Plácida victoria del Dépor. Los primeros minutos parecía un partido de pretemporada, un Teresa Herrera, donde las intensidades defensivas había que buscarlas. Eso hacía que se llegase al área pero que no hubiese conexiones válidas para acercarse a posiciones de gol.
Había algunos disparos desviados del Dépor y Albacete y todo cambiaba con el gol. Se producía una reacción eléctrica por parte de ambos equipos. El Albacete marcaba debido a un error defensivo de Obrador, al que le ganaban la espalda y no tenía suficiente cobertura, porque Jaime estaba lejos. Además, lamentablemente acababa introduciendo el balón en su propia portería.
Poco después llega el penalti sobre Jaime, que ejecuta muy bien y con mucha tranquilidad. Y qué decir del 1-0, un gol espectacular. Una jugada de eslalon, dos caños, saca la pierna izquierda y la clava en e larguero, pero en el ángulo contrario. Yeremay es un jugador que está descatalogado de esta categoría. Pero eso también le hace gustarse demasiado y a veces el dar un pase, levantar la cabeza antes de buscar la finalización le haría más favor al equipo.
El segundo tiempo se acaba con el 3-1 en el primer minuto. Zakaria le hizo muy bien en una gran acción individual, de la izquierda se va hacia dentro y a su perfil bueno. A partir de ahí el Albacete deja de competir. Hubo otro gol que le anularon, se lo anula el VAR y se ve claro. Y ya no hubo, era cuestión de esperar. Y posteriormente se metió el cuarto, con una buena asistencia de Yeremay y luego ese quinto tanto.
Si hubiese apretado más habría más goles. Se notó que que era un partido sin nervios, aunque te digan que los dos equipos han peleado, a su manera, se nota que no era un partido de necesidad imperiosa. La distancia con el Eldense es ya insalvable. Hay algún cambio extraño, como el de Patiño, supongo que para que tocase algo de balón. Conclusión: Óscar Gilsanz cumple el primer objetivo y con la categoría asegurada ahora es el momento de la planificación.