El Real Club Deportivo puso el pasado domingo en Riazor el punto y final a la temporada 2024-25 con una nueva derrota liguera, la cuarta consecutiva, al perder ante el Elche por 0-4.
El objetivo marcado al inicio del curso, continuar en el fútbol profesional, se ha conseguido con creces ya que el conjunto blanquiazul aseguró la permanencia tras imponerse al Albacete por 5-1 en la jornada 38ª, cuatro antes de las 42 programadas. La sensación generalizada es que el RCD cumplió su cometido sin sufrimientos, lo que siempre es motivo de satisfacción, pero también sin exigencia, lo que genera algunas dudas de lo que sucederá en la nueva campaña ya que en contadas ocasiones el equipo ha mostrado superioridad sobre sus rivales en los partidos disputados. Buena parte de la culpa se debe a que tres de las cuatro plazas de descenso fueron pronto adjudicadas para el Cartagena, Racing de Ferrol y Tenerife. Poco después, el Eldense de José Luis Oltra fue el cuarto condenado, pero el Deportivo ya había escapado de la quema lo que facilitó evitar revivir angustias pretéritas que acabaron con una caída al barro del fútbol estatal.
Ahora, a poco más de dos meses para que el balón vuelva a rodar, toca planificar con criterio para subsanar errores cometidos, potenciar las zonas donde más flaquea la plantilla y cuidar lo que destaca para llevar a lo más alto al RCD. Será el primer paso para alcanzar ese logro que el propio Consejo de Administración se fijó el pasado febrero, conocido como Plan Estratégico del Deportivo, en el que el club debería ascender a Primera División en cuatro años apostando por la cantera y el equilibrio económico. Luego “las noches mágicas de Champions volverán a Riazor”, como el presidente Juan Carlos Escotet afirmó.