Ez Abde (Betis), Ferrán Jutglà (Celta) o un Matheus Pereira con el que volvió a coincidir en Eibar. El filial no logró el ascenso en la recién creada Primera Federación. De hecho, quedó noveno. Pero el buen curso de Comas hizo que el Fussballclub Basilea se fijase en él en el año 2022.
El central aceptó la propuesta del subcampeón de la liga suiza y dio el salto a un equipo que no solo le permitió competir en la élite de una liga nacional, sino también debutar en competición europea. Por aquel entonces ya había pasado por el quirófano para reparar su hombro izquierdo de las reiteradas luxaciones que había sufrido. No sería su último problema en la articulación que une clavícula, escápula y húmero.
En ese primer curso en el St. Jakob-Park arrancó como titular y durante toda la primera vuelta sumó más de 1.100 minutos en Super League además de otros tantos repartidos en 12 partidos de Conference League —entre fase de clasificación y de grupos—. Era la sensación. Su destacado rendimiento le llevó a ser citado por Luis De la Fuente para un partido amistoso con la selección española sub 21, en noviembre del 2022 contra Japón.
Sin embargo, en el ‘stage’ invernal que el club realizó en enero de 2023 en Marbella, Comas se lesionó en el muslo. Lo que apuntaba a ser una baja de un mes se alargó en el tiempo, después de un mal diagnóstico inicial y de descubrir una importante afectación tendinosa que le hizo perderse lo que restaba de temporada y no poder disfrutar de una andanza continental en la que su equipo llegó hasta las semifinales.
Comas tuvo que ‘resetear’, pero lo logró. Arrancó con algún susto muscular que no le permitió tener mucha continuidad. Problemas que parecían subsanables... hasta que otra nueva desgracia se cruzó en su camino. Esta vez, en forma de rotura de menisco externo. En octubre se rompió y tras pasar por el quirófano y perderse casi todo el curso, no reapareció hasta mayo.
Después de otra temporada al traste, Arnau Comas empezó de cero de nuevo el pasado curso 2024-25. Pero una nueva luxación en el hombro, esta vez en el derecho, le obligó a frenar en octubre. De nuevo mes y medio fuera. Eran demasiados problemas. Y Comas decidió salir para buscar en otro lado la continuidad que, entre unas cosas y otras, se le negaba en Basilea, donde entre todas sus lesiones ha estado más de un año de baja.
Eibar fue el destino elegido y un acierto total. Después de cuatro partidos en el banco, Beñat San José le dio la oportunidad y ya no soltó el puesto hasta que, de nuevo, su hombro derecho volvió a fallarle en la jornada 39 contra el Granada. El 21 de mayo pasó otra vez por el bisturí deseando que, esta vez, sí sea de verdad la última. Lo buscará en el Dépor, que negocia el traspaso definitivo con el Basel al adelantarse a un Eibar que, tras su cesión, tenía opción de compra.