La victoria de Álex Palou en las 500 Millas de Indianápolis sitúa de nuevo en la cúspide mundial al deporte español, que desde la rampa de lanzamiento de los Juegos Olímpicos de Barcelona hace tres décadas se ha convertido, justo cuando el siglo XXI atraviesa su primer cuarto, en una de las grandes potencias universales.
Si hasta la cita olímpica de la Ciudad Condal, el deporte español vivía de los éxitos del Real Madrid, tanto en fútbol como baloncesto, o de héroes solitarios, como el golfista Severiano Ballesteros, el tenista Manolo Santana, el ciclista Federico Martín Bahamontes o el motociclista Ángel Nieto, desde entonces no ha parado de alcanzar un hito tras otro. Cuando echó a andar la última década del siglo XX, la selección de fútbol vivía del gol de Zarra a Inglaterra en el Mundial de 1950, de aquella Eurocopa en blanco y negro de 1964 y de una victoria, el 12-1 a Malta, que valió una clasificación para la fase final del torneo continental. La selección de baloncesto aún no sabía lo que era ganar un Eurobasket y todavía presumía del subcampeonato de 1973 y, sobre todo, de la plata olímpica de 1984, en un torneo en el que no participó la Unión Soviética. El ciclismo español desconocía lo que era vestir un maillot arcoiris o una maglia rosa. El tenis patrio tampoco conocía la sensación de ganar el Open de Australia o la Copa Davis, y eso porque Santana se encargó de poner la primera piedra rojigualda en Roland Garros, Wimbledon y Open USA en los años 60. Algo similar sucedió con el golf gracias a Seve Ballesteros, campeón del Masters de Augusta y del Open Británico en los albores de los años 80.
‘La Roja’ rompió su maleficio internacional conquistando la Eurocopa de 2008. A día de hoy, tiene cuatro trofeos Henri Delaunay, más que ningún otro país, gracias a las victorias de 2012 y 2024. En 2010 alzó la Copa del Mundo, que la convierten en ‘una de ocho’, una de las únicas ocho selecciones que han sido capaces de vencer alguna de las 22 ediciones del torneo. La selección sub-20 se proclamó campeona del mundo en 1999 y la olímpica ha subido en varias ocasiones al podio, con medallas de oro en Barcelona 92 y en París 2024. Todos esos éxitos, además, llegaron de la mano de entrenadores nacionales: José Villalonga (1964), Vicente Miera (1992), Iñaki Sáez (1999), Luis Aragonés (2008), Vicente del Bosque (2010 y 2012) y Luis de la Fuente y Santi Denia (2024).
Por si fuera poco, a la fiesta del fútbol se han sumado las mujeres. La selección femenina se clasificó para un Mundial por primera vez en 2015 y solo ocho años después, en su tercera comparecencia, levantó el trofeo. Previamente, los combinados sub-17 (2018 y 2022) y sub-20 (2022) conquistaron la Copa del Mundo de su categoría.
La selección masculina de baloncesto no alcanzó la lucha por las medallas en el Mundial hasta 2006. Eso sí, llegó, vio y venció. En Japón se hizo con un trofeo que repitió en 2019. El primer título llegó incluso antes que el primero continental. Después de perder cuatro finales (1973, 1983, 1999 y 2003), España por fin reinó en el Viejo Continente en 2009. Y desde entonces, apenas ha dejado las migajas para los demás. Suma cuatro títulos (2009, 2011, 2015 y 2022) en las seis últimas ediciones. Eso sí, se le resiste un oro olímpico que solo Argentina (2004) ha arrebatado a las estrellas de la NBA desde su estreno en 1992.
Y si en la NBA ya aterrizó Fernando Martín hace casi 40 años, en 1986, Pau Gasol fue elegido novato del año en 2002, abrió las puertas del All Star en 2006, se ciñó el anillo de campeón en 2009 y 2010 y vio cómo su camiseta fue colgada del techo del pabellón de los legendarios Lakers en 2023. Diez años después de su primer anillo, su hermano Marc también lo consiguió con los Toronto Raptors. Durante cinco temporadas, entre 2012 y 2017, llegaron a coincidir 8 españoles en la mejor liga del mundo. Pau formó parte del equipo en el que se inició la eclosión, los ‘júniores de oro’ que se proclamaron campeones del mundo en 1999. Aquel éxito se repitió hace solo dos años, en 2023.
El combinado femenino presume de un palmarés no muy lejano al del masculino. Las mujeres ganaron el Eurobasket por primera vez en 1993, éxito que en las últimas seis ediciones han repetido en tres ocasiones (2013, 2017 y 2019). Además, han disputado dos finales universales: la mundialista de 2014 y la olímpica de 2016. En ambas cayeron ante la imbatible selección estadounidense, colgándose sendas platas con aroma a oro.
El balonmano también ha seguido un camino parecido. Si bien se resiste lo más alto del podio olímpico —cinco medallas de bronce—, los Hispanos han ganado dos Mundiales (2005 y 2013) y dos Europeos (2018 y 2020). Los cuatro oros en el presente siglo. A las Guerreras se les resiste el oro pero ya han subido a los tres podios: bronce olímpico (2012), plata (2019) y bronce (2011) universales y dos platas (2008 y 2014) continentales.
El caso del motociclismo es curioso. Durante muchas décadas España dominó las cilindradas menores con Ángel Nieto o Jorge Martínez Aspar. Álex Crivillé, que en 1989 ganó el Mundial de 125cc, se convirtió justo diez años después, en 1999, en el primer español en conquistar el cetro de la categoría reina, hasta entonces siempre en poder de pilotos italianos, norteamericanos, británicos y australianos. ‘Crivi’ también fue el primer español en ganar una carrera de 500cc, en 1992 en Assen.
Pese al dominio en MotoGP, el Mundial de Superbikes —motos de serie— se resistió a los pilotos españoles durante más de dos décadas. Carlos Checa (2011) fue el primero. A su pionero triunfo se sumaron los de Álvaro Bautista (2022 y 2023).
Los deportes de motor se han sumado a esos hitos en numerosas ocasiones desde el cambio de siglo. Fernando Alonso inscribió el nombre de España en el palmarés de campeones del Mundial de Fórmula Uno en 2005. Dos años antes fue el primer español en subir a lo más alto del podio en un Gran Premio, el de Hungría de 2003. Nani Roma, en 2004, fue el primer motociclista en ganar el Dakar, mientras que el primer éxito en coches llegó de la mano de Carlos Sainz en 2010. El piloto madrileño, con el coruñés Luis Rodríguez Moya de copiloto, fue el primer español en ganar una prueba del Mundial de Rallies (el Acrópolis de 1990) y en conquistar el título de pilotos, aquel año y en 1992.
Otra de las pruebas legendarias del motor son las 24 Horas de Le Mans, la carrera automovilística de resistencia por antonomasia. Marc Gené (2009) fue el primer español en ganar la prueba francesa. Miguel Molina repitió en 2024. Esta carrera, junto al Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, ganado por Fernando Alonso en 2005 y 2006, y las 500 Millas de Indianápolis, forman la llamada Triple Corona del automovilismo, que España ya ha alcanzado con el triunfo de Palou.
Otro de los deportes que siempre condujo a la gloria al deporte español es el ciclismo. Sin embargo, hasta la aparición de Miguel Indurain, ganador de cinco Tours de Francia consecutivos entre 1991 y 1995, España solo había ganado la ronda gala en tres ocasiones: Federico Martín Bahamontes (1959), Luis Ocaña (1973) y Perico Delgado (1988). Años después del repóker del navarro, el ciclismo español enlazó cuatro éxitos (Óscar Pereiro en 2006, Alberto Contador en 2007 y 2009 y Carlos Sastre en 2008), hecho que para ver repetido hay que retroceder hasta los años 50 del pasado siglo.
La otra gran vuelta, junto a la española y la francesa, el Giro de Italia, no cayó en manos hispanas hasta 1992, con la primera de las dos victorias de Indurain. Tampoco el Mundial de ciclismo en ruta. El deseado maillot arcoiris no fue vestido por ningún español hasta la épica victoria de Abraham Olano en 1995. Desde entonces ha dado tiempo a ver cómo Óscar Freire igualó el récord histórico de tres victorias (1999, 2001 y 2004) de Alfredo Binda, Eddy Merckx y Rik van Steenbergen y cómo Igor Astarloa (2003) y Alejandro Valverde (2018) elevaron a cuatro el nombre de españoles campeones y a seis el número de maillots arcoiris con etiqueta rojigualda. Desde el triunfo de Olano, ningún otro país ha vencido más veces esta carrera que España.
Valverde, además, sumó cuatro éxitos en la Decana, la Lieja-Bastoña-Lieja, la carrera más antigua del mundo, uno de los ‘cinco monumentos del ciclismo’. Su primer triunfo dara de 2006. Otro de los monumentos, el Giro de Lombardía, cayó en manos españolas por primera vez en 2012, gracias a Purito Rodríguez. Miguel Poblet (1957 y 1959) había sido el primero en conquistar la Milán-San Remo. Los otros dos, Tour de Flandes y París-Roubaix, siguen siendo las grandes cuentas pendientes del deporte del pedal.
Igual que seis arcoiris ha ganado el ciclismo español desde el primero, en 1995, seis Copas Davis ha conquistado el tenis patrio desde la primera, en 2000. En este lapso, el segundo país con más títulos es Rusia, con la mitad: tres. Las raquetas masculinas suman 28 Grand Slams en el siglo XXI (22 de Rafa Nadal, 4 de Carlos Alcaraz y uno de Albert Costa y Juan Carlos Ferrero). Si bien había roto el fuego en tres de los cuatro grandes ya en los años 60 de la mano de Manolo Santana, en el nuevo siglo se ha asentado como el más potentes del planeta, llegando a acumular 5 o 6 jugadores entre los 20 mejores del ranking ATP. A las féminas, tras los éxitos noventeros de Arantxa y Conchita y los recientes de Garbiñe Muguruza, solo les falta un fortín por asaltar: Australia.
Severiano Ballesteros sigue siendo, con 5, el español que más majors de golf ha conquistado. Ni Chema Olazábal después, ni más recientemente Sergio García y Jon Rahm —primer español en triunfar en el Open USA, en 2021— han sido capaces de vencer el PGA, única cuenta pendiente.
Este crecimiento en las grandes disciplinas ha ido en paralelo del experimentado por el deporte olímpico. Desde la creación del Plan ADO para los Juegos de 1992 y a excepción del fiasco de las 11 medallas de Sydney 2000, España se ha movido entre 22 medallas de Barcelona y las 17 que se repitieron en Atlanta 96, Río 2016 y Tokio 2020, cifras que la han situado en torno a los puestos 13 y 17 en el total de preseas. Hasta 1992, se colgó 26 medallas olímpicas. Desde entonces, ya son 159 en los últimos nueve Juegos, a una media de 17,6 por edición y con gran aportación de las mujeres, algunas de ellas referenciales como Carolina Marín, Maialen Chourraut, Mireia Belmonte o el equipo de waterpolo.
Incluso en los deportes invernales, tan residuales en un país con poca tradición, España ha conseguido tres medallas olímpicas en los dos últimos Juegos. Los snowboarders Queralt Castellet (plata en 2022) y Regino Hernández (bronce en 2018) y el patinador artístico Javier Fernández (bronce en 2018) han subido al podio más deseado.
Aunque parezca mentira, todavía quedan muchas cumbres por hollar ¿Cuál será la siguiente?