El Dépor sacó un once con la consolidación de Jaime en la defensa, Genreau por Jurado y Diego de vuelta al equipo. El Sporting empezó mejor e incidía por el carril izquierdo con Guille Rosas, ante la falta de ayudas de Yeremay.
El gol del Sporting llegaba tras un mal posicionamiento de los laterales, que por la altura que tenían no les daba tiempo a recuperar la posición cuando transitaban. El Sporting buscaba los espacios a las espaldas de los mismos. El Dépor tampoco ajustaba bien en el centro del campo, con Gelabert, que siempre aparecía a la espalda de Soriano y Genreau y filtraba pases.
El Dépor en fase ofensiva no tenía velocidad, no era capaz de progresar y el Sporting estaba muy cómodo. El 2-0 era el típico gol de final primera parte, aunque sí que había una infracción previa sobre Yeremay. No obstante, la primera parte del Dépor era mala. En la segunda había un cambio de sistema y jugadores. Soriano retrasaba su posición para jugar con dos delanteros. El Dépor mejoraba y cuando parecía que el partido se podía parecer al duelo del Sardinero llegaba el gol de Barbero, tras una muy buena acción de Diego Gómez.
Los blanquiazules se aprovechaban de la debilidad defensiva local. Con la entrada de Hugo Rama el Dépor ganaba verticalidad en los pases y el cambio de Escudero servía para poner buenos centros laterales, para sacar tajada de la presencia de dos puntas.
Parecía que al Sporting se le acababa la gasolina, pero aunque el Dépor mejoraba no le llegaba para empatar. El equipo notó la falta de José Ángel en la medular y se fue de vacío y penalizado por una mala primera parte. El equipo se queda sin objetivos y me da la sensación, como ya he dicho en otras ocasiones, que a esta plantilla no le da para más. Cuando faltan un par de jugadores importantes en el once los que entran no se acercan al nivel. No obstante, estos resultados y los que quedan de aquí a final de curso no deberían obviar el buen trabajo de Gilsanz, que ha mejorado al equipo desde que llegó.