Pogacar el extraterrestre ya tiene su doblete
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Pogacar el extraterrestre ya tiene su doblete

Pogacar el extraterrestre ya tiene su doblete
El esloveno alza los brazos tras su victoria en la crono de Niza

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¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es Pogacar el extraterrestre. Llega a toda velocidad montado en su bicicleta Colnago de 23.000 euros, enfundado en un buzo amarillo y con un casco aerodinámico. Parece de otro planeta. Pero no, es un chaval de 25 años que se ríe después de cada victoria, como si todo fuese un juego. Pero no, es el Tour de Francia, la carrera más dura del mundo y que ha convertido en su patio de recreo.

 

El prodigio esloveno devora los mejores tiempos en la contrarreloj final. Es un recorrido por sus carreteras de entrenamiento, de Mónaco a Niza, con el glamur de la Costa Azul y las escarpadas montañas de los Alpes Marítimos reflejadas en el Mediterráneo. Pogacar no descansa ni el último día. Conquista su sexta victoria de etapa, la tercera consecutiva y une su nombre a los únicos siete ciclistas que en la historia han acabado de amarillo y de rosa en el mismo año.

 

Pogacar tour de francia 2024 luca bettini
El campeón, incrédulo tras la contrarreloj final de Niza | Luca Bettini/Belga/DPA/EP

 

Pogi ya es una leyenda, pero su ambición no tiene límites. “Veo a Mathieu van der Poel muy guapo con el maillot arcoíris y lo quiero para mí”, avisa. Sólo dos hombres han conseguido antes la triple corona en una misma temporada: Tour, Giro y Mundial. Eddy Merckx en 1974 y Stephen Roche en 1987.

 

El ‘caníbal’ de Komenda se sienta en la mesa de los más grandes: Coppi, Anquetil, Merckx, Hinault, Roche, Indurain y Pantani, los únicos capaces de doblar en Italia y en Francia con éxito. Con tres Tours, los mismos que LeMond, Bobet o Thys, un Giro y seis ‘monumentos’ (tres Lombardías, dos Liejas y Flandes), en su vasto palmarés de 84 victorias sólo  le faltan la Vuelta, el Mundial, Roubaix o San Remo para discutir el dominio histórico del 'caníbal' original.

 

No a la Vuelta

“Este año no iré a la Vuelta, aunque es una carrera que me gusta mucho, estuve en 2019 –acabó tercero y ganó dos etapas– y siempre he querido volver. Puede que el año próximo me concentre en hacer Tour y Vuelta. También otras carreras históricas, quizá un día la París-Roubaix, aunque es difícil para mí porque tengo las manos muy débiles, no sé si resistirán”, destaca.

 

No han pasado ni dos meses desde que se subió a lo más alto del podio en Roma y Pogacar ya está otra vez en el primer cajón del Tour después de una exhibición tras otra. Si tiranizó el Giro con seis victorias de etapa y casi diez minutos de ventaja sobre el segundo clasificado, en la ‘grande boucle’ replicó otra media docena de éxitos y aventajó a su némesis, el danés Vingegaard, en más de seis minutos.

 

“Nunca había podido soñar con ganar tanto. Muchos pensaban que era una locura intentar ganar el Tour tras el Giro. Sólo con el Giro ya era un año increíble, pero el Tour es otro nivel y los dos juntos es todavía más”.

 

Saint-lary-soulan Pla D'adet (France), 13/07/2024.- Yellow jersey Slovenian rider Tadej Pogacar of UAE Team Emirates attacks on the ascent to Saint-Lary-Soulan - Pla d'ÄôAdet during the 14th stage o
El maillot amarillo, al ataque en la subida a Pla d'Adet en los Pirineos |  Berbard Papon/EFE

 

El esloveno se vistió de amarillo en la segunda etapa, todavía en Italia, después de atacar sin éxito camino de Rímini en la primera jornada. Lo recuperó el primer gran día de montaña, con un ataque subiendo y bajando el Galibier. Y ya no lo soltó. La victoria de Evenepoel en la contrarreloj y de Vingegaard en el Macizo Central despertaron definitivamente a la bestia.

 

En los Pirineos dio un golpe encima de la mesa: doblete en Pla d’Adet y Plateau de Beille para dejar el Tour prácticamente sentenciado. Por si acaso, de vuelta en los Alpes mostró su versión más inmisericorde. Otros tres parciales, en Isola 2000, La Couillole y Niza.

 

La cuestión no es lo que gana, sino cómo lo hace, al ataque, en escenarios elegidos, como los grandes campeones. Dicen que con su ambición se está granjeando muchos enemigos y que le falta humildad, pero lo que le sobra es espíritu competitivo para liderar la mejor era del ciclismo moderno. Ya salen otra vez los rumores de dopaje, pero no hay certezas. Suenan a envidias infundadas.

 

Recuperación milagrosa

Sólo dos meses y medio después de su terrible caída en el País Vasco, el doble ganador del Tour y gran rival de Pogacar, Vingegaard, se presentó en Florencia con la intención de repetir triunfo. Pronto despejó las dudas sobre su estado de forma, pero no le llegó para competir con el ganador. Su recuperación milagrosa, la remontada con triunfo en Le Lioran y el segundo puesto del podio son para quitarse el sombrero, pero a él no le llega. Para muestra, su imagen desconsolada en las metas de los Alpes, derrotado y agotado.

 

Detrás de los campeones que se han repartido las últimas cinco ediciones, aparece por fin Evenepoel, el talento belga de 24 años llamado a ganarlo todo desde que pasó como júnior a profesionales. Y ha ganado mucho, incluida una Vuelta, pero la sombra de la duda sobre su rendimiento en las tres semanas le perseguía desde siempre. En su primera participación, Remco dio síntomas de fortaleza, ganando una etapa y el maillot de mejor joven y subiéndose al tercer escalón del podio, un debut esperanzador, aunque todavía lejos del incontestable Pogacar.

 

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Evenepoel, Carapaz, Girmay y Pogacar, en el podio de Niza | Sebastian Nogier/EFE

 

El Tour del 24 pasará a la historia por ser el primero que no termina en París –Juegos Olímpicos mediante– y también por tres nombres destacados: Mark Cavendish, que en su último intento batió el récord de victorias de etapa (35) que compartía desde hace tres años con Merckx; Biniam Girmay, no conforme con inscribir su nombre como el primer ganador de etapa africano y negro sumó otros dos triunfos y abrochó el maillot verde de los puntos, y Richard Carapaz, el primer ecuatoriano que vence un parcial, viste de amarillo y acaba como rey de la montaña. 

 

España cerró otra edición sin alegrías y con Mikel Landa como el mejor clasificado (5º). Cuando fichó por el Soudal como gregario de Evenepoel nadie hubiese imaginado que podría terminar otra vez el Tour entre los primeros. Carlos Rodríguez (7º), un punto por debajo de su rendimiento el año pasado, el combativo Oier Lazkano, que lo intentó día sí y día también pero no tuvo premio, y el malencarado Marc Soler, gregario de Pogacar y enfrentado con la prensa, fueron otros nombres destacados, para bien o para mal.

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