Ahora sí, incluso con el sello de las matemáticas impuesto, el Dépor puede cantar a los cuatro vientos que jugará una temporada más en el fútbol profesional. El conjunto blanquiazul certificó la permanencia definitiva a lo grande endosándole la segunda goleada del curso a un rival que se llevó la gran batalla hace tres años, pero que en esta temporada ha permitido cobrarse la venganza con creces.
Jugar en mayo como si lo estuvieras haciendo a principios de agosto. Ese es el privilegio que se han ganado Deportivo y Albacete después de una gran segunda vuelta. Y ninguno esperó para hacerlo valer. Con el transistor cantando los cuatro goles que el Almería le endosaba al Eldense, enfriando definitivamente la reacción alicantina, blanquiazules y blanquillos saltaron al césped de Riazor con la clara intención de disfrutar. No son muchos los partidos al año que la ‘Hypertensiones’ permite salir a un terreno de juego sin tener que preocuparse por el resultado.
Y claro, de pasarlo bien con la pelota en el parque vas a hablarle a Yeremay. Después de la reconstrucción que el mago canario ha hecho durante el último lustro para poner todo su talento a disposición de la competitividad colectiva, la oportunidad que se le presentaba este domingo en Riazor era demasiada jugosa como para desaprovecharla. Fluyendo en ese plomizo ritmo de pachanga, el ‘10’ no tardó en ponerse el traje de gala para hacer saltar el partido por los aires. Recogió el balón en el centro del campo e inició un viaje en el que no tenía demasiado claro el destino. Solo pensaba gozar del camino mientras dejaba atrás rivales que se limitaban a cerrar las piernas segundos después de que el balón ya le había pasado entre las piernas. Cuando parecía que no tenía a dónde ir, decidió probar suerte. Recorte con la derecha y latigazo con la zurda. Una versión 2.0 de aquella maravilla en el Cerro del Espino hace poco más de un año. Pero mejorada. Más espectacular, más potente. Como la propia evolución de Yeremay.
El encuentro enloqueció en ese momento. Como si el Albacete se hubiera molestado porque el Dépor iniciara las hostilidades. Un minuto tardó el marcador desequilibrado después de que Alberto González le hiciera pagar a Gilsanz la decisión, difícilmente explicable desde el punto de vista deportivo, de dar entrada a Jaime en el central izquierdo para dejar en el banquillo a Pablo Martínez. El ‘coronel’, titular por primera vez este curso, envió al fondo de la portería de Helton un balón al área después de la enésima diablura de Pablo Sáenz. El extremo cedido por el Granada también parecía estarse jugando algo más que los que están en el campo y buscó a Obrador cada vez que pudo. Casi siempre con acierto.
No podía faltar, por supuesto, el protagonismo arbitral. El Deportivo lleva semanas tratando de huir de las polémicas del VAR. Pero ellas son más rápidas. Y en esta ocasión la moneda salió cara. Fuentes Molina señaló uno de esos ‘penaltitos’ a Jaime, más listo que nadie para ponerse entre el balón y la pierna de un rival, y Yeremay hizo el 2-1 sin darse apenas importancia. Cuando el descanso ya se acercaba, el valenciano volvió a pedir la palabra, en esta ocasión para anular el que habría sido el 2-2. Martón marcó a puerta vacía tras una buena jugada entre Sáenz y Riki, pero el videoarbitraje intervino para negar el tanto después de que Lazo incurriera en fuera de juego, hiciera falta a Jaime… o las dos cosas.
El inicio de la segunda parte empezó a parecerse demasiado al partido de la primera vuelta en el Carlos Belmonte. Ese día no estuvo Eddahchouri, pero a juzgar de cómo salió al terreno de juego, probablemente algo le contaron sus compañeros de lo que podía suponer enfrentarse a línea adelantada, a veces hasta el suicidio, del cuadro manchego. Después de atreverse con varios regates que ya anticipaban un buen día para el neerlandés, en el primer balón que agarró tras el descanso no quiso saber nada de nadie. Por supuesto más cómodo al espacio que pegándose con los centrales, esprintó 50 metros antes de frenarse en el área, acomodarse el balón con un recorte seco y poner el 3-1 con otro golazo. A la hora de partido el Dépor ya había tenido ocasiones suficientes al galope como para cerrar la contienda. Lo hizo de nuevo Eddahchouri tras una contra en la que Yeremay paró el tiempo a unos metros de la portería rival antes de ponerle en la cabeza al delantero su primer doblete como deportivista.
Todo lo que quedó hasta el final fueron licencias que se fue permitiendo el Dépor, Riazor y el deportivismo. Más después de que una asociación entre Diego Gómez y Petxarroman completara la manita firmada por Barbero. A partir de ahí, júbilo. Los primeros minutos de Patiño en suelo coruñés desataron todo el repertorio en la grada, con 'olés' y aplausos cada vez que el británico tocaba la pelota, y esa convicción de quien ya sabe que desde ahora toca rearmarse para volver con energías renovadas a la próxima temporada de plata.
Deportivo 5-1 Albacete |
Deportivo: Helton Leite; Petxarroman, Pablo Vázquez, Jaime, Obrador (Tosic, m.80); José Ángel, Villares; Herrera (Diego Gómez, m.66), Soriano (Hugo Rama, m.79), Yeremay (Patiño, m.80); Eddahchouri (Barbero, m.66).
Albacete: Lizoain; Javi Rueda (Eric, m.80), Javi Villar, Lalo, Jaume Costa (Kofane, m.63); Pablo Sáenz (Juanma, m.63), Pacheco, Riki (Agus, m.80), Morcillo; Lazo (Fideal, m.63), Martón.
Goles: 1-0, m.28: Yeremay. 1-1, m.29: Jaime. 2-1, m.33: Yeremay, de penalti. 3-1, m.46: Eddahchouri. 4-1, m.62: Eddahchouri. 5-1, m.75: Barbero.
Árbitro: Fuentes Molina (C. valenciano). Amonestó a Javi Rueda (m.33) y Agus Medina (m.90+2) en el Albacete.
Incidencias: Partido de la 38ª jornada de Segunda División disputado en Riazor ante 15.459 espectadores. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de José Mañana, fundador del Karbo. |