El Club Fluvial de Lugo emitió ayer un comunicado en el que asegura que tomará medidas legales para defender la plaza de Carlos Arévalo en el K1 200 metros para el Campeonato del Mundo, que se disputará a finales de agosto en Milán. El coruñés logró el billete tanto en esta distancia como en el K4 500 en los sucesivos selectivos internos y en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría), donde se colgó el bronce en el barco individual, lo que ratificó hace dos semanas en el Europeo de Racice (República Checa), en el que volvió a acabar en la tercera posición. Ahora la Real Federación Española de Piragüismo pretende quitárselo alegando incompatibilidad de calendario de las dos pruebas al coincidir las finales en la misma jornada. También fue así en la Copa del Mundo, donde sí se le permitió hacer las dos porque primero era la olímpica (el K4).
Club y deportista consideran que se trata de una situación “completamente injusta” ya que el coruñés ganó y cumplió todos los criterios de la Federación para tener la plaza en la cita mundialista, según explican en un comunicado emitido a los medios. Desde el Fluvial de Lugo se hace referencia a que se le ha comunicado de manera extraoficial al betanceiro que la autorización que se le otorgó en su momento para compaginar el K4 500 y el K1 200 durante la Copa del Mundo fue un “error” por parte de la dirección técnica y que “se pretende retirar esa plaza”.
El club presentó una alegación hace algunas semanas, a la que no ha recibido todavía resolución, pero ya conoce que hay sugerencias para llevar a cabo un nuevo selectivo durante el mes de julio. En el club se hacen varias preguntas a este respecto: “¿Debe el deportista asumir la responsabilidad de los errores de la dirección técnica? ¿Se traslada a técnicos y deportistas las consecuencias de las decisiones erróneas de la dirección técnica?”. El equipo lucense afirma que “Carlos Arévalo ha cumplido con todos los requisitos establecidos y ha actuado de buena fe, confiando en los criterios oficiales”, añadiendo que se han visto obligados a tomar “medidas legales” ante la falta de respuesta formal para “defender lo que ha conseguido con esfuerzo y dedicación en el agua”.
Tras la cita continental, Carlos Arévalo ya se mostró precisamente muy crítico con la gestión del K4 por parte de la Federación, aunque se reservaba la bomba del K1 esperando una respuesta oficial sobre si podría o no estar en el Mundial. Como esta no ha llegado, le tocó mover ficha. Y es que hace unos meses que el doble medallista olímpico (plata en Tokio y bronce en París) contaba con dos plazas para el Mundial, que será a partir del 20 de agosto en la localidad italiana de Milán. Y por causas ajenas a su voluntad, a día de hoy no tiene confirmada ninguna porque a esta situación en el K1 se une que el K4, por la baja de Marcus Cooper, tendrá que volver a pasar un nuevo selectivo a principios de julio.
El piragüista y su entorno aseguran que están dispuestos a luchar por su postura hasta las últimas consecuencias sin importarle posibles represalias por parte de la Federación Española. La relación, entre lo ocurrido primero en el K4 y después en el K1, está prácticamente en un punto de no retorno. Y Carlos Arévalo se siente una voz autorizada y con poder para defenderse.